Él es un perdedor con un arma...

92 24 14
                                    

Nadie en el vecindario quería a Kim SungKyu, era peligroso, rebelde y con una pésima fama entre los vecinos.
Mi madre me hablaba de lo peligroso que era.
Así que si quería buscar un culpable por interesarme en él...era ella.
Todos los días al salir del colegio caminaba despacio sin tomar el autobús solo para verlo, con su ropa negra y su cabello rojo intenso, sus ojos pequeños y su mirada profunda, fumaba un cigarrillo recargado en la pared continua a un viejo edificio casi apunto de caerse resguardando una kawasaki negra con dorado...
La gente decía que su familia había muerto en un accidente de auto mientras el estudiaba el primer año de la universidad, y al quedarse solo dejó el buen camino para ganar dinero fácil.
El anciano de la farmacia de la esquina hablaba bien de él cuando era niño, pero también hacia muecas de disgusto al verlo ahora.
Tal vez solo yo, tenía interés en él.
La policía había boletinado su foto en los postes de la cuadra al darse a conocer que había asaltado una tienda de conveniencia con un arma de fuego, pero jamás fue arrestado... Nunca pudieron comprobarlo.
Era astuto, demasiado inteligente para los estúpidos policías que lo vigilaban, sus paseos nocturnos los despistaban.
Tal vez solo por eso yo tenía interés en él...

Cada día era lo mismo, como una vieja rutina para el chico de cabello rojo, algunas noches oía vidrios romperse desde mi ventana y al asomarme su sombra esbelta se escondía entre las sombras de los objetos que le rodeaban.
Una vez oí disparos y a la mañana siguiente un cuerpo fue hallado a mitad del callejón.
Sin embargo, nunca le tuve miedo.

Al pasar un par de años comprendí que aquel chico de cabello rojo despertaba algo más en mi que una simple curiosidad y aunque quise acercarme a él mi madre lo impidió.

«Eres un niño de bien WooHyun, no debes acercarte a él jamás... ¿lo has entendido?»

Decir que sí era fácil, hacerme el tonto también. Pero hacerlo era imposible.

Pero SungKyu no me miraba... Era como si no existiera...

Hasta aquel día.

En la fiesta de cumpleaños de JaeYoon, un chico de mi carrera pero dos años mayor que yo y casi apunto de graduarse, me había presentado como su novio ante un grupo desconocido de personas, y aunque quise negarme era demasiado idiota para hacerlo, así que quedé enredado en la mentira.
Uno de ellos me miró con sorpresa y otro murmuró algo que no entendí, al parecer era su objeto de burlas o algún conejillo de indias...pero yo solo quería irme a casa...

Los niños pijos no me van...

Y era por su desfachatez, su hipocresía e incongruencia al tratar a los demás... Ni siquiera ante su vista era como su igual...

Mucho menos para Jae, era el más violento de todos...

Me acerqué para decirles que me quería ir a casa, qué me dolía la cabeza y que tenía clase a primera hora, pero solo recibí un pellizco en el brazo que me hizo aullar de dolor...
Debido a la vergüenza corrí al baño, una lágrima se escapó y escurrió hasta mi mentón.
La limpié y logré ver el hematoma, un circulo violáceo que me recordaría el porque no debería estar allí...
Al salir del baño me estaba esperando afuera, quería ir conmigo a un lugar «privado» en un intento por escapar le contesté en un grito que no, y de su boca escupió que eramos novios, una gran mentira que le recordé fue dicha por él y que no era nada de mi para detenerme.
Tal vez contó hasta tres y me siguió, podía oír sus pasos detrás de mi hasta la entrada.
Abrí la puerta con la intención de salirme pero sus dedos se habían clavado en mi brazo...
Esta vez no emití algún sonido pero era obvio mi dolor...

— No te irás WooHyun... Te he dicho que debes quedarte —susurró en mi oído mordiendo con fuerza una vez que terminó de hablar...otra vez me quejé.

CRIMINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora