La mirada de YoonGi se clavó con intensidad en ese hermoso rostro que lo observaba sin recelo alguno. Su descontrolada respiración y el palpitar de su corazón no le dejaron asimilar con claridad lo que estaba sucediendo. Se acercó con pasos lentos e inseguros hasta dar con el barandal del pasillo y admiró aún sin creérselo a aquel rubio tan prepotente.
— ¿Podemos hablar? —La pregunta retumbo en los oídos del pelinegro como si de tambores se tratara ¿Realmente estaba pasando?
La apariencia de YoonGi no decía mucho, inclusive ocultaba sus verdaderos sentimientos y lo envolvía en una burbuja intocable, pero olvidando las máscaras y tapaderas el pelinegro era una persona insegura y asustadiza. Las pocas personas que lo conocían a profundidad sabían lo jodidamente romántico y cursi que podía llegar a ser cuando se trataba de alguien especial, aunque teniendo en cuenta todo lo que vivió se podía deducir que esa actitud de niño infantil se había disipado con el pasar de los días.
Aún conservaba ese algo que le hacía cosquillas cada vez que veía al rubio sumido en sus pensamientos, quiso creer muy en el fondo que se trataba de algún sentimiento bueno, pero claramente su mente le gritaba que era un mero capricho suyo, que estaba jodidamente enfermo por querer corromper a un menor que no tenía nada que ver con su desgracia.
Sonrió e inclino la cabeza antes de remojarse los labios con la lengua y volver a sonreír como un niño que había logrado su cometido. Se alejó de la baranda y desapareció en el pasillo del segundo piso.
Jimin suspiro y frunció el ceño preguntándose qué es lo que estaba pasando por la cabeza del pelinegro, predecir las acciones de los demás no era nada complicado para él, pero cuando se trataba de su acosador no podía adivinar absolutamente nada.
Un minuto más tarde la silueta delgada y refinada que conocía a la perfección se acercó a él acompañado de una expresión seria y calculadora. Jimin tragó en seco y le plantó la mirada como si lo estuviera retando en un campo de boxeo, sin dejar de desbordar seguridad absoluta por todos sus poros.
—Si esto es una broma, estás perdiendo tu tiempo —YoonGi se llevó las manos a los bolsillos después de haber soltado aquella frase tan desabrida.
—Creí que tenías un poco más de tacto —Jimin le respondió secamente —Definitivamente eres patético.
— ¿Me llamaste para decirme eso? —Las facciones del pelinegro marcaron un sinfín de arrugas —Mira, Jimin. Yo realmente quisiera conocerte, me pareces encantador y...
— ¿Y te gustaría ir a tomar una taza de café conmigo? —Jimin no deseaba perder el tiempo escuchando confesiones que no eran de su interés.
—Supongo que sí —YoonGi aún no podía entender por qué el rubio estaba siendo cortes con él, todo le sabía a extrañeza y por ello mismo decidió mantenerse en alerta.
Empezaron a caminar en total silencio en busca de alguna cafetería que estuviera cerca de donde estaban. Después de intercambiar miradas y escoger con palabras mudas el lugar correcto se adentraron en el recinto, estaba adornado en tonos pastel naranja y café, aparte de que regalaba una hermosa vista a través de los gigantes cristales que daban a la calle.
Los chicos tomaron asiento en la parte más iluminada de la cafetería y se observaron sin siquiera pestañear, como si los segundos se hubieran congelado para detenerse en ese punto donde el brillo de sus ojos se conectaban con total libertad, sumergiéndolos en un mundo inexistente y desconocido.
—Buenas tardes —La voz de un tercero les hizo despertar de su ensoñación — ¿Puedo tomar sus pedidos? —La mesera espero con paciencia a que uno de ellos tomara la palabra.
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ROTO - YOONMIN +18
Fiksi PenggemarPorque fuiste mi mas horrible fragmento y me convertiste en el monstruo que soy ahora. YoonGi desea huir de su tormentoso pasado, olvidar y demostrar que puede retar a la misma muerte y Jimin solo intenta escapar de su infierno, de la culpabilidad...