Han sido ocho días conociéndote, compartiendo muchas cosas en común: las mismas comidas y golosinas, la manera de soñar hasta las estrellas, la fascinación por la robótica, el asombro por la ingeniería mecánica y el amor por los gatos como compañeros de juegos. Me enseñaste que se puede sonreír incluso con dolor, que a veces ayudar a tus amigos es una manera de ayudarse a uno mismo, que siempre se puede dar un poco más por las personas que amas y que, aunque no siempre se reconozcan tus buenas acciones, las personas que de verdad te aman valoran tu esfuerzo.
Por cuatro días fui una extraña que se enamoró de tus bromas y cooperaba en las trampas de tus amigos, tres más de combatir tus dudas y expresarte cuanto me gustabas y lo mucho que deseaba conocerte en persona, siendo la cámara frente a la puerta del departamento insuficiente contacto para mí. No siempre aceptabas mis llamadas, estaba consciente de que tu trabajo es agotador y no terminaba de entender por qué tu maid era tan dura contigo; pero escuchar tu voz también era combustible para soportar el encierro en ese lugar desconocido. Tus historias eran asombrosas y siempre deseaba saber más, ver tus creaciones era algo exorbitante pues jamás conocí a alguien tan creativo e inteligente, ver tus atuendos me llenaba de alegría y admiración ya que tu belleza podía ser apreciada en muchos sentidos diferentes. Y de pronto, algo comenzó a cambiar...
Al quinto día eran constantes tus insinuaciones: que relacionarse contigo era peligroso, que nunca hay que preguntar por el pasado de un hacker, que era imposible para ti llevar una relación al nivel que deseaba. Nada de eso importaba en realidad, quería saber de ti: como es tu lugar de trabajo, si tu lugar de descanso es realmente cómodo, si comías apropiadamente además de las HBC o el Dr. Pepper, por qué tu maid te regaña tanto, y quizás... defenderte y apoyarte, como tú lo has hecho por mí desde que llegué a conocer la RFA. Tu preocupación constante por mí me apenaba, mi impotencia de no poderte ayudar y quitarte el estrés que mi protección sobrecargaba en ti me acongojaba. Solo podía ayudar desde el pasillo, animándote, presintiéndote.
El séptimo día nos conocimos... en una reunión familiar bastante peculiar. La situación pudo más que mis sentimientos por ti, el pasado te perseguía en forma de una sombra aún más oscura de la que tú deseabas convertirte para que tu otra mitad siempre viviera en la luz, el peso de tus acciones y tu sentimiento de futilidad hacia ellas te derrumbó, sumado a la presión de un persecutor aún más peligroso. Te vi caer cada vez más hondo y no tomabas mi mano, escuchaba el silbido de tu rápido tecleo junto a tus susurros en código y mi voz nunca lograba alcanzarte, traté de acercarme a ti siendo tu apoyo para que no te preocuparas por las tareas menores y estuvieras cómodo, pero parece que solo lograba molestarte hasta el punto de que en repetidas ocasiones la risa que tanto esperaba escuchar de tus labios fueron subyugadas por los gritos que me proferías cuando parecía incomodarte.
Ayer, el octavo día, crucé la línea sin querer, no aquella que sugeriste dibujar en el piso, si no la de entrometerme en tu pasado para comprender mejor por el dolor que estabas atravesando: la traición de tu héroe, la mentira de tu protectora, la ambición de tu padre, la tortura de tu madre, la esperanza por recuperar a tu hermano, la intimidación que la agencia imponía sobre ti al perseguirte y el sufrimiento que la conjunción de todo esto provocaba en ti al negar al alegre personaje que platicaba conmigo por los chats. Decías que 'aquel' era una invención, que 'este' es el verdadero, que fue mi culpa dejarme engañar, que desde el inicio mi entrada estuvo mal, que mis sentimientos por ti no importaban ya que, tarde o temprano, desaparecerías de mi vida... y como para acostumbrarme a tu ausencia, cruzaste la puerta esta noche.
Mientras espero, recordé todo lo que ha ocurrido. Es verdad, fui una tonta por entrar al departamento de un desconocido, pero mi intención era la de ayudar y me hallaba alerta también. Soy una persona bastante normal en comparación al genio que eres, jamás sospeché que devolver un celular a su dueño me conectaría a un peligro tan grande y, sin embargo, sigo agradecida por ello. Aseguro que sabes bastante de mí y que todo eso es algo que cualquiera podría saber si busca adecuadamente, porque como tú, todos tenemos un pasado que nos persigue. Probablemente el tuyo sea mucho más poderoso que el mío, pero debes de saber mejor que yo que "Dios solo coloca en nuestra espalda la carga que nosotros podemos soportar", y me hace amarte más. Eres tan fuerte que no te das cuenta de que aquel pequeño aún está gritando por ayudarte, te ayuda a guiarte para que no te salgas de la meta que planeaste, te anima a seguirlo intentando y lo haces inconscientemente. Buscabas ser una llama que no se extinguiera al cambiarte el nombre y te has vuelto mi luz, encendiste una pasión en mí que nunca había sentido y el deseo de darlo todo por quien amo, querías preservar tu pureza al enclaustrarte para no ser descubierto por manos corruptas, pero me dejaste encontrarte, observarte y analizarte, aunque seas una joya en bruto, vales más que una bóveda celeste; eres un genuino ingeniero por activar el mecanismo de mi corazón y crear un código de valor... sin tocarme.
Sé que me evitas para no dañarme más de lo que lo has hecho, porque si, quiebras mi corazón con cada palabra helada que sale de tu boca, pero sé que buscas seguirme protegiendo y que quién sale más herido eres tú, porque estás negándote a aceptar algo que puedes tener, tienes miedo de llegar a la felicidad sin creer que verdaderamente la mereces, te autocastigas reprimiéndote cuando te has esforzado tanto. Algunos dicen que las alas de Lucifer están bañadas en brea y fueron quemadas por voluntad de Dios, yo creo que tú has estado desplumando las tuyas cada vez que sientes que serás feliz. En ese caso, yo te daré la mano para levantarte, sin importar lo que hayas hecho en el pasado; seré tu soporte cuando los obstáculos de tu pasado te hagan tropezar en tu camino, te cantaré sobre viajes al cielo cuando la desesperanza salga de tu boca, recogeré tus plumas para colocarlas de nuevo, sostendré tus alas cuando intentes despegar, y cuando alces el vuelo correré hacia a ti y te seguiré por si necesitas ayuda de nuevo, porque seré tu guardia.Escuché tu voz... y tuve miedo de que me dijeras 'adiós'.
Hablas de que soy brillante, de lo mucho que somos diferentes, de tu oscuridad y tu desesperación.
Piensas que me has decepcionado, del peligro inminente.
De lo extraña que soy por amarte, aunque me lastimes y que mañana será igual.
Luego te retractas diciendo que el extraño eres tú... y que esperas que te acepte como eres realmente.
En mis sueños hablas de los tuyos, de cómo desaparecerás con ellos y de tu miedo de herirme.
Mañana me aferraré a ti, te haré sentir que jamás te abandonaré y que amo cada capa de tu ser...
... y si mis sentimientos siguen sin alcanzarte, lo intentaré una vez más, de nuevo, y otra vez ... hasta que nuestros sentimientos se conecten debidamente.
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FanfictionEn el intervalo de las 23:30 del 8° día y las 02:46 del 9° día de la Ruta de 707, MC tiene un momento para ella misma y pensar en lo que le acongoja al chico que tanto ama y al cual ve sufrir por todos los acontecimientos que se interponen en su vid...