Amanecía en la ciudad de Crocus, como todas las mañanas los primeros rayos de sol iluminaban las calles y casas de la ciudad. Poco a poco la vida de la ciudad regresaba, y las personas salían a realizar sus actividades diarias. Las sonrisas provocadas por la alegría de las mañanas en los rostros de sus ciudadanos, se mezclaba perfectamente con el limpio y fresco olor de la mañana.
En un pequeño departamento, los rayos del sol chocaban contra las cortinas de alguna ventana, evitando que estos llegaran al interior. Una tenue luz de lectura iluminaba la sala de estar de aquel cálido hogar.
El desorden por todos lados no solo se podía ver, se podía sentir. Los libros ya hacían regados por varios puntos del suelo, o simplemente depositados en algún mueble por todo el departamento, las hojas con textos impresos se desmoronaban de las pilas que llegaron a formar y simplemente se fregaban por el suelo, las libretas de apuntes llenas de anotaciones y ecuaciones ya hacían apiladas en el comedor principal, en donde se encontraban dispersos objetos escolares que fueron botados sin mayor preocupación.
Aquello era muy atípico, pues el chico que habitaba ese departamento solía ser ademas de muy limpio y pulcro, extremadamente ordenado, y normalmente su departamento era objeto de envidia por lo bien organizado que este solía encontrase.
Mas sin embargo en las ultimas semanas este había degenerado a una escena de un almacén de un archivo publico, o algo parecido. Al grado de que las tazas sucias manchadas con café se apilaban, la cafetera estaba abandonada, pero encendida para mantener su contenido caliente y listo para ser consumido, y un simple paquete de pan con un tarro de jalea precia ser lo único que había en toda la pequeña cocina para comer.
Fue así como que chico que ya hacia dormido en una posición bastante incomoda sobre un pequeño escritorio de su habitación, con su rostro pegado a dicho escritorio, poco a poco comenzaba a suspirar en señal de que este despertaba, aun mas importante mostrar señales de que estaba vivo, pues quizá la condición en la que se encontraban harina que quien lo mirara lo dudara.
Lo ojos carmesí se abrieron para ver aquel regadero de material de estudio por todos lados. Miro su laptop tirada sobre la alfombra no muy lejos de el, la manzanita clásica de la carátula de esta ya no brillaba, lo que le indicaba que esta se había quedado sin vida, pudo ver aquel termo de café que se le había caído en algún punto de la madrugada, quizá cuando el cansancio le gano y su cuerpo cedió, por fin a su jornada de estudio. Y sin preocuparse en lo mas mínimo por aquel panorama, se quedo dormido unos minutos mas. Y no era para menos, pues su jornada nocturna había terminado apenas hace menos de una hora.
El rubio llego al departamento, ingreso la llave que le habían dado, pues el tenia acceso libre. Se sorprendió al ver aquel desastre en el departamento. Suspiro profundamente imaginando de que se trataba aquella escena.
-¿Que demonios?.- Observo y medito. -No puede ser, no otra vez por favor.- Se toco la nariz un poco preocupado y emprendió a buscar al habitante de aquel lugar.
Llego hasta aquella habitación que conocía muy bien, y se topo con la persona que buscaba. Lo miro encorvado, con un hilo de saliva tocando el retablo del escritorio. Y no pudo mas que soltar un ligero quejido, por ver al chico en aquella escena.
-Eres un idiota, ¿Sabes?- Remolineó el cabello negro del chico. -¿Rogue?, despierta.-
Aquello provoco que el pelinegro despertara y con pesar abriera los ojos. Aquellos ojos cargados de profundas ojeras, testigos de las ultimas noches que el pelinegro había vivido de manera nocturna. Incorporo su vistas y miro a su novio de pie, no supo descifrar si esta estaba enojado, triste o se estaba burlando.
-¿Hasta cuando Rogue?, ¿Hasta cuando dejaras de ser tan nerd?.-
-Yo también te quiero mucho Sting.- Dijo con pesadez incorporándose, con su espalda adolorida, lo que provoco que perdiera un poco el equilibrio.
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SEXY SECUESTRO (Stingue)
FanfictionRogue Cheney suele ser un chico bien portado, ordenado, pulcro y uno de los mejores estudiantes de la preparatoria. Y precisamente eso, es lo que pone el mundo del pelinegro estad literalmente en llamas, comenzando a perder el control. Hasta que al...