- Cariño despierta. Ven a comer.
La voz de mi madre me despierta y le respondo con un "mmm". Otro día menos. Abro los ojos y me los restriego, me incorporo y tras verificar que las camas a mi lado están vacías, me levanto. Duro varios segundos, buscando mis pantalones de pijama, amo dormir en bóxer, para mí es más cómodo. Camino como un zombie hacia el baño, al llegar me cepillo los dientes y orino.
Al terminar me lavo las manos y procedo a hacerlo con mi rostro. Higiene es higiene. Al terminar me dirijo a la cocina y al entrar el olor a panquecas me golpea el rostro. Joder, amo las panquecas. Fijo mi vista en el mesón y observo a mi hermana comiendo apresuradamente. ¿Ya no debería estar en su instituto? Supongo que se le hizo tarde. Agarro un plato y me sirvo 2 panquecas y me siento a comer.
- Cariño, agarra otra.
- No mamá. Si agarro otra ya no quedará para más tarde.
- Él no quiere agarrar porque no quiere arruinar su cuerpo. - Mía rueda los ojos.
- No, cariño, no soy como tú. - Ella me saca la lengua. - Por cierto, ¿No deberías estar ya en el instituto?
- Sí ya sé. Mierda se me hace tarde.
- Las palabra Mía. - La reprende mi madre. Já.
- Lo siento mamá. Ya me voy.
Mía deja de comer y se levanta, se despide de mi madre con un beso y de mí con otro y se va. Mi madre se levanta para guardar lo que quedó de las panquecas de Mía y se vuelve a sentar. Como tranquilamente mientras pienso en las entrevistas que tengo para esta tarde. Son dos. Una es en una pizzería como mesero y la otra es en una almacenadora cargando algunos productos. Espero conseguir trabajo en alguna de las dos o en ambas. Un ruido me saca de mis pensamientos y es mi madre tosiendo. Joder. Me levanto enseguida por un poco de agua y se la doy. Ella toma un sorbo pero se detiene y me mira.
- Gracias hijo.
- ¿Te tomaste la pastilla antes del desayuno?. - Pregunto curioso.
- Sí. Cuando te desperté, me la tomé.
- Esta bien.
- Por cierto cariño, ¿A qué hora son las entrevistas?
- Una es a las 10 y la otra es a las 3 de la tarde. - Miré el reloj. Las 8:30 am. Vaya que se le hizo tarde a Mía. - Todavía me
queda tiempo.
- Sí, un poco. Me voy a bañar.
Me levanto de la silla y me dirijo al baño. Abro la llave de la ducha y mientras espero que salga el agua caliente me desvisto. Entro a la ducha y me relajo mientras el agua cae sobre mi cuerpo. Pienso en las entrevistas que tendré hoy, no son la gran cosa pero lo necesito. Después de terminar de bañarme, agarro una toalla y me la enrollo por la cintura, mientras que agarro otra para secarme el cuerpo. Veo a mi madre en la cocina y aprovecho para entrar en la habitación a vestirme. Me visto rápidamente y salgo. Veo a mi madre empacando algunas galletas en un tazón super gigante.
- ¿Tienes algún pedido?. - Pregunto agarrando una
- Sí. ¡No te las comas!.
- Perdón. Por cierto, ya me voy.
- Suerte, cariño.
Le doy un beso a mi madre y salgo de la casa. Reviso la hora en mi teléfono; 9:30. Perfecto, llegaré puntual. Camino un par de cuadras tranquilamente. Me detengo en una tienda a comprar una paleta. Amo las paletas. Como siempre, la chica del mostrador me guiña un ojo antes de salir de la tienda. Ruedo los ojos. Odio que sólo se fijen en mí por mi físico. Veo la pizzeria y tomo una bocanada de aire.
ESTÁS LEYENDO
Games Of Destiny
RomanceChristopher Evans ha tenido que trabajar toda su vida para poder mantener y darles de comer a su familia. Cuando él termina el instituto, decide no ir a la universidad para poder trabajar día y noche y así poder darle un lugar digno a su familia...