Capítulo 3

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Los pequeños movimientos de la chica sacaron a Benji de sus pensamientos; hacía ya tres días que Benji la había llevado al hospital, y desde entonces no había salido de su estado de inconsciencia; sin embargo, había mejorado: su piel ya se notaba coloreada, algo morena; sus labios, que hacía tres días eran azules, se tornaban de color rosa; su pelo, corto hasta un poco más arriba de los hombros, se veía brillante y negro. Todo en conjunto le delataba unos veintitrés años, precisamente la edad que tenía Benji, quien se había encariñado bastante con ella durante esos tres días.

Al abrir sus ojos, ella le preguntó, con su voz afectada por un dolor de garganta:

_ ¿En dónde estoy?

_ En un hospital de Hamburgo, Alemania_ le contestó Benji, procurando que su voz sea lo más suave y entendible posible.

_ ¿Y por qué estoy en Hamburgo? _en esta pregunta, se le mezcló el alemán con un poco de inglés, japonés y francés.

_ ¿Cómo? _ preguntó en inglés Benji, quien había entendido todo menos el francés.

_ Que por qué estoy en Hamburgo_ respondió la chica, en el mismo idioma, con una voz aún más débil.

_No lo sé... Te encontré hace tres días bajo un arbusto... ¿No recuerdas nada con anterioridad a eso? _preguntó Benji, extrañado.

_No_ dijo la chica, con los ojos llenos de lágrimas_. Ni siquiera sé de dónde vengo_ y en ese momento, una lágrima corrió por su mejilla.

_Bueno..._ comenzó Benji_. Al menos se puede deducir que puedes ser alemana, inglesa, o japonesa, ya que conoces esos idiomas, alguno debe ser el de tu país... Aunque no debes de ser japonesa o alemana por tus rasgos... Y me faltó un idioma, que no conozco...

_Francés _lo interrumpió la chica_. También sé francés e italiano. Pero no recuerdo demasiado el italiano.

_Entonces no debes de ser italiana...

En ese momento entró nuevamente el doctor, justo en la mitad de la conversación.

_ ¡Así que la niña ha despertado! Sabes, has estado inconsciente bajo un arbusto durante días. Este chico japonés, que es el arquero del equipo de Hamburgo, y (debo decirlo) el mejor que le tocó a este equipo, te encontró una noche fría en la que volvía de un entrenamiento_ la joven sonrió _y te trajo inmediatamente aquí. Él nos contó todo lo que ocurrió y, a decir verdad, yo opino que es toda una joya: sólo salía del hospital para entrenar, y cuando volvía, no se apartaba de tu lado_ en este punto, Benji enrojeció levemente_. Si me preguntas, creo que no te pudo haber tocado un cuidador mejor_ finalizó el doctor.

_Si usted me permite opinar, señor, yo creo que no es para tanto, ya que supongo que usted habrá hecho lo mismo que yo si se hubiera encontrado en mi situación_ dijo Benji.

_ ¡Ya has visto hasta dónde llega su modestia! _dijo el doctor, dirigiéndose a la chica_. Sí, yo hubiera hecho lo mismo, pero recuerda que no todos lo harían_ le dijo a Benji sonriendo_. Y bien, pequeña, te duele la garganta, ¿no es así? _la chica asintió_. Bueno, esto es porque el frío lastimó tus cuerdas vocales. Un poco de reposo durante algunas semanas, y podrás gritar todo lo que quieras_ rio el doctor_. Ah, casi se me olvida... ¿cuál es tu nombre?

_No lo recuerdo_ contestó la chica.

_ ¿Cómo que no lo recuerdas? _preguntó el médico, confundido.

_Así es, doctor: no recuerda nada anterior a hoy_ intentó explicarle Benji.

_Entonces no entiendo cómo recuerda todos esos idiomas_ dijo el doctor.

_ ¿Cómo sabe lo de los idiomas? _se sorprendió ella.

_Porque los oí conversar; lo único que entendí fue lo que dijeron en alemán, aunque sé que hablaron en inglés, francés, y otro idioma más, de Asia, que _el doctor miró a Benji_ apuesto a que era japonés. Acerté, ¿no?

_Claro_ respondió Benji, riendo.

_Bueno, si ella no recuerda su nombre, van atener que buscarle uno nuevo y que le guste a la señorita_ propuso el doctor, y se fue.    

El Brillo de Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora