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•Min-Park•

—Sal de ahí, Jimin. ¡No puedes estar encerrado toda la vida!

—¡Claro que puedo, y es lo que haré! —el rubio se cubrió aun más con sus mantas decidido.

Namjoon se sentía mal por su hermano menor, este llevaba días sin salir de su habitación. Ni siquiera para comer, por suerte tenía un baño en su cuarto.

¿El motivo? El pequeño Park había mantenido una relación ya de bastante tiempo con un chico que vivía en otra ciudad que no es Busan, en Daegu para ser exactos. El mayor lo sabía pues Jimin le contaba con todo y detalles sobre su relación. Por lo que sabe Namjoon, es que su pequeño estaba sufriendo por su novio.

No contestaba sus llamadas, mensajes, nada. Jimin es muy sensible a todo e inmediatamente el pensamiento de que lo había dejado, que se había aburrido de él corrió por su mente.

Ni siquiera sus amigos han podido sacarlo de esa cueva. Taehyung y Jungkook lo invitan al cine, parque de diversiones, a lo que sea pero el rubio se niega ¡no abre su puerta ni a SeokJin quien todos temen!

Así que sin más, Namjoon estaba cansado de ver a Jimin de ese modo. Hizo lo que más puede hacer, romper las cosas. Todos lo llamaban el dios de la destrucción por eso mismo, aunque no le molestaba pues sabía que lo hacían con cierto cariño. Volviendo a lo que estaba, giró la perilla de la puerta como si nada y esta se rompió. Los menores no dudaron en empujar la puerta y correr hacia el rubio.

—¡Jiminie! —Tae se tiró sobre este, sacándole aire.

—¿¡Cómo entraron!? —Nam sonrió cuando los ojos de su hermano toparon con los de él, sus amigos lo habían delatado, —¡Hyung! Les dije que quiero estar sólo, ahora vayánse.

Como si hicieran oídos sordos, Jungkook se sentó sobre la silla del computador.

—Ni siquiera nos has aclarado por qué estás así. Así que hasta que no nos digas algo coherente no nos iremos. —desafió con su sonrisa.

Jimin bufó, le dolía su cabeza por haber estado llorando, —Bien. No sé nada de él desde hace días, no contesta ni responde mis llamadas. Se hartó de mí ¿entienden? Aunque... siendo yo es muy obvio p-pero yo lo quiero mucho...

—¡Lo mataré! —Tae sacó su celular y comenzó a escribirle amenazas al novio de su amigo, si es que todavía se podría llamar de esa manera. Tenía su número gracias a que lo había robado del celular del rubio.

Namjoon retiró el aparato de las manos recibiendo un quejido, —Nadie matará a nadie, ¿acaso quieren que hyung me mate a mí?

—Ya, no te preocupes Jimin. Estoy seguro que debe de haber una explicación para todo esto.

Jungkook abrazó al rubio y enseguida se unió el azabache apretujando a ambos.

—Todo bonito pero recuerden que vinieron hoy para algo importante ¿no? —Los menores se miraron confundidos, entonces el moreno carraspeó señalando discretamente el calendario pegado a la pared.

—¡Jimin!

Y de nuevo afixiaban al rubio entre sus brazos.

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El pelirosa suspiró por segunda vez. Había llegado hace media hora al metro para recoger al primo de sus amigos.