Capítulo 38

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*¡Siento la demora! Creo que hasta se han olvidado de mí ;-;

Pero ya volví recargada. Estoy ansiosa por terminarlo porque ya quiero publicar mi siguiente fic. ^^~




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KyungSoo continuó revisando las partituras de sus alumnos pese a lo tarde que era.


Después de un día lleno de altos y bajos, realmente estaba exhausto mentalmente pero ni el cansancio lo hacía querer ir a la cama.


Cuando llegó a la pequeña habitación, la cual compartía con SeHun, se dio un baño de agua tibia tratando de relajar sus músculos y listo para irse a la cama, pero apenas su cabeza se recostó sobre la almohada no pudo conciliar el sueño.


Por aquel motivo en ese mismo instante se encontraba revisando las actividades de sus alumnos, al menos quería aprovechar el tiempo, ya que el festival se acercaba en un pestañeo.


KyungSoo detuvo su acción. Golpeteó la punta del lapicero sobre la esquina del papel, recordando la mirada de dolor con la que JongIn lo había mirado. Prácticamente se había imprimido en su cerebro, en sus pensamientos.


Resopló, dejando a un lado el lapicero se levantó del suelo caminando unos cuantos pasos hasta la cocina donde había un refrigerador pequeño, sacando una lata refresco.


En verdad no quería que ninguna reacción por parte de JongIn le afectara pero de alguna manera lo hacía. Hasta las palabras que le espetó, horas más temprano, ahora le causaba un incómodo nudo en la garganta.


—Mierda. —Espetó en un susurro lanzando con brusquedad la lata de refresco, al tacho de basura correspondiente.


A los pocos segundos escuchó las llaves en la cerradura y de inmediato la puerta de la habitación se abrió.


KyungSoo sintió como un peso salía de sus hombros al ver a SeHun atravesar el umbral de la puerta e inmediatamente una sonrisa nació en su rostro, que fue correspondida. Con solo su mínima presencia, SeHun, había calmado sus tormentosos pensamientos. Con solo una sonrisa, había desaparecido el incómodo dolor superficial que tenía en el pecho siendo remplazado por una sensación de calidez.



—Pensé que dormías, hyung. —Habló, mientras se despojaba de sus cosas y zapatos en la entrada. Una vez dentro caminó directo hacia el mayor donde con delicadeza lo tomó de la cintura atrayendo el cuerpo ajeno asimismo compartiendo así un beso.


Donde uno se alegraba de tener al otro una noche más y el otro sentía volver a la realidad.



—Sigo corrigiendo algunas cosas. —Murmuró e inclinó levemente, señalando la mesa. Se deshizo del ligero abrazo que ambos sostenían.

Desde Cero ➵ [Fin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora