Capítulo 29.

29.7K 2.1K 129
                                    

Treinta y cinco semanas de gestación.

Estoy que reviento.

Soy una ballena con patas y brazos.

Mi vientre es digno de estar en un libro de récord, se que puedo exagerar pero si una panza de una mujer embarazada de un sólo bebé es grande imagínense la mía que llevo dentro mío tres pequeños.

Debía darle la razón a mi tía Fran cuando decia que el embarazo no es tan lindo como te lo presentan porque primero empiezas con náuseas y vómitos, luego siguen la retención de líquido y por último para completar en las últimas semanas empiezas a no encontrar una posición para que no te falte el aire porque yo sentía como los bebés comprimian mi diafragma imposibilitado una buena entrada de aire.

Si los últimos meses son peores que los primero, lo único que me alegraba es cuando se mueven y puedo sentir sus pequeñas pataditas.

Pero había noches que no podía dormir como ahora por ejemplo que los bebés no paraban de moverse y estar sentada en la cama ya no era una buena idea.

Observo a mi costado y el que se llama mi novio duerme tan plácidamente que me molesta.

¿Por qué las mujeres debemos pasar por todo?

¡Ellos también son partes de todo esto!

¡Mundo injusto!

Bufo molesta y le doy un fuerte golpe a Demian para que despierte no podía ser la única que no pueda dormir esta noche.

- ¿Qué sucede? - pregunta con su voz adormilada.

- Tengo hambre - digo con mis brazos cruzados claramente molesta.

Demian se gira y toma su teléfono. - Son las tres de la mañana - acota tirándose de la cama cansado.

- ¿A caso existe una hora  específica en que se pueda comer? - inquiero ofendida.

- Jaz - murmura él tapándose la cara.

- ¡Tengo hambre Demian! - sentencio muy cabreada.

- Amor - musita pasando sus manos por la cara - ¿Qué quieres comer? -

- Nutella - chillo como si fuera una niña pequeña - Y a ti bañanado en chocolate - agrego mordiendo mi labio mientras lo miro como se levanta de la cama.

- Jaz - dice riéndose de mis palabras. - Ahora vuelvo voy a comprar antes de dormir te comiste el último pote - culmina dejando un beso rápido en mis labios.

Sonrío feliz cuando lo veo salir de nuestra habitación para cumplir uno de mis tantos caprichos que pedía, no puedo quejarme Demian es un gran hombre y me cuida como si fuera lo más frágil del mundo, nuestra relación desde que oficialmente somos novios es muy diferente ya no nos privamos de nuestro amor de hecho lo mostramos a todo el mundo y nuestras familias está muy contentas de que al fin estemos juntos.

Estos meses todo había cambiado.

Nuestra relación se había afianzado notablemente, las inseguridades, las dudas quedaron el pasado ambos comfiabamos plenamente en el otro.

Eso es amor.

Al parecer tendríamos una noche bastante larga porque los pequeños no dejaban de moverse al parecer estaban teniendo su propia fiesta dentro mío.

Estos tres van hacer fatales dignos Salvatore.

- Es hora de dormir pequeños - digo acariciando mi gran vientre tratando que con mi voz pueda tranquilizarlos pero no ellos seguían moviéndose y dándome fuentes patadas que me hacían dolor.

¡No somos Nada! (5°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora