Capítulo 30: Día terrible / Alergia y Amor.

294 28 2
                                    

Natasha

Hoy amaneció siendo un día... Terrible.

Siento que la cabeza me explotará, la alergia es casi que intolerable, el frío me está matando y mi cuerpo no tiene la fuerza ni siquiera para levantarse de la cama.

Aún así, de lo mal que me pueda sentir, no me arrepiento de haber estado el día de ayer bajo la lluvia.

Se que acabo de despertar pero quiero seguir durmiendo.

Me doy la vuelta envolviéndome en la suave cobija que cubre mi cama y cierro mis ojos buscando conciliar nuevamente el sueño pero, los gritos de mi tía me lo impiden.

-Natasha, acompañaré a tu abuelo al banco. Puedes preparar tú comida en la cocina o calentar la que dejé dentro de la nevera.- Entró a mi habitación abriendo la ventana haciendo que el sol me diera justo en el rostro. Rápidamente di la vuelta nuevamente.

-Bien.- Hablé con voz ronca.

Sin verla, sentí como salía de la habitación apresurada.

Seguro, va tarde.

Eso de hacer eternas filas, rodeada de viejos y viejas gruñones, no es lo mío.

En fin, mis ojos se van haciendo más pesados que antes y simplemente me dormí.

*

Con dificultad escuché una lejana melodía y al recordar que me encuentro sola en casa me despierto por completo haciendo que un fuerte dolor invada mi cabeza. Me doy cuenta que el sonido venía de mi celular sobre la mesa de noche. Fatigada, lo cojo y observo que es una llamada entrante de Nelson, me levanto de la cintura para arriba y abro la llamada llevando mi celular al oído.

-Gracias al cielo has atendido, princesa.- Dejó salir un suspiro al otro lado de la línea.

Sonreí ligeramente de sólo escuchar su voz.

-Lo siento, estaba dormida.- Froté mis ojos delicadamente.

Mi voz es un asco. Parezco hombre.

-¿A las dos de la tarde?-

-Me siento muy mal.- Dije.

-¿Qué? ¿Necesitas algo? ¿Quieres que vaya?- Realizó pregunta tras pregunta, preocupado.

-No es necesario...- Pero si vinieras no me molestaría. -Estaré bien.-

-¿Segura?- Preguntó poco convencido.

-Sí.- Dije en un bostezo.

-Mejorate por mí ¿Sí?- Su voz sonaba tan tierna al otro lado de la línea.

-Lo haré.- Sonreí débilmente aunque no pueda verme.

Agradezco que no pueda verme. Debo estar horrenda.

-Te quiero mucho, mí princesa.- Susurró y hizo que algo corriera dentro de mi.

Hice sonar un beso y sin más corté la llamada.

Dejé el teléfono sobre la mesa, encendí la televisión y nuevamente me acosté enrollándome con la cálida cobija.

Están pasando mi serie favorita. The Walking Dead. Estoy haciendo un gran intento por mantenerme despierta pero, el dolor en mi cabeza, la alergia y el frío acabarán conmigo.

No sé cuanto tiempo pasa, quizás horas o minutos sólo sé que estoy tan distraída como nunca antes lo he estado.

Odio sentirme así.

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora