Capítulo II: El peruano

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'El peruano' era un café lindo, consta de cuatro ambientes, varios meseros y música variada; nos dieron mesa en un ambiente diferente al que pidió pero, igual me gustó.

Yo tengo hambre, me dije a mi misma mientras me sentaba, mi sitio quedaba mirando a la pared y bueno, a la señora que estaba al frente mio así que, no podía ver lo que pasaba  mi alrededor. El mesero que me dio la carta era un venezolano, muy guapo, alto, delgado, de tez atrigueñada, tenía el cabello rapado pero le quedaba a la perfección, no soy fan de los morenos pero, no voy a negar que era guapo; todas las señoras a mi alrededor le hecharon ojo y empezaron a hablar de todos los venezolanos que han visto y lo 'papacito' que están.

Para mi mala suerte, mi madrina pidió para todos y no nos dejó pedir nada ya que irían al restaurante a comer, ¿Y yo? ¿! Y yo?¡ me quedé con hambre; lo único que nos dio a elegir era si queriamos té o café americano y de comer iba a pedir tequeños, no le encontraba sentido ir a un café tanta gente sólo para pedir eso pero bueno, no comenté nada. Mi prima se pidió una salchipapa que no la terminó de comer toda pero, como yo estaba lejos no me la pasó

Ya me aburrí, comenté en mi pensar; decidí pararme para ''ir a servicios'' fui y vi lo guapa que me veía, me amo demasiado; salí y noté que una barra, se podría decir,  separaba el ambiente donde estaba con el otro color rojo que estaba la zona donde hacian todos las bebidas desde café hasta tragos, me paré y me quedé apoyada en esa barra mirando la carta que milgrosamente estaba allí desolada; la leía como si fuera una revista de modas, una y otra y otra vez, hasta me memoricé el orden de todo se podría decir. 

Así de rápido comenzó esta historia, alcé mi mirada y vi al lindo chico que me miraba sonriente, ¡Joder, que precioso!, estaba en la barra donde hacían las bebidas y se ubicaba detras de la cafetera, me encantó, es la perfección hecha chico, tiene cara de niño pero ha de ser mayor para trabajar acá, le devolví la sonrisa y me puse a ver la carta de nuevo 'a que cruzamos miradas de casualidad' pensé, no aguanté y a los 15'' volví a alzar la mirada y el seguía mirandome todo sonriente, me quedé mirandome y el resto de sentidos a exclusión de la vista se quedaron nulos, sólo era su rostro todo angelical, de rasgos finos mirandome todo tímido; ha de haber puesto una cara de boba yo seguro pero, mi padrino cortó ese mágico momento cuando se acercó a mi a pedirme que le tome una foto. Tomé las fotos y él se quedó conmigo charlando, le seguí la charla sin evitar de ver en ratos al chico lindo, él también me miraba pero, no me decía nada, mejor.

-Fer, sientate para repartir la torta (mi madrina comentó)

Me senté pero, la silla la puse en diagonal para así verlo, sí tan disimulada yo, estaba felíz era como que la hada vino y hechó su chispa en mi corazón. Comí la torta y eso que no soy fan de los dulces porque me dan asquito pero, ¡el hambre!. Mientras comía veía que era mejor que ni me hable el guapo ya que ha de pensar que soy mayor ''si supieras que tengo 16 no me mirarias ni de chiste'' me dije. 

Comimos, pidieron la cuenta y ya no ibamos, todos se pararon, yo fui última y, como soy una marica simplemente de lejitos le dije entre labios ''ya  me voy'', lo miré por última vez, que guapo, de lo que me pierdo. Para mi suerte en la entrada del café la japonesa decidió que por la luz y no sé qué cosas, es un buen lugar para tomar fotos; se tomaron las amigas de madrina, yo estaba en una esquina y a tres metros mios estaba el chico, no sé a qué hora habría salido de la barra pero, él estaba allí junto a otro amigo suyo, ambos me miraban y el amigo escribia algo en un papel; terminaron las fotos y todos se retiraron, yo me quedé un minuto más para ''ponerme la casaca'' ya que hacia frio, me la puse y en eso su amigo vino y me entregó un papel y me dijo algo que su compañero blahblah, simplemente le agredecí, guardé el papel en mi bolsillo y me fui.

Mi padrino nos llevaba a mi abuelo, mi prima y yo en su carro para dejar a mi abuelo y a mi en casa y así fue, me dejó a mi primero; cuando llegué a casa mamá ya se iba, me dijo una que otra cosa y se fue, no aguanté las ganas y puse música y me puse a bailar por toda la sala de la emoción; saqué el papel y lo leí:

Soltero, XXXXXXXXX, Matias 'El peruano' café 

Llamé vía facebook a una amiga que milagrosamente me contestó, le conté toda la historia bien emocionada y exagerando mis ''feelings'' le dije que su compañero me dio un papel y tenía el nombre, el número telefónico del chico, su nombre y el lugar donde trabaja; en toda mi felicidad reaccionamos y nos dimos cuenta que yo no tenía teléfono movil así que, le di el número a mi amiga para que le hablara por WhatsApp, ella me envió la foto que salia de perfin, para ser sincera salía feo y me dio palta como le decimos acá en Perú. Le dije a mi amiga que mejor no escriba nada porque parecía pero, a la vez no, corté la llamada y le escribí a mi mejor amiga, le pasé el número y le dije que escriba lo siguiente: 

Hola, este...lo verás algo raro, pero lo que pasa es que te escribo para decirte que Fernanda (La chica de hoy de El Peruano de pantalón rojo) no puede hablarte porque no tiene celular, le robaron hace unos días asi que si no te habla es por eso, eso es todo.

Le dije que no le envie otra cosa, ni que le pase alguna cuenta mía, me dijo que no se preocupe y que ya se iba a dormir.

No me hizo caso...

A los minutos me llegó una solicitud en facebook y era él; grité en mi interior lo bendita que es mi mejor amiga y acepté la solicitud. Allí mismo me habló, estuvimos platicando de mi celular robado, en que el me estaba acosando con la mirada, que no sabía si hablarme, lo aburrida que fue el lonche blahblahblah. Me preguntó que cuando volvería y no sabía exactamente que decirle así que le dije que cualquier día voy de sorpresa. 

Esa noche dormí con la sonrisa de oreja a oreja, un chico nuevo en mi vida y este parecía diferente a los demás, parecía...

Una historia muy hermosa...para ser tan cortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora