En verdad siento no haber actualizado antes. Prometo seguir esta historia lo mas pronto posible así como mis demás trabajos. Hoy subiré esto, mañana actualizare otro trabajo. Estaré al pendiente de sus comentarios.
La ira que siente el pequeño gato hacia mi no se compara con el desprecio que siento por mi mismo en este momento. Busco con la mirada al causante de mi desgracia (otra vez) para reclamarle por sus acciones y puedo distinguir en su mirada aquel vacio que había en la mía, en la de Hinata... No entiendo.
-O-Oikawa-san- Mi llamado parece sacarlo del estado en el que estaba. Me mira y trata de comportarse como siempre pero veo que hay algo que me oculta.
-Lo siento Tobio-chan, parece que solo sirvo para traerte problemas- Trata de infundir en sus palabras ese tono despreocupado que lo caracteriza, pero no lo logra. Siento que ahora él, EL que era a lo que yo aspiraba llegar dentro de una cancha, lleva una pesada carga. Una carga que no debería importarme, por todo lo que me ha hecho, pero que sin embargo, me hace quedarme en mi sitio en lugar de correr hacia aquel que necesita una explicación.
-¿Sucede algo?- Pregunto finalmente
-Para nada!! Es solo que quería ayudarte y creo que solo provoque más problemas con mis travesuras. ¿Podrías perdonarme?- Me siento algo confundido por tu respuesta, se que quieres parecer jocoso, pero hay algo que se me escapa y que no encaja
-¿Sucedió algo con Iwaisumi-san?- Veo que por un instante te pones tenso, pronto reconstruyes tu habitual sonrisa y me muestras un rostro carente de preocupaciones, pero olvidas el pequeño detalle de que te conozco, más que eso, te amaba lo suficiente como para memorizar tus expresiones, la forma en la que tu rostro cambiaba cada vez que pensabas en algo de forma seria o cuando hilabas una estrategia de juego en segundos. También aprendí a distinguir cuando estabas molesto o preocupado.
-No necesita decírmelo, pero si hay algo en lo que pueda ser de ayuda, pues.... Aquí estoy-
Tu rostro cambia nuevamente. Es casi como si viera una máscara caer. De repente, ya no eres el majestuoso capitán de unos de los equipos más fuertes de Japón. Frente a mi aparece un hombre destrozado, con los ojos hundidos y la expresión de soledad y miedo más intensa que haya visto. Casi corro hacia el porqué literalmente podría derrumbarse pedazo a pedazo delante mío.
-Dígame, por favor ¿Qué sucede?, ¿Cómo puedo ayudarlo?- Mis palabras salen bañadas con una preocupación genuina. No es mentira, realmente me duele el corazón por verlo de esta forma.
-¿¿¿¡¡¡Por qué demonios eres tan bueno conmigo!!!!???- Me gritas cuando de forma vacilante trato de poner mi mano en tu hombro. Me asombra un poco tu acción, pero no me das el tiempo a reaccionar cuando continuas.
-Deberías odiarme, MALDITA SEA!! Odiarme y disfrutar de verme así!! Jugué contigo, te use, ¿Lo recuerdas?
El recuerdo de aquello me apuñala con saña, pero en estos momentos en mi pecho no cabe más que la preocupación por el y ese sentimiento al que aun no le quiero poner nombre, ese sentimiento que tiene dueño. Un pequeño dueño que debe esperar un poco más para que vaya hacia él.
-Ódiame, maldita sea!!!, ¡¡¡¡¡Trátame mal y con el desprecio que me merezco!!!!!- No entiendo por qué dices eso. Bueno si, si lo entiendo. Aun así, me sorprende que seas tú quien venga a decirme esto. Tu reacción me preocupa sobre manera ya que se perfectamente que solo hay una persona capaz de tambalear aquel férreo control que tanto te caracteriza.
Ahora mismo te presentas ante mis ojos como una persona diminuta, alguien que necesita ser sostenido y apoyado. No es que te vea como inferior ni nada de eso. Solo....creo que necesitas algo. Algo que ya no puedo darte, porque ya no está en mis manos.
Sin detenerme a pensar, y sin dejar que reacciones, te abrazo fuertemente e impido que me alejes con tus forcejeos. Tampoco es que hayas peleado demasiado. Tus intentos de alejarme se desvanecen mientras siento cierta humedad en mi hombro.
Lloras....
En mis brazos....
Por ALGUIEN más...
El conocimiento de eso ya no me desgarra. Mis heridas siguen ahí, y aun ahora hay una pequeña vocecilla que me recuerda en susurros venenosos lo que paso. Pero ya no soy el mismo que era antes. Los muros que me sostenían ya no existen. Se derrumbaron con la simple mirada lastimada de un sol que tenía en mis manos y al que solo supe lastimar. Sé que debo buscarlo, recuperarlo. Pero primero debo cerrar esta etapa de una vez y para siempre.
-No necesita decirme que paso, lo puedo imaginar. Pero recuerde todo lo que hizo para tenerlo a su lado. Luche por él, por aquel a quien ama. Hágalo también por mí, demuéstreme que lo que sufrí, mi dolor, no fue en vano. Luche como yo voy a luchar ahora mismo por reclamar al sol como mío-
Un suspiro sale de tu boca. Te incorporas y me miras directamente a los ojos. Te acercas y rosas mi mejilla con tus labios. Esa mirada traviesa vuelve a engalanar tu mirada.
-Gracias Tobio-can.... Acabas de ayudarme a aclarar mi cabeza. La verdad es que perdí a Iwa-chan por mi deseo egoísta de ser el mejor. No fui consciente de que el ya no buscaba mis manos al salir de el entrenamiento. Tampoco me percate de la ausencia de sus miradas o pequeños regaños durante el día. Creía tontamente que todo era perfecto para ambos.... Que estúpido fui.....
Hasta hace poco, cuando nos volvimos a ver. Era nuestro aniversario, y no lo recordé. Más que eso, el me tenía preparada una sorpresa, me perdono que lo hubiera olvidado y en lugar de disculparme, le dije que debería poner más atención a los entrenamientos que esos detalles sin importancia. ¿Te das cuenta? Llame "Sin importancia" a lo más valioso de mi vida. Aun no había terminado de hablar cuando el tranquilamente se levanto, agradeció por la comida y puso delante mío las llaves de nuestro apartamento y una pequeña cajita.
No entendía que pasaba, no fui capaz de reaccionar y solo me quede ahí, viendo como se alejaba. Tome las llaves y la cajita. La abrí.... Había dos alianzas. De repente llego un mensaje de Boruto-san diciéndome que estaba seguro que para esa hora ya sería un futuro esposo y que quería ser el padrino. Mi mundo colapso. Sin darme cuenta, destroce mi futuro en cuestión de segundos. Lo busque, llame y llame y nunca contesto. No sé donde está, no sé dónde buscar. Creí ser su persona más cercana, pero ni siquiera conozco a sus amigos más intimos para preguntar por él.
Me siento destrozado, pero tu....tu a quien yo destroce primero.....tu eres quien viene aquí a darme una patada en el trasero para moverme hacia adelante....menuda ironía.-
Estoy en shock, nunca pensé que algo así les pudiera pasar. Pero veo determinación en su rostro. Sé que peleara por lo que ama.
Ahora es mi turno.
-Déjalo- Escucho una voz chillona que me irrita. Ya lo había olvidado.
-No te entrometas gato-Le escupo con desdén-
-No tienes derecho a llamarlo tuyo. Lo lastimaste, no una ni dos, muchas veces. ¿Tienes una idea de cuantas veces estuvo pensando que no era lo suficientemente bueno para ti? ¿Cuántas noches se dedico a entrenar y entrenar para no decepcionarte? ¿Y tú que le dabas? Criticas, regaños, lo menospreciabas.
-Déjalo.... Yo hare que sea feliz. Lo merece. Y yo lo merezco. Lo he cuidado cuando tú los has lastimado. Lo conozco al punto en el que se cuando el brillo en sus ojos se opaca, aun cuando él lo oculte con esa hermosa sonrisa......dejam...
-He dicho que no te entrometas, GATO..... ¿Crees que no se eso? Claro que no soy bueno para él, pero eso me importa un comino..... El es mío. Lo entiendes, MIO. No lo dejare escapar. Mis brazos serán el lugar al que volverá, aunque sea en contra de su voluntad...
Me mira con miedo por primera vez. Bien.
Mi determinación es firme. Lo hare mío nuevamente. Lo hare mío de todas las formas posibles. Esta vez, Kagueyama Tobio no dejara ir a aquel a quien ama
Hinata Shouyou
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La caída de un Rey
Romance¿Qué es el amor?, ¿Quién realmente es merecedor de el?, ¿Cómo saber si estoy enamorado? ¿Cómo saber si ya no lo estoy?