Capítulo 9

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Iba de camino hacia la oficina del señor Irzu. No sabía exactamente qué quería de mí y tampoco mi mente estaba para adivinanzas.
Aún sentía pánico gracias a Ricardo, el muy miserable  se encarga de abusar deshonesto de mí y lo peor de todo, siento mucho miedo de que llegue a penetrarme.
Ha tenido varios intentos fallidos, y puede que mi suerte se agote.

La noche ha sido la peor de todas aunque agradezco a Jeny que me ayuda y comprende en este momento.
Ella es la única que cree en mí, incluso me ha aconsejado que denuncie a su hermano, abusar de una persona es delito.
Sin embargo tengo miedo de su reacción, de lo que pudiera hacerme después.
Sé que debo actuar, que debo de pararle los pies de algún modo. El cómo es lo que más aturdida me trae, puesto que siento  miedo de él, incluso indefensa de no poder enfrentarlo.

El taxista me anuncia que hemos llegado.
Le pago y me abajo directa hacia la oficina.
Al entrar paso la tarjeta electrónica que me dio el señor Irzu.

Después de haberme encontrado con Alois, el cual se ha empeñado en acompañarme hasta la oficina.

Me encontraba en esos momentos en una encrucijada.
Por un lado Damián había anunciado que me daba alojamiento en una de sus casas.
Por su puesto la reacción por parte de los dos primos no tardó llegándome a desconcertar.
¿Desde cuándo estos dos se llevan bien?

Al salir los dos primos por la puerta, los ojos castaños de Damián se quedaron fijos en mí. Podía apreciar por su expresión lo preocupante de toda esta situación.
Tomando asiento, Damián me formuló la pregunta.

— ¿Aceptarías vivir en "Liebe"? — Su mirada era sincera y su petición era veraz. Tanto como que ni siquiera sabía que responderle.

— Pienso que no podría aceptarlo. De hecho...Alois y Héctor no están de acuerdo...— Tuve que responderle mirando hacia el piso, no me atrevía a mirar a Damián a los ojos. Entonces escuché que se reía a carcajadas.
Aquello terminó por desconcertarme.
Lo seguí con la mirada a la vez que se levantó y se fue de nuevo hacia un gran ventanal.

— Siento reírme, debo de decirte Laura que todo lo que tenía en mente está saliendo bien. "Liebe" es la casa donde vivíamos toda mi familia junta. Claro cuando éramos una familia, cuando mis nietos corrían llenos de júbilo y alegría sin preocupaciones viviendo como lo que eran, unos niños.
Después, murió mi hijo y lentamente las cosas empezaron a ir peor. La envidia, la animosidad fueron las principales causas de que mi familia  fuera destruyéndose.
Después yo fui tomando decisiones inadecuadas acabando por perjudicar a cada miembro de mi familia, pero en cierto modo los que más preocupan son mis nietos. Ellos serán los encargados de sustituirme. Y no hay nada en este mundo que desee más que poder verlos unidos queriéndose y respetándose como los primos que son. — De nuevo sentí un pequeño brote de pena después de escuchar a Damián.
Respiro hondo comunicándole que me lo pensaré puesto que he aceptado trabajar como alcahueta, pero ante los demás deberé ser su asistente personal, la encargada de unir de nuevo a dos hombres atractivos y tercos a la vez.

Un rato después tras terminar de hablar con Damián me fui derecha hacia mi casa. Hablé con Basilia y tomé la decisión de dejar mi trabajo. Afortunadamente ella se lo tomó bien, le conté por todo lo que estaba pasando y ella comprendió mi situación.

Al llegar a casa no había nadie, sentí un escalofrío frío recoger mi espina dorsal. Pensé de inmediato en Ricardo y lo último que pasó.
Agarré mi móvil y llamé a Jeny, al menos con ella en casa su hermano no me haría nada.

— Jeny estoy en casa, ven por favor estoy sola.

— En diez minutos estoy allí no me tardo.

No sé si sentirme más aliviada o echarme a llorar del pánico que siento tan solo de pensar en que Ricardo pueda aparecerse en cualquier momento.

QUERER, NO ES OBLIGARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora