Conducía de regreso a mi departamento, en el asiento de atrás del auto de Lina yacía la muchacha desconocida aun si recuperar la conciencia. Lina abriéndome la puerta, se quedó pasmada al verme entrar al departamento cargando a una desconocida hasta mi habitación.
-¡Pero qué demonios!-exclamo Lina extrañada
Erick dejando caer la botella de agua al suelo, se apresuró en ayudarme con la muchacha.
-Colócala con sutileza en la cama, mientras voy a ver el botiquín de primeros auxilios.-me dijo Erick mientras buscaba como loco en mi armario.
La muchacha sin duda era muy bella, pero sentí algo inusual en ella, como si no fuera una coincidencia que nos hayamos encontrado. Erick acercándose a la muchacha, comenzó a darle los primeros auxilios, mientras Lina intrigada entro a mi habitación.
-¿Cómo es que?... ¿Qué sucedió Jeremy?
Estaba tan hundido en mis pensamientos, sobre ese insólito presentimiento, que apareció repentinamente en mi pecho que apenas puede escuchar a Lina.
-Jeremy ¿Qué fue lo que sucedió?-me pregunto Erick mientras terminaba de comer su hamburguesa.
-No lo sé.-estaba abatido.-Salía de Mc Donald, y de la nada vi a alguien correr hacia el callejón, fui a ver que estaba pasando y la vi, parecía aterrada como si no supiera lo que hacía o donde estaba. Le dije que quería ayudarla, pero se negaba, se puso algo extraña tanto que repetía algo en voz baja una y otra vez pero no puede oír lo que decía.
-¡Pero es una desconocida, Jeremy!-me reprendió Lina.-Ponte a imaginar por un segundo que habrá venido haciendo esa chica para que la hayas encontrado así.
Lina tenía razón, estuvo mal que trajera conmigo a una desconocida al departamento, sin haberme puesto a pensar primero que vendría haciendo.
Erick suspirando profundamente, me miro.
-Ya no importa, con tal no creo que haya estado haciendo algo malo. Por lo visto alguien la tuvo que haber agredido, por las laceraciones que tiene en su cuerpo. Mi instinto me dice que ella pudo haber estado escapando de algo o de alguien.
¿Escapando? Esa palabra era muy conocida por mí.
Ella seguía sin despertar, parecía toda una bella durmiente esperando el beso del príncipe para despertar del sueño mágico.
Pero había algo impropio de mi parte hacia esa muchacha. En mi interior sentía mucha ira, rabia, odio, soledad, tristeza e impotencia al verla. Tanto que no podía encontrarle una explicación.
La miraba con una mirada fría en mi rostro, como si tratara de preguntarle porque había hecho tales cosas. Era desconcertante que tuviera tales sentimientos tan negativos hacia una persona que apenas acababa de conocer. Mi corazón me ardía, tanto que empecé a llorar, como resignado a algo que iba o estaba a punto de pasar.
Una mano cálida acaricio mi cabeza, levante enseguida la mirada al sentir ese calor.
-Gracias...-susurro débilmente la muchacha algo soñolienta.
Me aleje por instinto al ver como sus ojos mirándome directamente, me perforan el alma por completo.
-De nada.-le respondí cortante mientras me secaba las lágrimas de la cara.
-¿En dónde estoy?-dijo la muchacha levantándose de la cama.
Arqueando una ceja, la miraba con desconfianza.
-Estas en mi departamento. –Respondí con algo de rudeza a su pregunta.-Estabas tan fuera de sí que a la final terminaste perdiendo el conocimiento, así que no iba a dejarte a tu suerte por eso te traje aquí.
La muchacha se quedó en silencio, mirándome fijamente con sus ojos verdes jade, como esperando una reacción mía hacia ella. Estaba demasiado incomodo por su extraña forma de actuar, que decidí abandonar mi habitación, o eso creí. Porque ella se interpuso en mi camino impidiéndome salir.
Se me acerco tanto que quedo frente a mi cara. Ella miraba cada rasgo de mi rostro como si me analizara tanto que parecía caótico.
-Has sufrido mucho... Jeremy. –me susurro en voz baja, sin quitarme la mirada
¿Cómo es que...? Ella sabe mi nombre...
No puede articular palabra alguna, estaba muy conmocionado al ver que ella sabía cómo me llamaba.
-Ya estoy aquí, Jeremy...-me susurro otra vez, pero esta vez acariciando mi mejilla.-He estado esperándote por mucho tiempo. Esta vez no voy a dejarte ir.
Realmente me sentía extraño, era si no pudiera resistirme a ella.
No sé si eran sus ojos, o su voz o su extraña belleza. Pero ella tenía algo que la hacía parecer distinta a las demás chicas que había conocido.
-Jeremy... te prometo que no voy hacerte daño... eres el único al que voy a conservar... Eres mío...
Su voz sonaba muy lejana, como si estuviera lejos y a la vez tan cerca.
De pronto desperté en mi cama, estaba confundido me sentía cansado como si hubiera corrido demasiado. Mi despertador indicaba una fecha, pero la veía algo borrosa intente alcanzar el despertador, pero nuevamente me caí en mi cama.
Erick preocupado al ver que no salí al escuchar tocar la puerta, utilizo la llave de emergencia que tenía escondido bajo el tape de la puerta en caso de que me sucediera algo.
-¡Jeremy! –me llamo Erick al entrar a mi departamento.
Ella se alarmo, sabía que si actuaba podía levantar sospechas así que decidió...
-¿Jeremy? ¿Me escuchas?-Erick chasqueándome los dedos frente a mi cara.- ¿Está todo bien?
La cabeza me dolía un montón, parecía como si hubiera tenido una migraña acumulada.
-¿Si? ¿Por qué la pregunta?-le respondí despreocupado.
Erick arqueo una ceja el presentía que había pasado algo, antes de que él llegara a mi departamento.
-Por nada, solo que Lina nos está esperando afuera para ir a ese lugar que nos dijo aquel vagabundo.
-Ah, cierto lo había olvidado. Espérenme que me pongo lo primero que vea y los alcanzo.
-Ok. –me dijo Erick mientras analizaba cada parte de mi habitación.
Lina algo impaciente, miraba su reloj. Erick entrando en el auto, la miro de reojo en silencio. Lina captando el mensaje, se puso en alerta.