CAPÍTULO TREINTA Y CINCO: Rosa Azul.
Aun Seth recordaba la reacción de Liam cuando lo vio recostado en aquel sofá, pálido y delgado, de forma inmediata se lanzó sobre Emmett al cual terminó lanzando por el balcón hacia el primer piso; el lobo menor gritó el nombre del vampiro y por último el de su amigo para que se tranquilizara, se intentó incorporar pero entonces el dolor le llegó de lleno haciendo que cerrara los ojo con fuerza. Carlisle junto a Esme estabilizaron al menor para que se volviera a recostar mientras que Emmett ya se encontraba sentado al lado de su esposo para reconfortarlo. El doctor tuvo que explicarle todo lo sucedido, lo que necesitaban ahora era soluciones y no más problemas con los cuales lidiar.
Liam aun mataba con la mirada a Emmett cuando este se acercaba a Seth, pero ahora lo necesitaba al vampiro y también a su amigo.
– ¿Hasta ahora no han logrado encontrar alguna alternativa?–
–Nada, pulgoso. – Mencionó Rosalie con algo de desdén por el comportamiento que había presentado Liam en un momento donde todo debería de ser calma para Seth.
–Rose. – regañó dulcemente Esme dándole una negación con la cabeza para luego dirigirse hacia Liam. –Aún nada pero esperamos encontrar algo cuando antes, Seth se pone muy débil a cada día que pasa y... se nos agotan las ideas. –
Todo se volvió sepulcral tras lo dicho por Esme y solo un alarido de dolor por parte de Seth hizo que todos dirigieran su vista hacia el ya mencionado, observando cómo su frente estaba pegada al cuello del vampiro y con sus puños sostenía la camiseta de éste con fuerza para lograr apaciguar su dolor, pero no era suficiente.
– ¡Ah! ¡M-me duele!– mencionó cerrando los ojos con fuerza mientras respiraba con dificultad, Emmett solo pudo abrazarlo más a su cuerpo como queriendo protegerlo de aquel dolor, no le gustaba verlo sufrir de esa manera, se le rompía el corazón cuando le observaba cada vez más delgado y pálido.
–Ya pasará, lo prometo, ya no va a doler, solo tienes que seguir siendo fuerte, Seth, por favor. – rogó el vampiro cerrando en su totalidad aquel abrazo, sin saber ya que hacer.
Los dolores comenzaron a asediarlo con más frecuencia haciendo que dejara de comer en su totalidad y fue cuando Carlisle tuvo que suministrarle suero para que Seth intentara recuperar el peso perdido, había una fuerte posibilidad de que aquello no funcionara pero no se perdía nada intentándolo. Pronto aquel improvisado lugar se convirtió en la habitación de Seth, intentaban tenerlo dormido la mayoría del tiempo, de esa forma se aseguraban que los dolores no llegara con tanto ímpetu al cuerpo del joven, Carlisle suponía que estando dormido los dolores se reducían enormemente y sólo sentía una pequeña molestia.
Liam se quedaba por horas observando como Seth dormía, sin poder dar una alternativa de solución a lo que le estaba sucediendo, y simplemente no pudo aguantar esas ganas de soltar unas cuantas lágrimas al verlo en aquel estado, ese no era el Seth que Liam conocía, ya no había nada de ese niño alegre, nada. Y se odio por tener razón el día de la boda del menor, ese vampiro terminaría matándolo, y al parecer así iba a ser a menos que encontraran una solución, sin embargo todos sentían que el tiempo se les estaba agotando.
–Dios... – soltó sin saber que más decir mientras limpiaba sus lágrimas y sorbía su nariz para lograr calmarse, pero se topó con los ojos brillantes del menor observándole con una pequeña sonrisa en los labios.
–Ya no llores. – la voz de Seth era un susurro apenas audible, sus fuerzas habían sido drenadas en el transcurrir de los días y eso comenzaba a destrozar a Liam. – ¿Quieres que... te cuente un chiste?–
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No se llamaría amor sino Doliera 3 [EmmSeth]
VampirUna nueva aventura empieza para Seth, ahora convertido en el prometido de su imprimación, Emmett, sin embargo al hombre lobo había algo que le preocupaba y eso era que todo estaba demasiado en calma: "Mucha calma solo puede traer una gran tormenta"...