3 semanas después
Bueno ¿y ahora qué?
Ya estoy aquí, y no he cumplido ninguna de las cosas que me propuse a hacer ni bien llegará a Seúl.
Sigo desempleada, bueno, una desempleada con empleo que tiene que esperar un mes para poder empezar a trabajar porque vaya a saber Dios porque mi padre me dijo que no podía empezar enseguida. Ni siquiera se en donde se supone que voy a trabajar, mi lado desconfiado me dice que no hay trabajo para mí y que mi padre se estaba sacando la vuelta diciéndome que espere.
Tampoco he buscado a Yoongi, simplemente no me atrevo a comprobar aquel número de celular, algo me decía que quisa no quiera verme, digo, es una jodida celebridad, ahora nuestros mundos son completamente diferentes.
En conclusión, he pasado mis días encerrada en la casa de mi padre y Young mi
Haciendo de niñera.
La pequeña niña de 5 años corría por todo el salón jugando con un avión azul, gritando en alto con esa voz de ardilla chillona y dando brinquitos de vez en cuando.- ¡No grites Eun-Ji!-hablé en voz alta tratando de que me prestara atención, tomé un puñado de palomitas y las llevé directo a mi boca, estaba tirada en el sofá viendo una de sus películas favoritas.- ¡Mira! ¡Ya ha aparecido Totoro!.- aunque la verdad, la que veía la película más era yo que ella.
Eun-Ji vino corriendo y se sentó en el suelo, empezó a aplaudir emocionada y yo no pude evitar sonreír al ver su largo cabello castaño alborotado, estaba segura de que esta niña sería la sensación cuando fuera adolescente, era bellísima, sus ojos cafés eran bastante grandes para ser rasgados y su bonito perfil le daba un toque especial a su cara en forma de corazón.
-Ahora quédate quieta ¿sí? Papá dijo que tendrían una cena elegante con tu abuela, así que tengo que alistarte.- dije incorporándome en el sofá para ir a su habitación por todo lo necesario para arreglarla, ella tenía tantas cosas femeninas y siempre olía a frutas, yo en mis épocas de niña era un desastre total y a lo único que olía era a galletas de vainilla de mi abuela.
Eramos tan diferentes, y eso incrementaba mi cariño por ella, estaba feliz de tenerla como hermana menor, al fin ascendí de puesto en la familia.
Salí de su habitación lila, ella volteó a verme emocionada.-¡Unnie! Tú vendrás con nosotros ¿verdad?.- se puso de pie emocionada abrazando su avión.- ¡Quiero enseñarte el jardín! ¡Tiene muchos insectos!
Me senté en el sofá y ella me imitó.- No Eun-Ji.- puse mi mano en su mejilla y acaricié su cabeza.- Lo siento, no puedo ir con ustedes.- traté de sonreirle con cariño.- pero a cambio ¡prometo dejarte muy bonita!.- hice puño entusiasta
Hizo un puchero.- ¿Por qué no unnie? ¡Binnie quería conocerte!.- sus ojos se tornaron como los de un cachorro
- ¿Quién es Binnie?.- elevé las cejas repetidas veces molestándola.- ¿Es tu novio?
Ella se puso de pie enseguida.- ¡Claro que no! ¡Es mi mejor amigo!.- se quejó avergonzada
Solté una risa por su reacción, el reloj de mesa marcó las 8 de la noche haciendo ese tan familiar pitido. Los adultos llegarían en media hora.- Bueno Eun-Ji ¿quieres probarte el lindo vestido de flores que te ha comprado papá?.- ella se puso de pie emocionada y asintió, con mi mano le dije que fuera a su habitación y ella inmediatamente salió corriendo, cuando lo vio extendido en la cama escuche que dio un gritito y rápidamente se olvidó de la tristeza que tenía cuando le dije que no iría.
La verdad es que no tenía nada que hacer, pero no quería ir a la dichosa cena, papá me había prácticamente rogado para que fuera pero me negué, solo estaría fuera de lugar, toda la familia de Young mi y luego yo, la hija de su nuevo esposo. ¿Qué podía hacer yo ahí aparte de incomodar? Aunque si estuviera con Suho, la cosa sería diferente, con el estaría más que cómoda entre todos esos extraños.
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Caramelo de menta~
ФанфикUna historia de amor entre dos personas que se aborrecen, en lo que al principio parecía ser un juego pero que termino entrando profundo en sus corazones. Una chica con sueños perdidos y un chico que no se atreve a cumplir los suyos Dos personalida...