Capítulo 7 (corregido)

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Me desperté de pronto, con un tremendo dolor de cabeza, en brazos del wight e intenté levantarme, pero, mis piernas se tambalearon, haciéndome caer al suelo. El wight me agarró antes de que lo tocara y me tomó en brazos de nuevo. Me llevó a una cabaña cercana, siguiendo a Ethan de lejos. Antes de llegar le dije:
—¿Por qué sentí eso? Bueno, sentimos.
—No lo sé, pero quiero que sepas que yo no elegí ser así—contestó.
—¿A qué te refieres?—pregunté confusa. Me estaba costando mucho concentrarme, sentía que volvería a perder la consciencia en cualquier momento
—Yo no participé en el experimento de Barrow. Yo soy hijo de wights—explicó.
—¿Eso es posible?
—Solo estoy yo. No sé muy bien cómo, pero eso no quita que haya matado a los vuestros
—Eres buena persona. Eso se nota. Yo también he matado. Lo que importa es que ahora me has ayudado, y te lo agradezco.
—Y quiero seguir contigo. Tengo esa necesidad.
—Sinceramente yo también. Siento que teníamos que conocernos. Que estaba escrito en el destino—coincidí. Él sonrió cálidamente.
—Por cierto soy Alexander. Pero puedes llamarme "Alec".
—Yo soy Rylin, encantada de conocerte Alec—susurré. Pero los ojos me volvían a pesar y todo me daba vueltas otra vez.
Lo último que recuerdo fue llegar a la cabaña ver a Enoch abalanzarse sobre Alec y musitar como pude "Es bueno".

Cuando abrí los ojos me encontré a Alec atado en una columna y con una banda cubriendo su boca. No había nadie más en la habitación. Me levanté mientras me temblaban las piernas y lo desaté y le quité el paño de la boca. Le tomé de la muñeca y salí a la otra habitación al reencuentro del resto. Cuando Enoch me vio, soltó un gran suspiro. Pero al percatarse de que había liberado al wight se acercó de manera protectora. Le hice un gesto de negación, indicándole que debía dejarme. Respiré hondo varias veces. Había recuperado fuerzas, pero aún estaba un poco débil, por lo que me apoyaba en Alec como si el fuera una muleta.
—Él es Alec. Me ha ayudado. Podemos confiar en él—resumí aún con dolor de cabeza.
—¿En serio? Vas a dejar a ese wight camuflarse entre nosotros. ¡Rylin no ves que es una trampa! Está actuando como amigo!—dijo Enoch preocupado.
—Tenía que conocerle. No sé por qué, pero los dos nos sentimos así. Además el no es...—pero me interrumpí a mi misma con un gemido. La cabeza me iba a estallar.
—¿Rylin?—prefuntó Jacob acercandose a mí asustado.
—Ha abusado de su peculiaridad. Dejadla que descanse un poco—pidió Alec. Jacob le sonrió.
—No sé por qué pero yo también confío en tí. Rylin, sientate en el suelo, creo que llevo una pastilla en el bolsillo—dijo mi hermano. Asentí con la cabeza y observé como Emma, Fiona y Hugh estaban hablando en un corro. Millard discutía con Enoch, el primero apoyaba a Alec y el segundo insistía en que me había lavado la cabeza. Horace y Browyn intentaban calmar a Olive y Claire quienes estaban asustadas por la presencia del wight. Ethan se acercó a mí ofrenciendome un poco de agua y una golosina que llevaba en el bolsillo.
—Toma Rylin, para que te suba un poco el azúcar—dijo haciendome sonreir. Vi como Alec también sonreía.
—Yo también me fio de él, por cierto. Confío en tí y en tu instinto—pronunció mirando de reojo a Alexander.
Se había formado un cálido ambiente en nuestro lado, gracias a la comida y a la ayuda de mis migos me sentía mejor, y capaz de ponerme en pie de nuevo.
—Que sepas, que lo dejaremos ir, pero sigo sin confiar en él. Todos los wights son monstruos, sin importar de dónde vengan. Rylin, no deberías confiar en la gente, si se le puede llamar así, tan fácilmente. Debiste haberlo dejado morir. Es un wight—dijo Emma de pronto, acercándose. A todos nos pilló por sorpresa, incluso a Fiona y a Hugh quienes estaban en su lado.
—Emma, hazme caso. Todos merecemos una oportunidad. Él no eligió ser como es—dije defendiendo a mi nuevo amigo.
—¿Y qué sabras tú niña suicida?—preguntó con una voz realmente enfadada y ajena. Abrí los ojos como platos y retrocedí asustada, esa no se sentía como mi mejor amiga Emma.
—¡Oye no la llames así! ¡Me importa una mierda que tú no tengas sentimientos, pero Rylin si los tiene!—dijo Enoch saliendo a mi defensa.
—No te metas Enoch. Tú mismo lo dijiste, Rylin es una puta. Acaba de ver a un chico que le parece guapo y ha decidido que se va a acostar con él sin importarle que no tenga corazón. ¡Pues mira pequeña zorra te recuerdo que a tu abuelo le mató uno de esos!—al mencionar a nuestro abuelo, Jacob se tensó y dijo:
—Emma, ni se te ocurra volver a insultar a mi hermana. Yo creo que el wight dice la verdad y merece confianza. Igual que yo te di una segunda oportunidad después de amenazar con matar a Rylin. A parte que yo sepa, Alexander no ha hecho nada malo, encima ha ayudado a mi hermana. Así que deja tus celos a parte.—dijo calmadamente.
Sinceramente me sorprendió bastante, pensé que mi hermano se pondría del lado de Emma.
—Yo creo que Emma tiene razón. Desde que habéis venido han pasado muchas cosas malas. Deberías iros con el wight y dejarnos en paz. Miss Peregrine no os necesita ni os quiere como a nosotros. Lo siento Ry—dijo Fiona en defensa de Emma. Hugh la miró mal.
—Fiona, creo que, te equivocas. Ellos no tienen la culpa de todo esto. Y si los necesitamos. Pueden verlos. A parte Rylin es... Fundamental. Entiéndelo ella es muy poderosa. El wight podría hacernos de espía. Estoy de su lado—dijo Hugh. En un abrir y cerrar de ojos estábamos divididos en 2 bandos. En el de Emma estaban: Emma, Fiona, Horace, Browyn y Claire. En el nuestro estábamos: Jacob, Ethan, Enoch, Millard, Hugh, Olive, Alec y yo.
—Por favor, dejemos esta tontería, mejor me voy y así se termina todo—sugerió Alec sintiéndose culpable.
—No, no te irás Alec. Los dos lo sentimos. No podemos evitarlo—le susurré tratando que nadie oyese.
—¿Sentir el qué?—preguntó Enoch con su tono tajante.
—¡Lo que está diciendo Emma! Le ha gustado y lo ha traído. No le importa nada más—argumentó Fiona.
—¿Es eso verdad Rylin?—susurró Enoch mirándome a los ojos.
—¿¡Qué!? ¿Cómo puedes pensar eso, Enoch?—contesté ofendida.
—Estamos mejor sin ella—dijo Emma mirándome, para, después lanzarme una bola de fuego. Me concentré y reducí su impacto sobre mi piel. Aún así me ardió todo el cuerpo pero no sería nada grave. Lo siguiente sucedió en milésimas de segundo. Browyn se lanzó contra todos los que se hallaban a mi lado y los empujó exitosamente contra la pared. JFiona hizo crecer una enredadera, atándolos a todos y otra para mí, impidiendome moverme y apretando cada vez más y más.
—Lo siento Rylin, pero desde que llegaste todo cambió, tuve que dejar a Victor...—dijo Browyn.
—Emma—la llamé en un susurro con la voz rota. Las enredaderas estrangulaban cada milímetro de mi piel y hacían que me faltase aire para respirar.—Tú...no...eres...así—dije ahogándome.
—¡Y tú que sabrás!—exclamó enfadada con una expresión en su rostro que se me hacía terriblemente ajena.
—Me importais una mierda tú y tu hermano. Solo con miraros me recuerda a que Abe me dejó para irse con otra—confesó.
—¡Eso es mentira Emma! ¡Sé que me quieres!—gritó Jacob intentando liberarse.
Agarró un puñal que guardaba en su zapato y lo apunto hacia mí.
—¡Déjala!—gritó Enoch furioso.
—¡No Emma no lo hagas! Fiona, por favor, ayúdala—suplicó Hugh.
Pero Emma se acercó al máximo contra mi y se dispuso a clavar el puñal, cerrando los ojos. Yo copie su gesto, sintiendo que esa sería la opción menos dolorosa.
Pero entonces la enredadora había caído, y Alec se hallaba a mi lado. Todos estaban libres.
—¡Poder de los huecos ven a mi!—gritó Jacob.
Se acercó corriendo a Emma y... la besó. Emma se desmayó, dejando caer el puñal. Yo no entendía nada. ¿Por qué Jacob había dicho eso?
—¿Jacob por qué has dicho "ahskid ks tse bsjs s msl"?—preguntó Millard en nombre de todos. Jacob no había dicho eso ¿verdad?
—Ha dicho poder de los huecos ven a mi—dije traduciendo.
—¡He leído sobre esto! ¡Podéis hablar la lengua de los huecos!—dijo Millard.
—Emma, un wight le había hecho algo, por eso estaba tan violenta. Alguien la controlaba, pero un beso de amor verdadero le ha devuelto su personalidad, a parte las palabras han salido solas de mi boca, como cuchillos. Pero, creo que era necesario para romper el hechizo del wight.—explicó Jake.
—Lo siento Rylin, que sepas que no pienso lo que dije se me hacía como que "obligación" seguir a Emma. Como si hubiese algo que me vinculase. Pero ese algo se ha roto nada más que Jacob besara a Em—dijo Fiona liberándome y abrazándome. Estaba aún que no sabía que hacer. Dios, como había cambiado la situación en unos segundos.
—No pasa nada Fiona... yo...no quería perder a la única familia que me hizo feliz—dije abrazándola más fuerte. Nuestro momento fue interrumpido por Emma, quien se despertó me miró y me abrazó llorando:
—No hagas caso, Rylin, te prometo que no era yo estaba como siendo controlada yo no quería decir eso porque no lo pensaba, pero entonces las palabras salían de mi boca y... por favor, me pareces una persona encantadora y te considero de mis mejores amigas...así que por favor no te enfades... yo te quiero...—se aferró a mí fuertemente esperando mi respuesta.
—Yo también te quiero Em, yo también te quiero...—dije mientras le correspondía el abrazo.
—¿Cómo es que os librasteis de la enredadera?—pregunté curiosa.
—Fue tu amigo Alec. La tocó y se desintegró—explicó Ethan.
Le miré sorprendida.
—¿Alec es eso cierto?—cuestioné.
—No lo sé. Creo que sí—procedió a hablar.
Iba a seguir explicándose cuando de repente oímos una especie de gruñido proveniente de fuera de la cabaña. Como acto reflejo aparté a Emma y a Fiona y las puse detrás mía. "Hueco", fue lo primero que pensé. Aún estaba débil, pero debía forzarme. Lancé a mi hermano una mirada diciéndole que yo lo entretenía que evacuase al resto. No sé cómo, pero comprendió mi mirada y consiguió evacuara todos, menos a Alec, por la puerta de atrás. Enoch trató de resistirse, pero le pedí que se marchara.
—Rylin, ¿preparada?—me preguntó mi amigo mientras sacaba una daga de la chaqueta.
—No, pero el hueco no me va a esperar—dije temerosa. Entonces la puerta se rompió y pude ver a una alta y delgada criatura, con brazos y piernas como agujas, ojos lechosos y profundos y una boca de la colgaba una gran lengua. Alexander, sin dudarlo lanzó la daga a uno de los ojos del monstruo, derrumbándolo al suelo. Me acerqué al hueco, pero, cuando menos lo esperaba, me agarró con su lengua impidiéndome respirar. Alec volvió a buscar desesperadamente en la habitación algún arma, pero entonces conseguí liberar una mano, y, haciendo presión en su cara, comenzó a brotar fuego vivo. En un momento Alec le clavó un cuchillo en el otro ojo, dejándolo aparentemente muerto. Sin demorarnos mucho, comenzamos a correr para huir de la casa. A mi me dolía mucho todo el cuerpo, pero podía mantenerme en pie gracias a la adrenalina. No tardamos mucho en alcanzar al resto del grupo.
—Lo siento, Alec. Gracias por ayudarnos—dijo Emma de nuevo. Todavía seguía arrepentida por lo que acababa de suceder.
—No eras tú. No debes preocuparte—dijo él sonriente.
Cuando pensamos que podríamos descansar, apareció un jeep, lleno de wights. Alec reaccionó rápidamente y me acorraló contra un árbol mientras me susurraba "sígueme el juego".
—Peculiar ingenua...¡Debiste matarme cuando tuviste la oportunidad! Ahora seré yo el que te mate a tí—dijo Alexander. El resto de mis amigos lo miraban sorprendidos. Enoch fue el primero en hablar:
—Tócale un solo pelo y te mato—. Él no sabía que todo era una farsa. Le guiñé el ojo, porque era capaz de matarle de verdad. Él lo comprendió al instante. Emma también lo vio, y como se suponía que ella estaba siendo controlada por un wights, se alejó rápidamente de Jacob susurrándole "no es verdad". Se colocó al lado de Alec y sacó el cuchillo con el que había intentado matarme mientras estaba siendo poseída.
—Vaya, vaya, vaya...Esto se pone interesante hijo—Dijo uno de los wights dirigiéndose a Alexander. ¿Era ese su padre? Supuse, que sí, a pesar del poco parecido entre ellos. Seguidamente, le lancé una mirada de despreció y asco. Alec me soltó y yo hice como que me escapaba, pero Emma me retuvo.
—Lo siento—susurró mientras ponía el cuchillo en mi garganta. Irónicamente estaba muy acostumbrada a que Emma me pusiera un cuchillo en la garganta. Mientras tanto, Alexander ató al resto de mis amigos en un árbol.
—Muy buen hijo—dijo una señora wight acariciando la espalda de Alec.—Y tú—dijo señalando a Emma—no la mates todavía...Nos será útil—.
Pero entonces, Emma se dió la vuelta y le lanzó el cuchillo a Alec... Ágilmente él lo cogió, como lo hubiese hecho un actor en una película. Decidido, se lo clavó a su madre, sin sentimiento alguno, y manteniendo una neutra expresión. La madre cayó al suelo muerta. El padre de Alec se acercó a Enoch discretamente ajeno de lo que acababa de sucederle a su esposa y sacó una pistola, para segundos más tarde, dispararle en el corazón. Abrí los ojos a la máxima expresión y grité con todas mis fuerzas. No podía creer lo que acababa de suceder. Enoch cayó al suelo, mientras un charco de sangre comenzaba a emanar se su costado.

Sin siquiera haberlo meditado medio segundo, me levanté rápidamente y generé una gran bola de fuego en mis manos

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Sin siquiera haberlo meditado medio segundo, me levanté rápidamente y generé una gran bola de fuego en mis manos. Miré a Alec, en busca de aprobación y él asintió con la cabeza, mientras acariciba el cadáver de su madre muerta, manteniendo esa expresión neutral.
Sin ninguna piedad agarré por los hombros al hombre, igual que había hecho con su hijo, hacía unas horas y lo quemé vivo. Nos envolví a los dos en una enorme bola de fuego. Había matado a Enoch y no se lo iba a perdonar. Concentré toda mi furia en ese fuego, y era tanta que el color se tornó a azul. Mi piel comenzaba a arder también, y el wight, con sus últimas fuerzas agarró un cuchillo y lo clavó en mi pecho superficialmente. Volvió a apuñalarme, pero esta vez en el estómago. Me atraganté de pronto, y el fuego cesó. No dolía, no sentía nada. Vi como su rostro terminaba ardiendo y se hacia cenizas.
Mi respiración era incostante, me faltaba aire. Un montón de sangre hemanaba de mi pecho y costado, pero me arrastré con mi última voluntad hacia Enoch. Estaba inconsciente, pero respiraba vagamente. Podía salvarlo. Coloqué mi mano en su rostro y le transferí toda molécula de energía que mi cuerpo poseía. Sentí como poco a poco la oscuridad iba envolviéndome. Los párpados me pesaban cada vez más, y comenzaba a notar la fatiga de haber abusado de mi peculiaridad. Pero no podía, no quería, soltar a Enoch, debía salvarlo, aunque me costase la vida. Tenía que transferirle todo lo que en mi cuerpo quedase.
Vi como Enoch abrió los ojos y entonces solté un fuerte suspiro. El cuerpo me dolía cada vez. Podía ver a Hugh y Fiona luchando contra un wight. A Browyn escondiendo a Miss Peregrine(aún como un ave), a mi hermano ayudando a Ethan a matar a otro wight. Enoch, se levantó, lentamente, mientras me tomaba en sus brazos.
—Rylin, no tú tambien. Por favor, quédate—dijo al borde de las lágrimas
Las oscuridad me seguía envolviendo... y con mi último esfuerzo, miré a Enoch y le dije:
—Te quiero, Eno...
Finalmente, no pude resistirme más y vi todo apagarse.

Finalmente, no pude resistirme más y vi todo apagarse

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