『Novia de negro azabache.』[Brothers Conflict - Song-shot]

Capítulo único.

"Eres una hermosa muñeca de porcelana.

Por ello, alguien debe cuidarte como tal.

Sólo debe tenerte alguien que realmente te merece.

Y ese alguien, soy yo."

...

Ema Hinata residía en su nuevo hogar, en aquel sitio, trece personas se cautivaron por la belleza que desprendía esa joven castaña. Por una simple motivación, comenzó un conflicto, y ese motivo fue que todos sintieron amor por ella; no importaba la forma en cómo ellos la amaran, lo único importante, era su decisión.

Lograron atraer su atención, Ema pensó por bastante tiempo a quién de ellos se entregaría por completo; su elección rompió muchos corazones, y uno en especial, resintió mucho aquel daño. Todo ese amor, toda esa atención no fue suficiente para ella, es por esa razón que ideó un plan para convencer a su hermana menor que él la amaba más que nadie... y que no le pertenece a nadie más.

— Mira, por fin llegó este día, eh. — El rubio rió levemente al observar el rostro de la castaña. — Por fin hemos llegado a nuestro nuevo hogar.

Asahina Ukyo era aquel hermano que decidió vivir junto con Ema, se hospedaron en una casa alejada de la ciudad; la tranquilidad y la soledad era perfecta para ambos.

— Me estás mirando fijamente a los ojos, pero... — La menor no se veía muy feliz. — ¿Qué sucede?

Ema permaneció en silencio en todo el camino, Ukyo intentó entablar una conversación, aunque hablase de distintos temas, ella nunca intervino en ninguno.

— Te ves un poco preocupada. — Dejó las maletas en el suelo para acercarse a la castaña. Sostuvo sus manos para que le prestara atención. — ¿Te sientes mal, el viaje fue muy agotador? — Preguntaba varias hipótesis; ninguna fue contestada. — Si no me dices lo que tienes, entonces tendré que besarte, ¿quieres que lo haga, cierto? — Le sonríe levemente.

Ema simplemente se quedo quieta, sin decir nada ni mostrar alguna expresión, lo único que hacía era ver fijamente a Ukyo, observando con detenimiento cada uno de sus movimientos.

— Me pregunto si podría hacer algo por ti. — Sin dejar de sostener sus manos, acaricia con suavidad las manos contrarias; pudo notar que estás temblaban. — Por cierto, estás usando el vestido negro que se te impuso, debo admitirlo, te ves muy hermosa. Sé que no acostumbras a usar vestimenta oscura, pero siento que ese color te queda muy bien, más por lo que ha sucedido.

Ema giró la mirada, el haberle recordado esa escena terrible hacía que sintiese un gran dolor en su pecho; una pérdida importante era el causante de su pesar.

— ¡Ah, creo que ya sé qué cosa podrá alegrarte! Espera un momento, por favor. — El rubio buscó entre las maletas ese "objeto especial", al encontrarlo, se acerca nuevamente a la castaña para luego ponerse en cuclillas y sostener su mano izquierda. — Mira, es bonito, ¿no? — Le muestra un anillo de compromiso. — Recibe este anillo, mi linda Ema. — Colocando ese anillo en su dedo anular, besa el anillo. — Hagamos un juramento.

Al ver el anillo, Ema sólo atinó a llorar, existían varias razones por esa acción, más no encontraba la razón principal de aquel llanto.

— ¿Eh? — Terminando de besar el anillo, observa a la castaña llorar delante de él. — Esas lágrimas son, ¿de dolor, de felicidad, o de soledad? — No comprendía la razón de el por qué la menor lloraba, quería hacer algo al respecto, deseaba calmar su llanto haciéndola sonreír, pero tal parecía que nada lograba ese propósito aunque se esforzara en ello. — Nuestro nuevo hogar es bastante cómodo, ¿no lo crees? — Veía a su alrededor, la sala – el lugar en donde se encontraban – era espaciosa, los muebles de madera adornaban ese sitio de colores claros. — Vivamos aquí siempre, vivamos juntos en este mundo que es sólo para los dos.