Les amis ne s'embrassent pas

162 9 0
                                    

Había aceptado, sin embargo, como no me había trasladado aún a su mansión, nuestro trato debía ser bastante discreto, ni siquiera había habido besos hasta el momento.

Un día mientras salimos a nuestro acostumbrado almuerzo juntos, se le ocurrió irnos a pie para no llamar demasiado la atención con el Jaguar, y así, de la nada, me abrazó por la cintura, alzandome, y dándome un beso corto, en los labios, acto seguido yo lo rodee por el cuello como correspondiendo a sus gestos hacia mí. Fue a mi gusto algo corto pero mágico. Sin embargo no conté con que una amiga mía de la pasantía, me vería.

Llegando quiso saber los detalles.

- ¿Que tanto te traes con Monsieur Agreste?

- ¿Qué me traigo? Nada. Solo somos amigos y por eso acostumbramos almorzar y cenar juntos. ¿Porqué la pregunta Kylie?

- Pues si son amigos, ¿Qué hacían besándose? Los amigos no se besan Nathalie.- dijo mi bella y rubia mejor amiga.

- No lo besé Kylie.- mentí haciendo un retintin.

- Sí lo hiciste. Así que no son amigos. Los amigos no se besan Nath.

- En estos tiempos ya hace todo, hasta comparten los boxers, en América lo hacen y está muy bien.- Dije marcando claramente el origen de mi guapa amiga.

- Pero ustedes los franceses son más, no se, tradicionales.

- Lo soy Kylie, y en serio, no lo besé.

- Nathalie, no soy tonta. He visto como se miran, eso ya no es de amigos, ese hombre tiene algo contigo.

Diablos, me acorraló...

- No tengo nada con el Caballero Dragón (así le decíamos)

- Sino quieres hablar está bien. Solo cuídate, ya has visto que es un coqueto empedernido...

Diablos es cierto...

- Te lo prometo Kylie.

Mi rubia amiga sonrió y solo me miró como diciendo "No te hagas tonta ni quieras hacerme tonta a mí..."

Decidí no contarle nada a Gabriel. De todos modos algún día la gente se daría cuenta.

Lo único que se me ocurrió fue sugerirle que por unos días dejáramos de almorzar juntos, o bien, que uno esperara al otro en un punto y de ahí partir. Así lo hicimos.

Sinceramente sí, no podía seguirme haciendo tonta, no éramos amigos, éramos amantes. Que yo no lo dijera o lo anunciara como todas era diferente, pero yo no era así. Mi vida sentimental y sexual es mero secreto. Pocas personas, si no es que solo Kylie y Nadja sabían realmente como soy y mis cosas. Salvo que en este caso Nadja y Kylie no sabían nada de lo de Gabriel.

Más tarde ese día se me ocurrió preguntarle, porque me había besado.

- Es un gesto que me nació. Yo ante todo soy un caballero,así que si te molestó dime y no se repetirá.

- Me encantó de hecho.

- Entonces, ¿porqué la pregunta?

- Simple curiosidad.

- La curiosidad mató al gato Nathalie.

Sin palabras.

No dije más, solo sonrei. Al hacer eso, el se acercó poco a poco a mí, besándome el cuello desde atrás, y deslizando las yemas de sus dedos por mi espalda. Eso me causo un delicioso escalofrío que me hizo gemir en contra de mi voluntad.

De assistant à épouse d'un millionnaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora