Cap. 21. Venenos

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Me encontraba de nuevo sola, aquí en esta casa donde sólo estaban los trabajadores, quería que alguien me diera esta dirección por si al caso pero todos evadían mi pregunta, tenían ordenes de no decirme al parecer

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Me encontraba de nuevo sola, aquí en esta casa donde sólo estaban los trabajadores, quería que alguien me diera esta dirección por si al caso pero todos evadían mi pregunta, tenían ordenes de no decirme al parecer. Lo único que agradecía era que me habían dejado con mis cosas, mi mochila con todo lo que traía sin que se dieran cuenta.

—Señorita Hannah —llegó uno de los empleados —, por favor la esperamos en el comedor para que coma algo, no tarda en bajar la señorita Janet y Lucy —dijo para darse media vuelta e irse muy amable

No me esperaba que ella estuviera aquí, aunque debí haberlo sospechado cuando Michael me dijo que aquí estaría segura, pero me agradaba la idea de no estar aquí sola, lo único que temía era que su hermana me odiara por ser precisamente la hermana del padre de sus hijos.

Llegué unos instantes después a la mesa donde aún no llegaban, era algo pequeña pero muy acogedora, pensaba en la posibilidad de decirles que no tenía hambre, pero la promesa que me hizo hacerle Mike me obligaba a sentarme en esa silla para comer.

—¡Cuñada! —escuché un grito bajando —. Veo que Mike te trajo aquí —sonrió mientras se acercaba para abrazarme

—Gracias —le devolví el saludo —, me alegro mucho que...ya sabes, no me odies por lo de mi hermano —continué nerviosa

—No te preocupes, tu no tienes culpa alguna. Mira, no tuve la oportunidad de presentarte bien con Lucy —señaló a la chica que traía consigo su teléfono

—Hola —saludé sin obtener respuesta

—¡Lucy, te hablan niña! —gritó Janet

—¿Eh? Oh, lo siento. Mucho gusto Hannah —me extendió su mano para saludar —. Espero que podamos ser buenas amigas —dijo en tono hostil

Pasamos a sentarnos, mientras llegaban los empleados me ponía a examinar cada rincón de la casa, estaba muy bonita, pero seguía queriendo mi propia casa, ¡mis padres! Me había olvidado de ellos, debería llamarles.

—Disculpen tengo que...

—Nada, nada, nada —me lo impidió Janet —. Mi hermano fue muy claro conmigo al decirme que te cuidara y eso haré —me sentó nuevamente —, primero comes y después haces lo que tengas qué hacer —terminó para sentarse nuevamente

Lucy dejó su teléfono de mala gana en la mesa para verme de reojo, esa chica no me daba buena espina, se le miraba el triple de veneno que le veía antes a Miriam, y creo que si las comparamos a ambas, ella se lleva el premio.

¿Cuántas víboras tengo que conocer para que mi vida esté tranquila?

Pain In My Bones [MJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora