Habían 3 cosas que tzuyu detestaba en específico:
* Adolescentes bipolares
* Drama innecesario
* Personas manipuladoras (vamos, ¡déjenle ese trabajo a ella!)
Nunca pensó que este conjunto vendría en forma de chica; una hermosa y malvada chica, cabe...
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Me dirigí al aula 64. Era la primera vez que iba a clases de arte en todo el semestre ya que, bueno, apuesto en esa materia. Así que generalmente me quedo con Jennie y Jay detrás de las gradas. No obstante, hoy decidí ser responsable y bendecir a los demás con mis presencia.
Entrando, visualicé en las últimas filas un puesto disponible. Pasé haciendo caso omiso a los demás, y casi llegando al escritorio sentí como alguien tropezó su hombro contra mi brazo, descolocándome por un momento. Volteé a ver al culpable y mis palabras ácidas murieron en mi boca. Frente a mí estaba un chica, pequeña y de cabello corto que al principio solamente me dió un sentimiento de familiaridad- para luego reconocerla, a pesar de los años. Ella me miraba dudosa ante mi repentina quietud, hasta que de mi boca salió por fin la pregunta.
- ¿Chae...?
Ella al escuchar mi voz pareció haberme reconocido también. Abrió sus ojos como platos y exclamó de forma aguda:
- ¿¡Tzuyu!?
- ¿¡Chaeyoung!?
- ¡Dubu! - gritó una chica pálida a su lado, levantándose del pupitre y poniendo sus manos al aire.
Miré a la chica blanquecina en confusión, hasta que sentí un cuerpo pequeño abrazarme con furor. Fui recíproca y la abracé con igual emoción, ¡no podía creer que Chae estuviése aquí!
- ¡Tzu! ¡Que alegría verte! ¡Estás sumamente hermosa! ¡Y alta..! - me observó Chaeyoung para luego hacer un puchero y murmurmar - ...Cochina envidia.
Chaeyoung era la hija de unas de las mejores amigas de mi mamá. De pequeñas solíamos jugar todo el tiempo (recuerdo que Jungkook solía unirse a nosotras), hasta que un día la más pequeña tuvo que mudarse junto a su familia a Estados Unidos por asuntos de trabajo. Durante su estadía en Chicago perdimos nuestra cercanía, y sólo nos saludabamos esporádicamente por redes sociales.
Reí ante su comentario e incliné mi cabeza hacia abajo para verla a los ojos - Wow, enana. ¿Qué haces aquí?
- Pues estudio aquí. - me respondió encogiéndose de hombros.
- ¡No lo puedo creer! ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me dijiste?, - fruncí el ceño y empujar su hombro con suavidad - ¿Y por qué mierda no te he visto?
- Me integré apenas ésta semana, el transferirnos a Corea fué una desicion de último momento, así que el papeleo para ingresar aquí tomó su tiempo - explicó la pequeña - Sinceramente, nunca mencionaste que estudiabas aquí.
- ¿Pueden incluirme en la conversación? Me siento de adorno.
Habló de nuevo la chica pálida. Al verla me pareció vagamente reconocida, más nunca había entablado una conversación con ella.
- Entrometida. - dijo juguetona la más pequeña - Tzuyu, ésta es Dahyun, un cartón de leche viviente.
- ¡Hey! - la empujó la rubia. Luego se dirigió a mí con una sonrisa - Encantada, ya sabía quién eras pero es un placer conocerte.
