Capítulo 33

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Consigo callar a Christian, pero no sé si he hecho lo correcto.

- ¿Qué haces Anastasia? - Christian se aparta de mí. No lo ha dicho en tono borde

- Lo siento, quería que dejaras de insultarme - No me quedo ni un minuto más. Desaparezco de la sala de juntas

Estoy pensando seriamente en dejar el trabajo, es decir, he intentado ser amable aún que él me haya ofendido en mi cara, yo no he dejado de sonrreirle y de tratarle bien. Él en cambio ha seguido siendo borde y cruel conmigo.

¿Cuánto tiempo voy a seguir así?, ¿luchando por algo imposible?

A veces es mejor retirarse y dejarlo estar. Dejarle sin mí, porque ya no me necesita.

Me encierro en mi despacho, y trato de estar bien. La puerta sigue intacta y no se abre, no va a venir. Ya no es como antes.

(...)

Otro día más en la empresa. No he visto a Christian aún, pero es pronto, y me he ido a la cafetería a desayunar. No me atrevo a cruzarme con él, después de haberle besado, para callar su ofensivas palabras, que aún me duelen.

He decidido dejar atrás todo, ayer fuí a la peluquería, me corté el pelo hasta más o menos la altura de los hombros, me he teñido el pelo rosa, y me he peinado de una forma distinta. Me he puesto trenzas pegadas a la cabeza en el lado derecho. Todo esto lo he hecho para dejar atrás a mi antigua yo, porque ya no puedo seguir siendo yo, Christian me ha bloqueado, me ha quitado mi dignidad, mi personalidad, todo lo que era. Me he pintado el pelo de rosa chicle, precisamente para aparentar felicidad, además me he vestido de forma que era antes, nada de parecer ser una ejecutiva. Llevo unos pantalones rosas, camiseta blanca de tirantes, labios color crema, la raya del ojo me la he puesto azul, y el rimel no lo he cambiado. Llevo unas plataformas blancas, y un colgante de una piruleta, además de unas gafas rosas. No parezco yo, esta no es mi personalidad, ¿pero qué más da?, si ya ni si quiera tengo personalidad. Ya no sé quién soy.

Me termino mi café, y vuelvo a la empresa. Cuando salgo del ascensor me cruzo con Christian.

- Ana - Se me queda viendo. ¡Que raro que no haga ningún comentario al respecto!

- Jefe - Le aparto la mirada y me dirijo a mi despacho

Un minuto después si llega, se abre la puerta ¿Ya ha venido a insultarme no?, ni cinco minutos que he entrado joder.

- Ana, tenemos que hablar - Esa puta frase. ¡Cómo la odio!. Cambió mi vida y mira como estoy ahora

- Ya he hecho lo que me has pedido - Le entrego los folletos de la nueva campaña

Se trata de una campaña de sombreros de playa, los ilike. Su diseñadora es muy famosa.

Estoy temblando, cada vez me da más miedo.

- Vale, pues ya me voy - Se queda parado frente a la puerta

¿Acaso está esperando algo? Le ignoro y me pongo a trabajar.

- Adiós Ana - Cierra la puerta

Esto se está poniendo cada vez peor. Ya no puedo más. Ya no aguanto la situación. Una tiene sus límites.

Salgo de mi despacho y Mia me detiene.

- Es Christian, te necesita en su despacho - Ya. Me va a insultar, antes es que estaba dormido y por eso no lo ha hecho

Me dirijo a su despacho. Con la cabeza gacha, ya no me sale lo de mirar al frente, porque estoy hundida completamente.

Abro la puerta y Christian me mira, no parece estar enfadado, pero a saber. Ya no me fío de nada.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora