Esta jugando contigo.

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Dahyun.

Ya había despertado, no podía creer lo que sucedió a noche, podría mostrarle la foto a Sana pero su madre me prohibió acercarme, espero que no se haya enterado de lo de ayer. Baje rápido a desayunar con mis padres, habían echo mi platillo favorito. Quería llorar de la felicidad era igual de delicioso que hace tiempo. Le agradecí a mi madre y me senté a ver un poco de tele, en las noticias solo hablaban de lo mismo. Decidí ir a caminar, debería investigar un poco.

Iba en la misma dirección, ayer no lograron verme. No me había dado cuenta que era una pequeña tienda la que se encontraba. Entre, no tenía muchas cosas, solo era una abarrotes normal, había una muchacha, se veía de mi edad. No era fea ¿Será que es ella? Volteó a mi dirección e hice como si estuviera escogiendo que chuchería me llevaría. 

  — Jihyo, puedes traer los detergentes para que los acomode— Ella asintió y se fue. 

Entonces era ella, la que estaba con Tzuyu a noche. Se veía que no tenía dinero al igual que mis padres, eran de una familia media. ¿Como la habrá conocido? Cuándo vi que no había nadie cerca salí de la tienda, no sé si debería decirle directamente o mandarles la prueba. Me sentía demasiado confundida con todo esto. Lo único que me alegraba es que no se encontraba embarazada.

Habían pasado ya 2 días, no había sabido nada de Sana, no me había mandado ningún mensajes ni había llamado. Me había pasado todos esos días en que haría pero ninguna idea. Tenía que ser algo pero no sabía que exactamente más que esperar a que llegue el momento. Me llego un mensaje a mi celular diciendo que me presentará al despacho de abogados para ponerle fin a esto. Me dirigí ahí, me sentía un poco más tranquila. No tenía que demostrar debilidad ante nada. Al entrar como siempre todos me quedaron viendo con superioridad. 

— Solo hay que esperar a la señorita Minatozaki, que lleva retrasada unos minutos— Dijo su abogado.

Su madre se había comenzado a enojar porqué habían pasado 20 minutos y no llegaba. Le comenzó a llamar y tampoco nada. Se escuchó que alguien entro y ahí estaba ella, con su cabello algo desarreglado, parecía que no había dormido, podía notar sus ojeras. Me dio una sonrisa nostálgica.   

  — Ya que las dos se encuentran aquí, daremos inicio— Pauso— La señorita Kim renuncia a cualquier ayuda económica de parte de la fam. Minatozaki, no podrá exigir ninguna ayuda para su hija ni para ella misma— Aclaro el abogado.

  — Yo quiero ayudarla económicamente— Dijo sana.

— El acuerdo ya esta echo, no sé puede cambiar. Solo concéntrese en firmar el papel, y eso es todo. 

  Nos pusieron la carpeta adelante, no quería hacerlo, no debía hacerlo. Tampoco veía la intención de Sana por hacerlo. Me paré de mi asiento rápido, todos me miraron sorprendidos.

— Lo siento, pero no puedo hacerlo— Susurre.

Salí corriendo del despacho, aunque intentará no habría podido hacer algo que realmente no deseo ahora. No me fije que venía un carro, cerré mis ojos. Sentía como alguien me había empujado pero me abrazó para que cayera encima de ella sin ningún rasguño. No quería abrir mis ojos, pero podía sentir ese perfume, abrí lentamente mis ojos y me encontré con una Sana mirándome.

  — Pensé que no llegaría a tiempo, no vuelvas a cruzar así de ninguna manera. Te pudo a ver pasado algo— Suspiro.

La abracé, aún continuábamos en el suelo, pero ella realmente me había salvado. Me encantaba sentir su cuerpo tan cerca del mío, me erizaba la piel.

— ¿Estas bien?— Pregunté asustada—Yo no podía firmar, no quiero separarme de ti— Escondí mi cabeza en su cuello poco me importaba que estuvieras en el suelo, con gente pasando— No quería hacerlo.

— Lo estoy, porqué tú lo estas— Me regalo su sonrisa que era demasiado cálida—Yo tampoco quería firmarlo ¿Sabes? Te amo.

Ella inclino un poco su cabeza para poder besarnos, roso sus labios con los míos. Mordí su labio inferior, le di un pequeño beso.

— Sana, ven para acá ¿Qué estas haciendo? ¿Ya te fijaste en dónde estas?— Gritó su madre furiosa—.

Nos pusimos de pie, me tomó de la mano y comenzamos a correr. Me sentía libre, corrí como si estuviera sintiendo la libertad por primera vez. Ella paro un taxi en el cuál subimos, dio una dirección, tenía sujetada su mano en todo el camino. 

Me había traído a la playa, solo había venido una vez y esta era la segunda. Nos sentamos en unas piedras que se encontraban por la orilla. Nos limitamos a ver el paisaje por unos momentos. En verdad que era hermoso.

— Tenía la esperanza de que no quisieras firmar, mi deseo se cumplió. Si tú firmabas, sería yo la que no lo hubiera echo. Me pasé esos dos días pensando en lo que debería de hacer y recordé algunas palabras que mi padre me dijo al morir ''Lucha por lo que quieres y no tendrás remordimientos''— Me tomó de la mano— Mi padre siempre quiso conocer a nuestra hija pero se fue sin hacerlo, todo es mi culpa ¿Esta bien que quiera estar contigo?— Hablo en voz baja

  — Esta más que bien— Le dio un beso a mi mano— No quiero que nadie juegue contigo. Tengo que contarte algo.

— ¿Que pasa? No te entiendo— Preguntó.

— El otro día que me dejaste, yo salí a caminar. Llegué a un pequeño  lugar y ahí estaba Tzuyu pero no estaba sola— Pause, me miraba con confusión— Vi que tenía una discusión con una persona, me acerqué y pude oír que ella no estaba embarazada, todo es una farsa— Saque mi celular y le mostré la foto.

No me dijo nada, no hizo ninguna expresión. Solo se quedo callada mirando con detalle la foto, comenzaba asustarme.

— No creí que llegara tan bajo al inventar algo así— Sonaba furiosa— ¿Te parece olvidarnos de esto? Quiero invitarte a cenar, pasaré por ti a las 7.

Caminábamos a la carretera para poder parar un taxi, al llegar uno. Sana me pidió que me subiera, no quiso ir en el mismo. Me revolvió un poco mi cabello y me dio un beso en la frente. Me sentía muy entusiasmada ¿Era una cita? 

Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora