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•| Nota de escritora: + = salto en el tiempo.

Aquel frustrado demonio con su típico y peculiar acento nórdico yacía aún en su cama.

Había conseguido calmarse un poco, pero aún apretaba los puños con fuerza mientras maldecía en voz baja.

¿Qué le había pasado?
Estaba a punto de cumplir sus 200 años, años muy jóvenes para un demonio como él. A esa edad, los demonios deben por obligación comenzar a arrancar almas de cuerpos humanos y llevárselas al infierno, sin llegar a ser vistos por éstos.

Y a Tord eso no le agradaba para nada, le fastidiaba mucho que los demonios como él deban hacerle daño a los humanos.

Él, en secreto, siempre quiso ser un humano, cosa que obviamente no pudo ser, ya que si alguien se enterara de lo que quiere se metería en unos líos más grandes que sus cuernos.

-Ugh... ¿Por qué mierda tenía que ser un demonio? ¿Por qué no podía ser un puto humano? ¿Tan difícil era?-unos suaves golpes en el marco de la puerta, que estaba abierta, interrumpieron su conversación consigo mismo.

Dirigió su mirada hacia la puerta con un semblante frío y amenazador, con una mirada molesta, para encontrarse a su mayordomo, Matt.

-Señor, debo anunc-

-Largo de aquí.-dijo amenazante el más joven.

-P-Pero señ-

-¿No he sido lo suficientemente claro contigo? ¡Largo! -exclamó completamente irritado.

-Señor, su padre ha llamado.-

La cara del joven demonio cambió de una irritada y fría a una preocupada y con miedo. Se levantó de un salto de aquella cama colocándose en frente de su mayordomo.

-¿¡HA LLAMADO!? ¿¡CUÁNDO!? ¿¡DIJO ALGO SOBRE MI!? ¿¡VA A VENIR!? -chilló completamente en pánico colocando sus manos en su cabeza, mientras daba vueltas por la habitación muy nervioso.

-Llamó hace unos minutos, dijo que debo prepararle para su ceremonia, y no, no va a venir, señor.-dijo el mayordomo algo preocupado por el estado del contrario.

-¿¡Mi ceremonia!? No, no, no... ¡JODER, NO!-exclamó furioso el menor.

-Señor cálmese...-intentó calmarle el mayordomo.

-A la mierda, a la puta mierda todo, a la mierda, a la mierda, joder, joder.-soltó nerviosamente aquel nórdico demonio.

-Debemos ir esta noche para preparar su vestimenta y varios preparativos que me encargó su padre, prepárese, saldremos a las doce.-

-Ajá, ahora piérdete hasta entonces.-gruñó, aún con más nervios que paloma en Perú.

+

El gran reloj color negro del inmenso salón de aquella mansión en la que habitaba el nórdico demonio dio a sonar una tétrica melodía, anunciando las doce. La hora en la que el infierno se despierta y todo se comienza a mover.

Matt se colocó delante de la puerta del cuarto de aquel joven demonio, la cuál estaba cerrada, por lo que dio unos suaves golpes para que abriese.

-Ugh... ¿Ya son las doce?-musitó el menor nada más abrir la puerta.

-Sí, señor, debemos ir yendo.-

Ambos salieron de aquella enorme mansión en la que habitaban para y entraron al rojo coche que poseían, propiedad del padre del menor. Éste solo apoyó su cabeza en el cristal del coche y esperó a llegar al sitio, sin ningún ánimo.

Unas horas después, en algún lugar de la tierra...

-El cielo está muy bonito esta noche...-dijo para sí mismo un lindo chico llamado Tom, sentado en la verde pradera de una pequeña colina, con la única iluminación de la suave luz de la luna.

Se había escapado de casa, como solía hacer de costumbre, amaba completamente el cielo, las estrellas, la luna, la noche...

Nunca se cansaba de observar un preocioso cielo estrellado, pasaba horas allí, e incluso algunas veces se dormía y debía correr a su casa la mañana siguiente para que no lo descubrieran.

-Mmm...-dio un largo suspiro y se tumbó en la suave hierba, para luego pensar que ya era hora de dirigirse a casa, no quería volver a correr como subnormal otra vez.

En su camino a casa, observó algo extraño en el suelo.

-¿Qué es...-

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[cancelada;;] ✧ | Look at the sky | TordTomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora