Capítulo doce: Mona y lista

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Sofía se aferraba a la mano de la pareja de su hermano. “Todo va ha estar bien”, “Oliver va a venir”, “Por favor aguanta” era lo que le decía a Lucas, su madre solo miraba desde el punto de vista de la lógica.

Había criado a un imbécil avaricioso, pero no a un idiota. ¿Por qué razón su hijo atacaría a la pareja de su hermano? ¿Simplemente por ira? Entre pensamiento y pensamiento se le olvido que estaba en un hospital con su hija a un tiro de piedra de un ataque de ansiedad y con la pareja de su hijo en una camilla a la espera de una operación.

Enfocó su vista en la luz parpadeante del impoluto pasillo con solo una cosa en mente: “¿Qué quería?”. No parecía querer nada del apartamento de su hijo, estaba tan ordenado como siempre, y Lucas... si hubiese querido lo podía haber matado, y dejado moribunda a Sofía, pero ni le había echo un rasguño.

Como a Cara el día en el que se reveló contra la familia. Mona y su marido habían terminado muy mal heridos y teniendo que ir al hospital, pero su hija ni un solo rasguño. ¿Por qué? ¿Quería algo de Cara?

–¡Mamá!–Gritó Sofía devolviéndola al presente–. Oliver no va a llegar–La miro en busca de consuelo o una orden para quizás hacer posible que Lucas sobreviviera y Oliver lo viese y animará.

–Lucas estará bien, y tu hermano lo sabrá en cuanto este aquí y vea que tu estas igual de fuerte que siempre y yo igual de calmada–Le sonrió con ternura.

–¿Enserio?–.

–Sí, pero te tienes que relajar para que eso pase, y hacerle saber a Lucas que sobrevivirá–.

–Te quiero mamá–Dijo acercándose para abrazarla.

–Yo también Ezquin–Le devolvió el abrazo. Le dió un beso en la frente haciéndole una seña al enfermero que se debatía entre interrumpir o no. Él se llevó a Lucas tras la puerta–. Él estará bien, te lo prometo–.

Oliver no tardó en llegar sino unos segundos, llevaba una bata de las del hospital y gruñó al no ver a Lucas pero si a su madre y hermana sentadas en las incómodas sillas de espera.

–¿Dónde está?–.

–En quirofamo–Contestó su madre–. Hay ropa tuya en el maletero de mi coche, ¿Por qué no vas, la buscas y te vistes?–.

–Y así no pareces un loco que se ha fugado de la planta cuatro–Añadió Sofía, a lo que Oliver la miró mal y ella rió–. Relájate, y piensa en perritos–.

–¡Mierda!–Gritó Mona atrayendo la atención de los dos–. ¡Cara! ¡Eliot quiere a Cara!–Los ojos de sus hijos se abrieron como los de ella.

Se levantó de la silla y se puso a caminar en círculos, se sentía una estúpida por no haberse dado cuenta antes.

–¡Sus hijos! ¡Él los necesita porque tendrán sus mismas habilidades!–Soltó un gritillo de frustración–. Lucas era sólo una distracción, él no lo mató por eso, por eso no te ataco a ti–Señaló a Sofía–. Era solo una distracción para que pensara que era un patrón. Lucas, Sofía vayan a por la hermana de Lucas e id los tres a por mis nietos. Yo me quedo a la espera de noticias de Lucas–.

Como dos soldados le hicieron un simultáneo asentimiento de cabeza antes de salir corriendo para ir a por Hannah y atacar a Eliot.

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