La mitad del día transcurrió normal, y lo normal casi siempre era significado de aburrido para Alex, luego de las tediosas clases de música era hora de almuerzo. Luego de calentarlo, caminó hasta la parte de atrás de la secundaria, la cual era césped y unos cuantos árboles, cuando llovía se llenaba de barro y se veía muy mal, pero estaban en época seca, por lo que era el mejor lugar de almuerzo para Alex y se le hacía raro que nunca nadie más viniese por ahí a comer o a divertirse, probablemente era por lo lejos que quedaba de la secundaria en general, apenas daba tiempo de almorzar y llegar al aula, a menudo se llegaba tarde, pero por otra parte, la soledad suele ser una de las mejores cosas del mundo, tienes tiempo para pensar y comes en armonía con la naturaleza, hasta te puedes sentir una parte viva de ella, en ese momento era mejor estar solo.
Abrió la taza de vidrio que contenía su comida, con esperanzas de que su madre le hubiera preparado algo delicioso, <<para que por lo menos ese día tuviera algo bueno>>, contenía ensalada con pollo. La única cosa que él odiaba más que la ensalada, era el pollo. <<Vaya día de mierda>>, pensaba mientras arrojaba la taza con fuerza contra un árbol, rompiéndola de esa forma. Abrió la segunda taza de comida, que contenía arroz blanco. Una lágrima salió de su ojo, cayendo en el arroz. Tiró la comida, pero no la taza, no debía quebrar dos en un solo día. Luego solamente gritó, pero dentro de sí, se sentía prepotente, un maldito deseo de impotencia, y celos recorrían su cuerpo, de sus ojos empezaron a brotar lágrimas como de si una fuente se tratase, apretó sus manos con violencia como por lo menos 3 minutos hasta que se sintió ligeramente mejor.
En el momento que se sentó pasada su ira, y colocó la palma de la mano en el suelo, sintió un poco de dolor; había cerrado tan fuerte las manos que sus uñas penetraron la carne dejando unos cortes ligeramente profundas en sus dos manos. Y la verdad no sentía un cambio tan grande en sí mismo, se acostó en el suelo, debajo de un árbol y cerró los ojos, se durmió, calmo su ira y sus demonios por unos pocos minutos, de sus manos brotaron sangre, pero no mucha, solo se dedicó a soñar.
De repente Alex empezó a caminar, todo estaba obscuro; no se veía nada, solo se sentía el mismo, hasta que algo empezó a acercarse, no sabía que era, no tenía forma, pero ese “algo” le aterraba, nunca se había sentido tan asustado, de repente se cayó. Su corazón palpitaba con fuerza, parecía iba a explotar junto con sus sentimientos tan fuertes de ese momento. La cosa se acercó muy rápidamente, le iba a atacar, él lo podía sentir, cerró sus ojos, con mucho miedo. Pero nada pasó, mientras abría los ojos lentamente notó que una persona se encontraba al frente de él, de espaldas, se dejaba ver una capa blanca ondeada por el viento y detrás de la capa, un traje de color verde claro, con un circulo amarillo grande en el centro la espalda. Esa persona era Spence, el héroe 1°, el más fuerte y el favorito de Alex.
Alex sintió un golpe de repente en el estomagó, se despertó. Apenas vio la pierna que le irrumpía su sueño, la agarró con todas sus fuerzas y miró enojado quien lo molestaba, sin darse cuenta su mirada contenía una especie de odio. Era Samanta, quien lo miraba asustada, no era la primera vez que tenía algún sueño relacionado con algún héroe o con Spence, pero nunca dejaba de ser algo emocionante, por eso se enojó cuando ella lo despertó de golpe.
-Ay, duele-. Samanta le dijo para que él soltara su pierna.
-Lo si-siento-. Le soltó la pierna, apenado.-Fue mi error, no debí despertarte así-.Ella hizo una pequeña pausa.-Pero faltaste a 1 clase, supuse que estarías aquí-.
-¿Cómo sabes que yo estaría aquí? Pensé que era mi lugar secreto-. Dijo alegremente.
-Oh Alex, por Dios. Eres mi mejor amigo, ¿cómo no sabría dónde vienes todos los días?-. Le contestaba mientras se sentaba junto a él.
Esa frase “Eres mi mejor amigo”, solo habría más una herida, no le alegraba casi nada.
-Ya veo, supongo que sí. ¿Estamos en receso?-.
-No, pero la profesora no vino, tenemos libre. Podemos hablar aquí hasta que salgamos.
-Me parece bien, no hice nada hoy-. Dijo mientras estiraba los brazos. –Ha sido un buen día-.Mintió.
-No creo que haya sido un buen día para ti-. Esa respuesta dejó a Alex, confundido, la volvió a ver un poco asustado, tal vez ella finalmente se había enterado de su amor. –Me parece que hoy estas estado un poco enfermo, digo, por cómo has estado hoy, no hablas mucho, estas decaído y además te quedaste dormido aquí, no es normal.
-Sí… tienes razón, por eso llegue tarde-. Le mintió, aun que estaba aliviado. <<Maldición, si de verdad supieras la razón, seguramente ni estaríamos hablando en este momento>>pensó.
-Yo sabía, espero que te sientas mejor, leí por ahí en internet que para cuando te sientas mal, debes de tomar…- Samanta hablaba, pero Alex estaba perdido en los hermosos ojos azules de ella, lo que decía ya él no lo podía escuchar, solamente pensaba <<Amo sus ojos azules como diamantes, amo su sonrisa; su curva más perfecta, su forma de hablar; su voz dulce, suave, femenina y melódica: la voz perfecta, amo su atención, su cara, su cuerpazo, parece que fue creada por los mismos dioses, adoro su cabello negro y lacio. Maldición, amo todo lo de ella, hasta sus errores>>.
-Alex, hey, Alex, ¿Estás bien, que te pasa?-. Alex estaba como en un trance, de repente todo dejó de existir y solo quedaba ella, pero se perdió tanto que hasta dejó de escucharla.
-Sí, sí, lo siento me perdí un segundo, estoy bien-. Su corazón latía con mucha fuerza, parecía se iba a salir de su pecho.
-¿Entonces ya te sientes mejor? Ocupo contarte algo-.
-Sí, me siento mejor, contigo a mi lado estaré siempre bien-.
-No sigas, vas a hacer que me sonroje-. Los dos tenían una sonrisa, el corazón de Alex seguía latiendo con fuerza.
-Bueno, ¿qué ocupabas contarme?-.
-Mira, seré breve. Me gusta Tyler-.
-Ya veo-. Alex sintió como su corazón dejo de latir. Estuvo por un segundo rozando el cielo, y ahora cayó.
-¿Tú crees que yo le guste? Digo, antes en la mañana, no sé si lo notaste, pero el parecía muy interesado en mi hasta me agarró la mano y me hizo esto, mira-. Samanta agarró la mano izquierda de Alex, y apenas miró su palma notó las cortadas por sus uñas y la sangre que había brotado anteriormente pero que ya había dejado de salir. –Pero que te pasó-. Dijo asustada, agarró la mano derecha de Alex y también tenían las mismas cortadas. Él las aparto inmediatamente.
-Me caí-. Le respondió, apenado.
Samanta cayó en sí y empezó a observar su alrededor, miró la taza quebrada junto al árbol, la comida en el suelo, pero también notó que si había algo, Alex no le iba a decir. –Ya veo. Si ocupas hablar, sabes que aquí me tienes, después de todo somos mejores amigos, ¿no?-.
-Sí, lo somos-. Él asentía con la cabeza, molesto, pero trataba de aparentarlo, pero sin saberlo, empezó a hablar siendo muy serio. –A todo esto ¿qué pasó con Bob?, me decías quererlo mucho-. Su seriedad al hablar era muy notoria.
-Era un idiota, al final se acobardó, me dijo que no quería tener nada que ver conmigo. Es extraño, ya me ha pasado 2 veces seguidas, si me pasa una tercera, voy a deprimirme seriamente, espero que con Tyler todo salga bien-.
-Sabes que cualquier cosa, puedes contar conmigo, ahí estaré-.
-Ya lo sé… Pero, qué opinas de él, ¿crees que él sea bueno para mí?-.
-Mira… de verdad no sabría decirte, al final harás lo que siempre creas, no lo que yo te diga-.
-Ya lo sé, me lo has dicho varias veces, pero siempre las tengo en mi cabeza, en mi conciencia-.
-¿De verdad?, bueno de cualquier manera, no importa. ¿Y dónde está él?-.
-No lo sé, Alan vino enojado y se lo llevó, era de urgencia, según este tipo-.
-Espero que le vaya bien, Alan es alguien a quien temer, en mi sano juicio no me metería con el-.
-¿Porque todos le temen tanto? No es la gran cosa, solo un año mayor a nosotros-.
-Bueno primero, es más grande y fuerte que yo, tiene amigos más grandes y fuertes que yo. Sin mencionar que los rumores dicen que tiene un poder y además dicen también, que es hijo de un criminal, muy fuerte-.
Samanta se empezó a reír. –No es para tanto, son solo rumores, apuesto a que eres más fuerte y no lo sabes-.
Alex esbozó una sonrisa burlona. –Vámonos, hoy ocupo llegar temprano a mi casa, hablemos de camino, para ver si nos da tiempo de llegar arriba-.
-Está bien-. Samanta se levantó del suelo y se fue con él, ella no se había percatado, ni Alex tampoco, pero cuando él, le sujetó la pierna, le dejó unas pequeñas manchas de sangre en el pantalon, por las heridas de los brazos.
-
Mientras tanto Alex hablaba con Samanta, Tyler tenía la mala suerte de tener que lidiar con Alan, era un matón de cuarto año, tenía fama de malo, de pelear contra quien sea, cuando pelea suele ser un lobo solitario, pero tiene un grupo de unos 10 bravucones parecidos su persona, pero nadie nunca lo superara en ese grupo, él es el líder nato. No le interesa quien sea su oponente, cuentan que hasta pelea contra los adultos y que una vez, estando en segundo año y sin estar con su grupo, luchó contra 4 estudiantes de último año a la vez, y ganó. También cuentan que es hijo de un criminal, que tiene un poder, y que ha matado a quien de verdad le ha molestado, pero después de todo son solo rumores.
En uno de los muchos baños que tenía el instituto, Alan tenia agarrado con la mano derecha el cuello de Tyler, no le estaba agarrando tan fuerte, pero si recurría a lastimarle, Tyler sentía como si una maza de hierro le sujetara el cuello, y estaba asustado, muy asustado, para su parecer no se merecía eso, no había hecho nada y no solamente Alan estaba ahí, con él habían otros 2 bravucones de cuarto año.
-Dime… ¿acaso sabes lo que hiciste, Ty-ler?-. Cuando Alan hablaba lo hacía con una sonrisa burlista y arrogante, le sujetó todavía más fuerte el cuello.
-No lo sé…-. En la voz de Tyler había mucho miedo.
-Dime señor-. Alan le interrumpió, lo miraba a los ojos y al hablar su mirada inspiraba era cínica, e inspiraba terror.
-Se-se-señor-. Los dos tipos que andaban con Alan rieron. –Le prometo, no he hecho nada-. Alan le soltó el cuello.
-Si lo has hecho y dime una cosa, ¿acaso sabes quién me gusta?-.
-No…-.
-¿Cómo dijiste?-.
-Señor…-. Tyler estaba a punto de romper en llanto, los tipos se seguían riendo.
-La que me gusta se llama Samanta y créeme, será mía. Pero hay tipos como tú que intentan cambiar nuestro destino, lo cual me enoja muchísimo, ¿me entiendes?-.
-Sí señor-. A Tyler se le escapó una lágrima, esto causó todavía más gracia a los que ya se reían, pero Alan estaba seriamente molesto.
-Ya otros dos tipos, de otros institutos me la han intentado arrebatar, me encargue de ellos, eran un tal Bob y otro llamado Patrick si no mal me acuerdo-. Alan se chasqueó los nudillos, veía a Tyler a los ojos, pero este quitaba la mirada. -¿Estarías dispuesto a dejarla por tu propio bien?-.
-Si señor-. Tyler cerraba sus puños, con impotencia, empezó a llorar sin querer hacerlo.
-Ya veo, así me gusta, la próxima vez que la veas quiero que le digas lo siguiente: De ahora en adelante, no quiero tener nada que ver contigo, se conciso y directo, no le vuelvas a hablar, ¿quedo claro? Y otra cosa; ¿acaso tengo otro rival?, si no me dices y después me doy cuenta de que sabias, sufrirás las consecuencias-.
-Sí señor, y hay un chico llamado Alex, desde siempre le ha gustado Samanta, pero no es una amenaza, ella solo me dijo que solo lo ve como un amigo y no hay nada que cambie eso-. Ya había dejado de llorar.
-Así me gusta, tendré una charla con él por si acaso, ahora chichos, diviértanse con Tyler-. Los tipos que andaban con Alain se acercaron a Tyler con intenciones de golpearlo.
-Pero te obedecí-. Tyler volvió a llorar.
-El daño está hecho, tal vez así se enmiende. Y lo que ha pasado aquí, no quiero que le cuentes a nadie-.
Alan salió del baño y antes de cerrar la puerta se volteó; uno de los tipos golpeó a Tyler en el estomagó, este agarró la zona recién golpeada, y la cubrió con sus manos, cayo de rodillas, el otro tipo le agarro el pelo y le dio un rodillazo en la cara, Tyler estaba sufriendo, desde ese día algo cambió dentro de él. Alan sonrió, todo estaba saliendo como él quería, ahora solo tenía que encargarse de Alex.
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Era de Justicia
FantasiSuper villanos... Terribles criaturas... Dinero... Esperanza... Lugares desolados... Zonas Ilegales... Trabajar dentro de Era de Justicia trae consigo poder y fama. Algunas personas increibles son atraidas por ese trabajo, ellos son conocidos como H...