ιnocenт predeѕтιned >[JiKook]<

Prólogo

-Minnie, casi vas a cumplir 19, ¿qué piensas hacer? ya serás todo un adulto.-Habló su madre desde la cocina viendo de reojo al chico sentado en la mesa. ella estaba preocupada, él no consigue pareja, no sale de casa, si quiera ha pensado en su futuro.-¿Pensaste en lo que tu padre te dijo? Lo de...heredar la empresa.

-Voy a tomarme un año sabático trabajando en el negocio de dulces de Taehyung para conseguir dinero y luego voy a la universidad a estudiar...administración  de empresas. para que papá esté feliz y orgulloso de mi, además, soy un alfa, cuando encuentre a mi predestinado voy a protegerlo y debo mantenerlo también. haré que sea feliz sin importar qué.-Sentenció desganado jugando con el pequeño postre en la mesa. él necesita amor, tiene amor de sobra para dar pero no quiere dárselo a cualquiera. para jimin, si no tiene pre destinado, quedará solo por el resto de su vida y morirá así.-Omma...este aroma...-Gruñó ya en su forma de lobo comenzando a correr hacia donde el aroma guiaba, su celo estaba haciéndose presente y eso no era muy bueno para él. 

-Omma...cachorrito, cachorrito.-señaló aquel chico de ocho años a el alfa que corría sin pudor hacia él preparado para saltar a su cuello. la madre del menor era alfa también, mayor rango que Park por lo que se puso frente a su hijo protegiéndolo.-Omma...cachorrito no es malo.

-Aléjate de mi hijo, no vas a tocarlo.-Habló con autoridad la madre viendo como el alfa volvía a su forma humana y ella tomaba a su hijo en brazos llevándoselo consigo. jungkook iba a correr pero los brazos de su propia madre lo detuvieron. Jimin en serio quería a ese pequeño, ¿por qué? sólo tiene ocho años.

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-Omma, ese lobo me gustó, ¡su cabello brillaba como el sol! se parece a mi osito, ryan.-Rió aquel pequeño abrazando al osito mencionado asintiendo repetidas veces. él se había sentido extraño pero bien en la presencia de aquel alfa.

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-Jiminnie...mi alfa favorito además de mi.-Palmeé su hombro riéndome de su expresión. a él nunca le había gustado trabajar desde temprano. apenas se levantaba para ir a la escuela y eso era lo máximo que hacía antes de llegar a la escuela y dormir. eso pasó solo hasta segundo o tercer grado.-Ha pasado tiempo, ¿no? ahora, mi abuela, como ya sabes, me dejó quedarme con este negocio, trabajaremos juntos, mejor amigo. tú atiendes y yo en la caja.-Guiñó el ojo entregándole el vestuario de trabajo arrugando su nariz pero sin reproche yendo al baño para vestirse. él simplemente odia trabajar pero el echo de que lo haga con su mejor amigo ahora lo anima un poco; pero no del todo.-¡Apresúrate, ya abrimos, Minnie! ¡Llegó gente!-Gritó animado sonriendole a la gente cuando comenzó a entrar. vendían distintos dulces, de todos los países, sin excepciones, por eso este negocio, de la familia Kim, era uno de los más conocidos llegando al número uno. claro este no es el único, son cinco en total repartidos en corea del sur. en este caso, taehyung va a heredar este negocio. sus otros dos hermanos y seguramente sus primos heredarán los otros dos. 

El alfa mayor salió del baño luego de unos minutos dejando su ropa tendida junto con la de taehyung.-Pero qué molestoso..Tae tae, luego del trabajo vamos a tomar café, recuerda que debemos estudiar para postular a la universidad en 3 meses con exactitud.-Reí haciendo una reverencia volviendo a mi aspecto normal comenzando a pasar las cosas que ya habían pagado.

[...]

-Taehyung...recuerdas que...te hablé del niño ese del parque hace un año...-Tragó en seco tensando su mandíbula tratando de controlar su lobo el cual amenazaba por salir. taehyung lo notó tomándome por los hombros cubriendo mi vista tratando de tranquilizarlo pero hasta él olió las feromonas. él, a diferencia de Jimin, sabe cómo controlarse.

-Ve a dentro, conseguiré información para tí, ¿cómo puede un niño de su edad llamar la atención de tu lobo?-El mayor no lo pensó más, sólo salió corriendo a la parte de atrás encerrándose en el baño. él trataba de controlarse pero desde su primer celo, no puede hacerlo con facilidad.-Hola, nos volvemos a ver. vaya, lleva otro corte de cabello, se ve muy bien hoy.

-Gracias, pequeño, vaya, estás bastante grande, la última vez que te vi, tenías unos 10 años y tu robabas los dulces de su abuela.-Rió cubriendo su boca con sus dedos bajándolos luego tomando la mano de su pequeño hijo.-oh y pido lo mismo de siempre, ya sabes, los niños de hoy. lo recuerdas, ¿no? me alegra de que tú hayas heredado este negocio.-Habló haciendo una expresión acompañada de los brazos desordenando el cabello de su pequeño. ella iba muy seguido ahí desde que tenía memoria, era muy amiga de su abuela. ella no sabía que aún faltaba para que la herede por completo pero es algo muy básico. en un chasqueo, ya será suya.

-Claro que lo recuerdo, sus porciones me dejaban impresionados. ¿tuvo otro pequeño? la última vez que vino, lo hizo por Jiwoo, me alegro por usted, ¿y cómo se llama? ¿cuantos años tiene? es igual a su padre.-Sonreí mientras me levantaba para tomar una de las bolsas caminando hacia los dulces con almendra echando una porción de ella, yendo hacia los demás echando porciones distintas.

-Oh, si...Es muy gentil de tu parte. Jeon jungkook, tiene nueve añitos, cumple diez mañana.-Habló orgullosa viendo como aquel sonreía moviendo sus manos sobre sus hombros animado viendo con deseo los dulces. taehyung rió ante lo dulce que era.-él tuvo su celo a los siete años, es algo especial pero normal en nuestra familia.-Kim abrió los ojos a la par dejando caer la bolsa con su boca abierta. era demasiado pequeño en ese entonces.

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-¡Ryan!-Corrió hacia el alfa abrazandolo frotando su cabeza con su pecho. Jungkook siempre llegaba donde él sin siquiera planearlo. él no sabía cómo había llegado a la universidad pero se alegraba de verlo, él sólo recordó que a sus ocho años, diez y once había conocido a aquel chico, siempre en cachorro y luego cambiaba a humano haciendo que el menor aplaudiera.-Perdón señor, perdón. ¡Soy Jeon Jungkook! ¡Tengo doce años! ¿me recuerda?

-¿Jeon? claro que si...yo...tengo que irme. por cierto, no soy ryan, soy Park Jimin y tengo 21, ¿no te han dicho que no debes hablar con desconocidos?-Tomó su maletín subiendo en su auto dejando este atras maldiciendo cuando aquel pequeño subió en su auto. Jimin finalmente lo había entendido, el es su predestinado, pero, ¿por qué la vida le había jugado tan mal dandole uno de solo doce años?

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