Estando en Berlín - (Manuel Neuer)

CAPÍTULO 9

-Eso no es justo, lo hiciste porque sabías que ibas a ganar- Bromeo. -No puedo competir contra to.

Él pidió la pizza y yo la recibí. Todo el mundo comentaba su publicación en Instagram e imagino que quizá saldría en las noticias sobre su primer manifiesto después de salir de un coma. Obviamente sería una gran noticia.

En realidad no sé por qué aún estaba cuidandolo como si fuera un niño de siete años, sabiendo que ya está prácticamente bien pese a los dolores musculares que esporádicamente suele tener y al ardor de la enorme cicatriz en su espalda. Me atrevería a decir que su atención debería ser más sicológica y médica. Sin embargo últimamente me ha gustado compartir tiempo con él, es una persona agradable, y cuando lo veo cada día una llamarada se enciende en mi interior inconscientemente.

Pasamos una buena noche de pizza y accidentalmente terminamos viendo una película por Netflix en su enorme pantalla. La verdad es que no entendía muchas de las palabras en alemán que se decían así que le puse subtítulos en inglés. Realmente no me di cuenta en qué momento se me fueron las luces y caí dormida sobre un enorme puff morado y sin forma con un bowl de palomitas en las piernas, sino hasta que fueron las nueve y media y me desperté de repente. Él aun se encontraba durmiendo, en su cama. Era como una visión terrenal de un ángel.

Aproveché para bañarme rápidamente y preparar Waffles con crema de queso y fresas. Cuando me disponía a llevarle el desayuno a la cama como me lo había indicado Mila sonó el timbre más de dos cuatro veces. ¿Acaso era una emergencia? Abrí la puerta y la persona que había entrado como un tren descarrilado era una rubia alta y delgada la cual no se había percatado de mi presencia y de que yo le había abierto. Simplemente pasó de largo ignorando cualquier otra cosa a su alrededor.

-¡Derek, despierta. Maldita sea!- Gritó y yo me metí nuevamente a la cocina.

-Emma... -escuché que masculló con voz perezosa.

-¿Se podría saber por qué carajos no me has llamado ni te has comunicado de algún modo conmigo? Ya va como un mes y medio que saliste del coma, y está bien, respeto eso. Pero ya ha sido mucho tiempo y ni siquiera contestas el maldito teléfono. Pensé que te habían restringido las pantallas y todo eso, pero resulta que anoche en la web apareció esta maldita foto de ti como si nada hubiera pasado- Era la que había tomado anoche. -Todo el maldito mundo está hablando sobre ti ahora mismo y en mis redes sociales no paran de escribirme qué ha pasado entre nosotros si ya no te quiero, si por el accidente vamos a terminar, que dónde carajos estás metido, que si al fin nos vamos a casar o no. No sé, ya no se que hacer, todo el mundo está vituperando ahora y me están volviendo loca; encima también desapareces de la nada de mi vida y ni te dignas a aparecer nuevamente.

Wow, no sabía que ella era su novia.

No,... su prometida...

-Emma... escúchame sólo hasta ahora puedo usar un aparato. Tenía planeado llamarte hoy en la tarde para verte al fin, pero parece que te importa más lo que diga el mundo entero sobre nuestra relación que lo que verdaderamente sentimos el uno por el otro. Realmente me indigna tu actitud tan incomprensible e inmadura, deberías saber lo peligroso que es el irrumpir ante una persona que ha tenido un daño como el que yo acabo de tener.

-No, Derek. Simplemente ya estaba arta de eso y encima veo esa publicación tuya... Simplemente quisiera matarte.

-Bueno, pues casi se te cumple el deseo...

-¿Qué? No vengas con esas tonterias. No me manipules así.

-No son tonterías, Emma y en absoluto te estoy manipulando. Casi muero, maldita sea y lo primero que dices cuando me ves es que estas arta de tantas especulaciones y bla bla bla y que encima de eso me quieres matar. Pues yo también estoy arto de todas esas tonterías tuyas, y si no te gusta esto ya... ¿Qué haces siendo famosa? ¿Qué haces en este temible mundo de la fama? ¿Qué haces saliendo conmigo si sabes que todo eso te afectará después solo porque tú decides que te van a afectar? Si no eres feliz pese a todas las dificultades públicas y demás cosas... lo siento Emma. Ya no es mi culpa.