One shot

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Me encuentro caminando por el distrito comercial en busca de un regalo, un peluche para una niña. Ella es Eri, la pobre fue rescatada por un grupo de héroes de un villano mafioso que la torturaba para crear unas especies de balas anti-quirk. Eri también era una pequeña omega y constantemente escuchaba al líder de los villanos, un alfa, amenazarla con tener un hijo con ella cuando llegue su celo,  eso le generó una gran desconfianza a todo aquel que tenga quirk y a los alfas. Así que yo, un omega, quirckless y estudiante de medicina, fui la mejor opción para cuidarla.

Lo que de hecho resulto muy bien, después de un par de visitas mías, Eri empezó a sonreír de nuevo.  Entre visita y visita me contó que se acercaba su cumpleaños, así que decidí comprarle un gran peluche para alegrarla.

Mientras recorro un negocio, no puedo dejar de pensar en mi vida. Cuando descubrí que no podía ser héroe fue un duro golpe para mi . Me presente en los exámenes, pero sin ningún tipo de habilidad no pude enfrentarme a los robots que tenia que destruir.  Pero no iba a perder mi tiempo lamentándome, sabia que había algo que podía hacer por los demás, mis opciones era estudiar para policía o medicina. A pesar de ser un trabajado honrado, en una sociedad llena de héroes, no creía que como policía pudiera hacer un gran cambio. Así que opté por medicina, ahora me siento feliz de mi decisión, ver como una niña como Eri es capaz de mejorar gracias a mi, cuando ningún héroe lo logro,  es un gran orgullo.

Encuentro un gran peluche de rana que encuentro adorable, así que decido llevármelo. Al volver por la calle portando un enorme peluche veo que varias personas me observan, pero no a mi gran amigo en brazos, si no a mi y particularmente a mi cuello.

La peculiaridad de mi cuello es que, a diferencia de los habituales omegas que caminan sin su collar al ya llevar la marca de su alfa, yo tengo dos marcas de mordidas. Ambas fueron de forma perfecta, casi como midiendo el espacio para que ninguna acapare más.  De estas marcas emitía el aroma de dos alfas. Uno de los aromas era salvaje, potente y generaba un poco de miedo al principio. El otro era más relajante, pero igual de potente y provocaba una fascinación que atontaba.

Si tengo dos alfas, algo tan raro como mi falta de quirk. Uno es mi antiguo amigo de la infancia Katsuki Bakugou, o Kacchan, un rubio alto y musculoso, con ojos rojos como el fuego y con el temperamento de mil demonios con el quirk de provocar explosiones de sus manos.  El otro es Todoroki Shouto, o Bastardo Mitad-Mitad para Kacchan, también alto y musculoso ( no, no los busco así) con el cabello mitad rojo y mitad blanco, ojo derecho café e izquierdo azul,  y una cicatriz de quemadura en su ojo izquierdo. Su personalidad es extremadamente calmada, a veces hasta rozando lo fría.  Y su quirk es crear hielo y fuego. Y algo que no puedo evitar comentar...es el hijo de Endeavor, el segundo mejor héroe.

Ambos son los mejores estudiantes de su año en la Academia de Héroes. La relación con ambos empezó en puntos totalmente diferente pero convergieron en el mismo. 

Con Kacchan tuve una excelente relación cuando eramos niños, jugábamos todos los días y él me cuidaba como solo mi madre lo hacia. Pero en la edad de presentar tus poderes, la misma donde se hace el examen de sexualidad ( es decir si eres un Omega, Beta o Alfa) , el mostró ser un alfa con una habilidad poderosa mientras que yo era un omega sin ningún poder. Eso hizo su ego crecer y decir que como yo era un inútil, no debía hacer nada y dejar que él se encargara de todo. 

Pero no me rendí y seguí con mi idea de ser un héroe sin quirk, algo que lo hizo enojar mucho y termino acosándome para que deje "de creerme tanto". Nuestra relación empeoró hasta el puntó en que empecé a temerle. Mi miedo parecía violentarlo más y el ciclo continuó hasta la graduación. Cuando no pude entrar en la Academia de Héroes y me decidí por ser doctor, Kacchan cambió su actitud conmigo, bueno en gran parte, todavía es un agresivo y mal hablado, pero eso forma parte de él.

Un Omega, Dos Alfas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora