Narra Poché
Tiempo: pasado.El tan esperado día por mi madre había llegado, hoy empezaría mi primer día en el nuevo instituto y a decir verdad, yo no tenía ni el más mínimo entusiasmo por esto, se me notaba a kilómetros que deseaba estar en mi antigua ciudad, en mi antiguo instituto y con mis amigos más cercanos, a pesar de tener poca edad había sufrido lo suficiente como para preferir no estar rodeada de tanta gente, por ende mi círculo social era pequeño pero a ratos hacían por mil, de solo recordarlos una leve sonrisa apareció siendo borrada instantáneamente al escuchar a mi madre con su típica euforia...
- Listo hija, hemos llegado ¿Quieres que te acompañe y te ayude a ubicar?
- No ma' ya es suficiente con que tengas que traerme hasta aquí- dije rodando los ojos- deja así, tampoco creo que me pierda, puedo sola.
Salí del coche azotando ligeramente la puerta, para recibir una mirada fulminante por parte de mi madre. Mi tono fue algo duro, lo sé, pero aún no me hago la idea de tener que empezar de cero por segunda vez, bastante si me costó empezar después de aquel suceso que marcó mi vida.
Intenté apresurar mi paso al ver que me quedaba poco tiempo para empezar mi primera clase del día, aunque eso en mí es una costumbre, sería el colmo que el primer día también llegara tarde.
Al entrar me encontré con varios grupos ya formados, ninguno notó mi llegada y la verdad eso me tranquilizaba, busqué un asiento libre y procedí a ubicarme rápidamente ya que el profesor entró detrás mío.
Las tres primeras clases fueron iguales, presentaciones van y vienen, explicación de las dinámicas de las clases y un montón de cosas a las que en realidad no preste atención alguna.Era la hora del break y la chica de tez blanca y cabello lacio que estaba sentada junto a mí se me plantó de frente en la puerta.
- Hola, soy Paula- estiró su mano en forma de saludo mostrando una tímida sonrisa, la cual fue correspondida de la misma manera.
- Hola, soy María José, mucho gusto- estiré mi mano para apretar la de ella.
- Noto que eres nueva en el instituto al igual que yo.
- Sí, en realidad soy nueva por estos lados y para serte sincera soy pésima relacionandome.
- Yo igual- dijo la rubia con cierta alegría en su rostro
- ¿En serio?- pregunté con gran asombro ya que la chica se había acercado a saludarme.
- Creeme, lo que acabo de hacer es resultado de la valentía adquirida en estas tres horas en las que me la he pasado pensando en si debía presentarme o no- hizo una cara tan chistosa al decir todo eso que solo logré sonreír ante aquella situación.
En lo que restaba del break nos dispusimos a conocernos, bueno, a intentar conocernos, ya que siempre he tenido la idea de que una persona se conoce más cuando está distraído, sé que suena loco, pero solo hay que ponerse a detallar a las personas cuando sus mentes divagan para ver como sus verdaderas expresiones, gestos y pensamientos afloran.
El segundo bloque de clase comenzaba de igual manera que el anterior y yo sentía morir del aburrimiento lentamente. Paula al notar mi cara de desespero empezó a hacer caras graciosas para intentar subirme el ánimo, se veía muy chistosa, hasta tal punto que en un momento no aguanté y solté mi característica risa, la cual fue interrumpida por la mirada de desconcierto de todos los presentes. Mi risa fue reemplazada por el ardor en mis cachetes y el sudor frío de mis manos al escuchar que el profesor me hacía pasar al frente, sin decir nada me pare de mi asiento y camine hasta el sitio indicado, no sin antes mirar a Paula y enseñarle mi mirada más seria, la cual solo esquivó.
- Profesor: Señorita…- dijo e hizo una leve pausa insinuando no saber mi nombre.
- María José, me llamo María josé- solté con total seguridad, la cual era bien falsa.
- Profesor: Bueno señorita María José, cuéntenos qué era eso tan gracioso de lo cual se reía con tanto entusiasmo.
- A cabo de conocer a una chica- solté y todos empezaron a mirarse entre sí y a murmurar, no faltó el chistoso con el típico “Uyyyy”- No, no, me refiero a que tengo una amiga que intentaba subirme el ánimo haciendo cosas.
- Esto se puso interesante- gritó alguien del fondo, interrumpiendo y haciéndome olvidar de todo aquello que iba a decir.
- Profesor: Ya estuvo bueno chicos, basta, dejen a María José en paz- dijo al ver que la situación me ponía bastante incómoda.- Vuelve a tu asiento y presta más atención a la clase ¿Okay?- Solo logré asentir y me diriji a mi puesto deseando que la jornada terminara ya.
En las siguientes horas me sentí más observada que en lo que llevaba de vida. Al sonar el timbre de salida Paula recogió rápidamente sus cosas y se me acercó cabizbaja
- Perdoname, mi intención no era que pasaras penas, solo quería animarte un poco y hacerte más amena la clase ya que sé por ti misma cuánto has extrañado a tus amigos- dijo esto y se volteo para irse como niña regañada. Note sinceridad en sus palabras, hasta el punto de conmoverme un poco, así que solo fui detrás de ella y la abrace
- Tranquila ya pasó, pero ni te atrevas a volver a hacer esas putas caras.- le dije con un dedo arriba y el ceño fruncido.
- Lo prometo.- Sonrió y me extendió su meñique en forma de promesa el cual uní con el mío.
Mientras salíamos riendo del aula, en realidad Paula se burlaba de mí y mi falsa seguridad la cual se vio derrumbada por los comentarios de horas antes, permanecía entretenida en sus comentarios burlones y no presté atención por donde iba, por lo cual terminé chocando con una chica.
- Lo que me faltaba- pensé en voz alta.
- Lo siento, es que dejé algo adentro- mencionó la chica de estatura promedio, piel blanca y de cabello castaño hasta los hombros, iba con cierta prisa y con una sonrisa en su rostro, luego de conectar nuestras miradas por unos segundos entró corriendo al salón.
- Tranquila- sonreí. Solo eso alcancé a decir, para luego continuar con mi camino.
Al salir del instituto visualice el auto de mi madre y antes de despedirme de Paula intercambiamos números y quedamos en hablar al rato.
Ya estando en casa nos sentamos a almorzar junto a mi hermanita Vale, que contaba con emoción todo lo que había realizado en su nuevo colegio, me alegraba verla así de contenta, su felicidad me llenaba el alma, desde hace unos años atrás había decidido en seguir luchando por ella y por mi madre, eran mi todo y debía ser fuerte por ellas. A pesar de que no estaba de acuerdo con este comienzo, sentía un leve presentimiento de que las cosas saldrían bien. Suelo ser una persona muy insegura, tengo muchos miedos y dudas pero si había algo que tenía claro en la vida, es que lo que está destinado a pasar pasará sin ningún impedimento, algunos le llaman destino, otros coincidencia, yo lo conozco como Maktub.
Después de almorzar y hacer mi tarea decidí revisar mis redes sociales, leí los mensajes del grupo que tenía con mis amigos en los que me contaban su día, me dí cuenta que habían conocido a una chica nueva y que se había unido al grupo -que rápido me cambiaron- pensé. Luego les conté de todas las peripecias por las que pasé en mi primer día - Es tan normal que te pasen ese tipo de cosas, tú eres un caos - dijo Juana de manera divertida en el grupo y todos apoyaron la idea en forma de burla. Luego les conté sobre Paula… - ¡Paula! No le he escrito.- y se alegraron de que ya no estuviera tan sola, solo me advirtieron que no podía cambiarlos, cosa extraña ya que ellos ya lo habían hecho o eso presentía ya que no dejaban de hablar de su nueva amiguita y lo divertida que era, me molestó tanto que mejor me salí del chat y le escribí a Pau...
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MAKTUB CACHÉ
FanfictionEste fanfic es el resultado de dos conceptos importantes. De todas las definiciones que he leído sobre la palabra "Maktub" puedo decir que he sacado mi propia versión y que siempre pienso lo mismo cuando la leo... "lo qué está destinado a pasar, pas...