El día que entre a la casa de la esquina con Buganvilias y esa callejuela, fue de los peores días que tuve que la desgracia de presenciar.
Era de noche, caminaba por la banqueta con los pies aletargados y mis ganas de seguir viviendo, pasando por un fuerte decaimiento, además de llevar conmigo un despreciable objeto llamado el salmanar, el cual no me lo encontré por cuenta propia, mas bien era cosa de un casualidad, demasiado espontanea, si me lo preguntas, para que no sea solo eso, una mera casualidad. Su historia la contare más adelante para no cansarte.
¿Por donde iba? A si. Caminaba por la calle de Garita como atajo para evitarme tener que cruzar por la dichosa calle de Xicotencatl, o como los jóvenes la llamamos de cariño (para evitar la fatiga) la maldita calle de Xico, donde se ocultaba en lo más recóndito de la calle, una casa de inconmensurable tamaño, capaz de atemorizar al más valiente de los borrachos que rondaban por ahí. La calle en sus buenos tiempos pertenecía a una de las colonias más destacadas y adineradas de la ciudad en la que vivo, con casas lo suficientemente caras para que hubiese 7 policías por la zona, en rondas diarias. Los colores y formas de dichas casas parecía casi al azar, sin embargo todo en su conjunto parecía coherente, una casa azul en la esquina, una naranja en contraposición de la azul y así con más de 20 casas diferentes.
Pero para mala suerte de todos los ciudadanos, una crisis llego a nuestro país y nos dejó en una "depresión" bastante agresiva, de la cual, pocas residencias pudieron soportarlo sin ser vendidas, a un precio casi de chiste, y esta calle no fue una de esas afortunadas. Sus bellas residencias se convirtieron en corazas abandonadas a su suerte, para el uso de mendigos y alcohólicos sin hogar, u ocupadas por personas de lo que se denomina "poco o bajo razonamiento y respeto medio ambiental" lo cual era bastante desalentador.
Pero eso no era lo peor de todo, lo peor fue que mucha gente en esa época obscura para la ciudad, gustaba de ser más violenta de lo normal, lo que causo que en una de las casas (de hecho, la más bonita de todas) hubiese grandes asesinatos y delitos varios, que mancho la reputación de dicho lugar hasta hoy en día. Digamos que han pasado unos 20 años desde entonces, y el panorama planteado por mi abuelo en esas historias que me contaba, no ha mejorado mucho, hasta podríamos decir que si te acercas a esa calle te sentirás como si estuvieras en los años 80's.
Ya me he enredado mucho, pero eso que importa, de todas formas no sé si voy a llegar a cenar hoy. ¿Tú lo sabes no? Después de todo, tú eres el que me pidió que te lo contara todo ¿no? Parece que te estas desesperando.
Bien, como iba diciendo, no tenía muchas ganas de llegar a casa y eso que hoy mamá cocino su famoso guisado de nopal con pollo, pero eso no servía de nada contra la experiencia tan amarga con la que me había topado. ¿De qué hablo? Pues del imbécil de mi padre dándome el chatarrijo este, después de 10 años que no nos vemos y se pone a hablar sandeces y tontería y media de que lo mantuviera oculto, dándome así, una esfera de no más de 3 centímetros de diámetro, y con unos colores azul y rojo entremezclados para dar un efecto de vórtice en medio de este. Un "hola hijo, me alegro de verte o ¿Cómo te fue en psiquiatría?" ¿Hubiese sido mucho pedir?
Pero no, mi papa siempre fue alguien despreciable, aunque aún guardaba algo de respeto por su persona, pero después de eso lo poco que me quedaba se fue volando en el instante que mi padre se aventó a las líneas del metro, donde me había encontrado con él, arruinándome así, la semana entera. Sé que las palabras de un psicópata como yo no valen mucho, pero creo que hubiese sido lindo de su parte no haber tenido un encuentro de este calibre, hubiese deseado tomar el té una vez más con él.
Lo demás es historia vieja, me tendiste una emboscada, me amarraste y me trajiste a esta casa desvencijada la cual no esta tan derruida después de todo. Y me hiciste la simple pregunta de ¿Dónde está? Pues mira, la tire al basurero así que por ahí la puedes buscar.
Sé que no saldré de aquí con vida y la verdad no me importa en lo absoluto ya estaba cansado de esta vida de locos. Hahaha ahora sí que estoy en aprietos ¿no crees?
Espera un segundo, ¿porque tomas mi corbata? Eso es privado.
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La casa y un poco más.
AdventureMuchas veces creemos que no hay nada en nuestro mundo que nos pueda hacer sentir vulnerables. Sin embargo ese no es el caso de el planeta en que se relata esta historia y menos en un lugar inspirado en un país de lucha eterna por sobrevivir:México D...