Capítulo 38

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(POV Flora):

Caí por enésima vez. La mujer observaba y me instaba a que continuara.

Me levanté y nuevamente lo intenté, pero volví a caer.

—¡Flora, para por favor! —me dijo Paolo preocupado.

Quería decirle que no podía detenerme, pero mi voz no salió. Ni siquiera podía susurrar.

Alguien habló. No sabía lo que decía, pero sé que se mencionaban nombres.

Valentina me miró con odio y luego se dio la vuelta para hablar con las chicas que se encontraban en la entrada.

Una se me acercó y Paolo le siguió.

—¿Estás bien? —la rubia me preguntó con un notable inglés. Sus ojos rasgados me indicaba que provenía de algún lugar de Asia.

—Sí...- ella y Paolo me ayudaron a levantarme.

Me acordé que Valentina ahora vivía en Japón, por lo que supuse que las chica sería japonesa. Pero entonces, ¿por qué no la vi ese día antes de la ceremonia de apertura?

—Hermana... —Valentina se giró y me dijo en italiano. Por lo menos no olvidó su lengua materna...

—¿Desde cuándo tienes hermana? —la rubia dejó que Paolo se encargara de mí. Al parecer sabía italiano.

—¿Hermana? —la castaña, Kate si mal no recuerdo, preguntó confundida.

El resto lo dijeron en japonés. Nunca había visto hablar de manera tan fluida a Valentina, ni siquiera cuando habla en italiano.

Mi equipo se acercó para ayudarme, mientras que las japonesas hablaban con mi hermana y la nueva entrenadora.

—¡Flora! Que alguien traiga el botiquín... —dijo Angelo, y Raffaele corrió a buscarlo.

La mayoría de las heridas que tenía estaban en las piernas y en los brazos. También tenía unas raspaduras en la cara, pero nada de que preocuparse.

—¡¿Qué te crees?! —mi hermana se acercó a la rubia, pero Kate se interpuso. Le dijo algo en japonés que la descolocó—. ¡Ustedes ni siquiera debieron haber entrado en el instituto!

—Calla, que tú fuiste la que nos traicionó... —¿de qué estaban hablando? Me solté de los chicos y me acerqué a ellas.

—¿Qué está ocurriendo? —pregunté en inglés para que todos entendieran. La señora sonrió con maldad al escucharme—. Gracias por intentar ayudar, pero eso no servirá de nada.

—¡Les dije! Ahora váyanse o tendremos que decirle a los del torneo que...

—¿Qué? ¿Qué les vas a decir? Te recuerdo que Inazuma Japón fue el ganador del torneo del año pasado y dudo que los del torneo le crean a una estúpida antes que a los número uno del mundo —Kate hablaba con cierto sarcasmo que no me agradaba mucho, pero, por lo que me habían dicho, ella era así.

Vale ardió de furia, haciéndolo notorio cuando su rostro se tornó  color rojizo.

—Flora, o vuelves a hacer tus ejercicios o juró que le haré daño a tus amigos —dijo, mirándome con fiareza. No quería que nada malo le pasase a Paolo o al resto, por lo que hice lo que me pidió.

—¿Qué pasa con tus heridas? —Raffaele ya había vuelto con el botiquín en sus manos. Lo ignoré y volví a intentar la pirueta que me habían indicado horas atrás.

Escuche como todos le discutían a la entrenadora, pero ella sólo observaba mis movimientos en silencio.

—Si nosotras lo hacemos, ¿se alejarían de la selección italiana? —dijo la japonesa cuyo nombre desconocía luego de que volviera caer.

Unidos Jamás Seremos Vencidos - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora