𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝑵𝒖𝒃𝒆𝒔 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒂𝒔 •𝑬𝒓𝒆𝒓𝒊•

♪4♪

Levi mantenía la mirada fija en la ventana de la oficina donde Erwin se entretenía dándole más y más trabajos por terminar con los informes de las expediciones recientes que la Legión había realizado al exterior de las murallas, donde se aseguraban de que los titanes habían desaparecido de las zonas cercanas.

─¿Me escuchas?─ pregunta el Comandante, un poco frustrado con el bloqueo en la realización de sus deberes─. No podrás ir a arreglar las cosas con Eren hasta que termines de darme tus detalles ¿tanto cuesta cooperar un poco?

─¿Tú sabes por qué Eren está tan molesto conmigo?─ los grises y afilados ojos de Levi por fin se fijan en la expresión serena de Smith, que piensa profundamente en algún motivo.

─No, no tengo ni la menor idea de qué le pasa─ suspira cansado─ ¿ya le preguntaste a Hanji? Ella pasa mucho tiempo con Eren.

Los ojos de Levi regresan a la ventana, donde puede ver al escuadrón 104 practicar bajo el sol antes de que Hanji comenzara a realizar pruebas con Eren. La energía parecía estarse agotando dentro de su cuerpo, porque no podía encontrar al chico del que se había enamorado entre todos los demás.

─Enamorarte realmente te pone mal ¿eh, Levi?─ Erwin decide burlarse un poco de él, dado que ni siquiera se encontraba en condiciones para narrarle nada que fuese relevante─. Creo que es un buen momento para que lo saques del entrenamiento y te los lleves a dar un paseo ¡sería tan romántico!

Levi le dedica la mirada más fría que podría llegar a surgir tratándose del más alto, realmente apreciaba la amistad de Erwin y la confianza que le inspiraba, pero a veces sus consejos no eran los mejores que podría obtener.

─No estaría mal tener un momento a solas con Eren─ admite, levantándose de la incómoda silla de madera en la que se encontraba, ni siquiera le dirige una última mirada a Erwin cuando ya se encuentra con la mano en la perilla de la puerta para darse a la fuga del entrenamiento de ese día.

O eso hasta que nota el papel que había sido deslizado por debajo de la puerta, así que se inclina para tomarlo, espantándose inmediatamente por lo que los trazos de carboncillo sobre el papel le trasmiten de forma tan clara. Es él en brazos del Comandante, rodeado por la sensación de tensión sexual, encontrando sus rostros demasiado cerca, casi como si buscaran besarse.

El asco inmediato llena a Levi, que se gira con el ceño fruncido hacia Erwin, lanzándole aquella obra tétrica de ellos dos.

─¿Qué mierda es eso, cejotas?