Nuestra noche.

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Sana.

Haría de esta noche especial para ambas, realmente la deseaba. Cuándo dormí con ella la segunda vez, me contuve de no tocarla para no arruinar lo poco que había avanzado con ella pero ahora era el momento de hacerlo, no quería estar con nadie más.

Pedí uno de mis vinos favoritos, comida, ya que quería hacer una cena aquí. Se que ella prefiere estas cosas. Mi madre constantemente llamada pero no quería lidiar con ella hoy. Apagué mi celular para que nadie nos molestará. Prendí velas, coloque petalos de rosas por toda la habitación. No sabía que hacer exactamente, no solía hacer este tipo de cosas. Tenia miedo que al final no le terminará gustando... Aún tenía tiempo de arreglarme y esperar a que llegaran las cosas que faltaban. Hoy me pondría un traje que solo me ponía en ocasiones especiales.

Ya me estaba terminando de alistar para poder pasar por Dahyun, las cosas igual ya estaban aquí. Solo faltaba ella. Le dí el resto del día a mi chófer para que yo pasara por ella personalmente. Tenía nervios aún de hablar con su familia, así que le pedí que saliera. Y ahí estaba ella con un vestido blanco holgado, era sencillo pero a ella todo lo que daba bien. Salí del Vehículo para abrirle la puerta, le di un beso en su mejilla para saludarla y noté que sus mejillas se habían puesto coloradas. 

No podía dejar de verla en todo el camino, me distraía constantemente y ella solo se reía de mi acción.

  — Si me ves tanto me voy a desgastar— Bromeó.

Me comencé a reír, tenía demasiada pena como para decirle algo. Al llegar, le abrí la puerta del copiloto, entregue las llaves para que lo estacionaran y subimos. El guardia tenía una mirada picara, al notarlo lo fulmine con la mirada y el volteó a ver hacía otro lado. 

Le tapé los ojos antes de entrar, ella no quería que lo hiciera pero la termine convenciendo al final. Abrí la puerta con cuidado, la guiaba a la pequeña mesa que se encontraba en medio de la sala. Cuándo lo vio, tapo su boca del asombro. La abracé por detrás y acomode mi mentón en su hombro.

— Espero que te guste este pequeño detalle. Se que no te gusta lo extravagante— Le hable al oído.

— Es precioso, pensé que me llevarías a uno de esos restaurantes a los que sueles llevar a todas— Bromeó.

— No lo arruines, se que no fui la mejor persona— Soné triste.

Le arrime la silla para que se tomará asiento. Serví un poco de vino, comencé a repartir la comida, cenábamos en silenció, se encontraba muy concentrada en la comida, me parecía gracioso. Estar con ella en esta habitación, era perfecto. Me podría acostumbrar a esto.

  — ¿Qué te pareció la cena? Yo no sabía tus gustos, así que espero y haya sido de tú agrado— Dije apenada.

— Todo estuvo muy rico, ya tenía tiempo que no comía así. Muchas gracias, sana— Me sonrió.

  — ¿Quieres ir a tomar airé fresco?— Ella asintió, sujete su mano para llevarla al balcón de mi departamento.

La noche era muy bonita, se podían ver las estrellas. Siempre me ha encantando la vista, por eso escogí este. Sus ojitos brillaban, no sabía si Senia era la niña o ella. La abracé de nuevo por detrás pero esta vez le di un beso en la mejilla.

— Me encantas— Le susurre— ¿Me permites bailar contigo un poco?.

— Pero no hay música— Dijo sonrojada.

  — Eso yo lo puedo solucionar ahora— Apreté un pequeño botón, la música ya la tenía preparada—

La música comenzó a sonar, The Reason - Hoobastank. La acerqué a mi, ella puso sus manos en mis hombros y yo en la cintura, bailábamos lentos, ambas nos mirábamos. No la besaría, no por ahora.

  — Tenerte aquí es como un sueño. Quiero hacer de esta noche, un comienzo para las dos— Le di un pequeño beso en la frente.

— Yo aún tengo miedo— Miró hacía otro lado.

— Lo entiendo, pero no permitiré que nadie te dañe a ti o a Senia.

La comencé acercar más a mi, baje un poco más mis manos. Ella pareció notarlo porqué su respiración había aumentando. 

— Te deseo ahora— Le susurre— Te necesito.

Me quedo mirando, ella comenzó a besarme. Eso quería decir que estaba bien, pero no quiero ser inoportuna e incomodarla.

— ¿No quieres besarme?— Dijo triste.

Me acerque lentamente tomándole el mentón, pasé mis labios sobre los suyos, sentía su respiración chocar con la mía, era una obra de arte y yo solo quería perderme en ella. Le di un pequeño pico, mordí su labio inferior y eso hizo que soltará un gemido, quería oírlo más. Enrede mi mano a su cabello y comencé con besos cortos. Luego se fueron intensificando, el ritmo cada vez aumentaba, sentía nuestras lenguas tocarse, mientras exploraba la boca de la otra. Nos faltaba la respiración y nos separamos. Sentía mi entre pierna algo apretada, ese beso solo lo había puesto duro, tenía que terminar. La cargue en brazos para llevarla a mi habitación.

Cuándo apenas habíamos entrando, Dahyun se sorprendió de la hermosa decoración que se encontraba en el lugar. Las velas, junto con los pétalos. La recosté en la cama y me puse encima de ella.

  — Si no quieres, pídeme que me detenga ahora. Luego no seré capaz de parar— Jadee. 

  — Quiero hacerlo— Hablo con voz baja.

No necesité escuchar más, comencé a darle besos en su cuello y parte de su oreja. Le había bajado parte de su vestido para poder pasar mi lengua lentamente por su cuerpo. Su vestido era fácil de quitar, cuándo ya estaba en ropa interior, la observe causando que se avergonzará. Le comenzaba a dar besos un poco arriba de su sostén. Acariciaba su dulce piel que era demasiado suave e irreal. Soy la única persona que la ha logrado tener tanto físicamente como sentimental y eso me hacía sentir feliz. Con mis dientes retiré lo que ya estorbaba, la comencé a besar, mientras jugaba con sus pezones que ya se había puesto duros en su totalidad.

  — Si algo no te gusta, házmelo saber... Quiero hacerte sentir bien esta noche— Le susurre.

Fui bajando mis labios hasta sus pezones que comencé a lamer lentamente. Sus gemidos eran agudos pero no ruidosos. Comencé a dejar una escalera de besos hasta su abdomen, con mi mano rose su centro aún con su ropa interior. Ya estaba demasiado mojada, comencé a besarla de la misma manera.

  — Por favor Sana— Gimió—.

Con mis dientes fui bajando poco a poco, hasta lograr que estuviera completamente desnuda. Realmente estaba mojada, comencé a pasar mi lengua al rededor de su clítoris dejando besos en el, sus gemidos se habían vuelto más fuertes. Le introduje un dedo, veía que lo estaba disfrutando, así que opte por meter otro, la besaba, la verdad es que me encantaba la sensación de sus labios junto a los míos.

  — Sana, yo también quiero verte— Me susurro.

— Tranquila princesa, me verás. Esto apenas comienza— La besé.




Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora