Capítulo 3

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"Has sobrevivido a la oscuridad cuando tus ojos se llenen luz mientras lloras

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"Has sobrevivido a la oscuridad cuando tus ojos se llenen luz mientras lloras."

Allfayet

El tiempo parece ser enemigo de la memoria cuando tomas una decisión o aún peor cuando te miras en un espejo con la pregunta " ¿y ahora qué?; Allfayet no es la muestra clara de que su memoria es enemiga del tiempo, contando uno a uno cada detalle de la habitación, restregando sus ojos con sus manos para entender que no es un sueño, que lo dicho por ese tipo es una aparente farsa. No va a quedar una duda sobre ella si sigue caminando de un lado a otro con el sonido de las manecillas del reloj, ella destella inteligencia por encima de lo que aparenta su joven físico.

—Mi memoria no pudo haberse errado, ¿cómo llegué a manos de Rafina?—Se pregunta mirando hacia la puerta, descartando la idea de salir de aquélla habitación.

—Él me ésta mintiendo, recuerdo a mi padre, ése día iba de camino al colegio cuando ocurrió el incidente...—Su conocimiento parece intentar atar toda lógica, pero un golpe en la puerta parece despertarla de un estado alterado de consciencia.

Otro golpe la reclama a responder y abrir la puerta con temor.

—Allfayet, ¡te espero en díez minutos— Un fuerte grito rompió la tranquilidad del silencio de ella, sus ojos como platos quedaron.

Inmediatamente camina a pasos acelerados, toma el pomo de la puerta y abre. Encontrándose con un enorme pasillo de muchos espejos y candelabros dorados; el olor a esencia de canela sigue impregnando cada rincón que la rodea, su reflejo la sigue hasta su temerosa mirada por unas escaleras de tapiz azul royal. Al fondo de la escalera un enorme salón de paredes blancas y un retrato que abre la curiosidad de quién es el hombre, que en tan pocas horas se ha sentido dueño de ella.

La expresión de su rostro se torna fría; parada en la parte alta de las enormes escaleras frente a lo que es su propio rostro... en ella se mira con los mismos ojos marrones, su piel palida, con inocencia en su expresión corporal ,vestida de colegio como aquél día que su memoria no permite borrar.

—¿Qué es esto?—Murmura asombrada de su propio retrato; como si se tratase de una diosa inmortalizada con flores lavanda, rosas y calas.

—Se ve magistral, ¿no?—Él aparece al final de las escaleras, posando su brazo a un costado de un mural con fotos de jardines.

—¡Me aterras!—Su voz rompió en carácter, cuál león rugiendo y reclamando su trono en una selva.

Él se sumerge en completo silencio, admirandola con valentía que inmediatamente lo hace ladear una sonrisa.

—¡No me parece chistoso!, ¿¡me compraste cierto!?—Cuestiona bajando a apuros las escaleras, como una fiera a enfrentarse a un hombre desconocido.

—¿Allfayet cómo lo quieres ver?, yo te rescate...—La explicación inerte de él se ve interrumpida por ella.

—¡Tú crees que soy completamente estúpida!, mi mente no está errada y no vas a decir que estoy demente, por exactamente me secuestraron un seis de febrero, hace tres años, iba de regreso a casa cuando un auto chocó frente al auto de mi padre y...—Ella se vuelve a mirar en un momento que la arrastrará por un valle de sombra en su corazón.

ALLFAYET, LA OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora