Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}

Capítulo 34:

― Soy difícil de resistir. ¿verdad?

Lo miré y parpadeé. 

― Déjame sola ―. Traté de pasar por su lado, pero él me agarró por el codo.

― ¿Qué pasa? Parece que vas a vomitar.

― Tienes ese efecto en mi ― dije bruscamente.

El rió y me dieron ganas de patearlo.

― Podrías tomarte algo ―. Él todavía me tenía del codo.

No quise dar un paso más. 

― ¿Quieres ayudarme? Aléjate de mí.

Él apartó un rizo de mi cara. 

― Amo tu cabello. Me gusta cuando esta fuera de control. Es como ver una parte de ti que necesita salir más a menudo ―. Con furia, alisé mi cabello. M di cuenta que me veía como si intentara parecer más presentable para él, dije, ― Me tengo que ir. Catalina me está esperando ― Luego de una pausa agotada, dije, ― Supongo que te veré el lunes en clase.

― Ven conmigo al Arcángel.

Yo estiré el cuello para mirar hacia el Arcángel. Gritos agudos hacían eco desde los carros que hacían estruendos en las vías.

― Dos personas en una silla ― Su sonrisa cambió a una lenta y atrevida.

― No ― dije ― De ninguna manera.

― Si sigues huyendo de mi, nunca descubrirás qué es lo que está pasando de verdad.

Con ese comentario, debí haberme ido corriendo. Pero no lo hice.

Fue casi como si Liam supiera exactamente qué decir para picar mi curiosidad. Como si supiera qué decir en el momento correcto.

― ¿Qué está pasando?

― Solo hay una manera para saberlo.

Comencé a darme cuenta, que a nuestro alrededor no se encontraba nadie. La casa de Jalisco y el lugar de juegos, había desaparecido. Una neblina tenebrosa comenzó a invadir el lugar, y un silencio profundo me hacía estremecer. De un segundo para el otro, millones de personas habían desaparecido, e incluso muchos juegos y algunas casas. Como si nos hubiéramos transportado a un bosque abandonado, a un parque de diversiones abandonado, y solo existía un juego. “El Arcángel”: 

― No puedo. Le tengo miedo a las alturas. Además, Catalina me está esperando ― Solo que, de repente, la idea de ir tan alto en el aire no me asustó.

«Ya no me asustaba».

De una manera absurda y loca, el saber que estaba con Liam me hacía sentir a salvo. Creo. Aunque solo pensar, que estábamos los dos juntos, solos, me estremecí.

― Si aguantas toda la ronda sin gritar, le diré al entrenador que nos cambie de silla.

― Ya lo intenté. Él no va a cambiar de opinión.

― Yo podría ser más convincente que tú.

Tomé su comentario como un insulto personal. 

― Yo no grito ― dije. ― No en atracciones de carnavales.

«No por ti.» 

Junto a Liam, caminé hasta la fila del Arcángel, aunque no había nadie. 

«Nadie»..

― No te había visto antes en Jalisco ― dijo Liam.

― ¿Vienes aquí seguido?― Hice una nota mental de no viajar más a Jalisco en los fines de semana.

― Tengo una historia con este lugar. «Es el lugar donde comenzó todo».

― Déjame adivinar ― dije. ― El año pasado venías aquí en lugar de ir a la escuela ― Estaba siento sarcástica, pero Liam dijo, ― Contestar eso significaría dar pistas sobre mi pasado y prefiero mantenerlo en secreto.

― ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo tu pasado?

― No creo que ahora sea un buen momento para hablar de eso. Mi pasado podría asustarte.

«Demasiado tarde».

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