08. Septem.

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En esos 3 minutos del supuesto temblor que duró, las señales de todos los monitores de las cámaras se perdieron, también las luces se prendían y se apagaban, fallando por un prevé instante.

En las celdas de los prisioneros, estaba ocurriendo algo misterioso, con los 2 chicos, y al mismo tiempo con Wizard, que se encontraba observando en la sala de los monitores. Debido hace extraño síntoma en su pecho Wizard, no evacuó con los demás empleados de la instalación.

El pecho de Gaia, Zuno y Wizard, se sentía como si ardiera por dentro, llenándo los de una terrible sensación de asfixia, causándoles mucho dolor, por unos minutos.

Y de la nada comenzó, a emerger una intensa luz, con forma circular de su pecho. Y dentro de esa misma luz, se allá va una pequeña criatura redonda, esté estaba envuelto con una delgada capa de tejido transparente, como de una planta.

Tan grande era el asombro, de los jóvenes, que solo se quedaron, sosteniendo entre sus manos, a estás nuevas criaturas que habían emergido del interior de sus cuerpos.

(****)

Gaia fue el primero en reaccionar

—¿¡Pero qué!?...

—...¿¡Carajo!?

—¿¡Qué es está cosa!?

La criatura, reaccionó ante su voz, abriendo sus ojos, tratando de enderezar su pequeño cuerpo, rompiendo en el proceso la delgada capa de tejido. Una vez liberado, paso a comerse, ese mismo revestimiento; ya al final, se acicalo sin ninguna preocupación, tampoco le pareció importar, donde se encontraba: qué eran las manos de Gaia.

La criatura tenía la forma de un erizo, o un puercoespín, pero éste se paraba en sus patas traseras, tratando de imitar el caminar del hombre, dejando libres sus patitas delanteras, tal vez para agarrar sus alimentos con ellas, como suelen hacerlo algunos hámster y ratones.

Eso llegó a pensar Gaia, al momento de ver al animalito tan curioso.

Por parte de la criatura, solo se limitó a contestarle al joven, con unos gestos adorables acompañados por unos chillidos suaves al compás.

A Gaia, se le resbaló una gota por su rostro, ante los gestos de la criatura, para después pasar arrojar al animalito hacia la cama de la celda.

La criatura, rebotó en el colchón semi firmé felizmente, porque pensó que su amo, estaba jugando con el por primera vez, así que volvió a hacer esos ruidos adorables.

Pero ésas reacciones, solo irritaron más a Gaia, que apretó con más fuerza los barrotes y a la vez sus dientes con claro enojo.

—¡Sabes me estás molestando con tus ruidos, así que, calla de una vez!

—¡No vez, que estoy tratando de concentrarme en salir, de este maldito lugar, porque si no te has dado cuenta, estamos encerrados en esta prisión!

La criatura, guardó silencio en el momento en el cual Gaia, cargo toda su frustración con el.

Para después procesar en su pequeño cerebro, todo lo que su amo, le trataba de explicar, viendo hacia Gaia; luego a los barrotes de hierro, para después repetir la acción, un par de veces más; tomando una posee de pensador, en silencio.

Urns No Sono Kami (Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora