9. Tres meses

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- ¿¡Pero qué!? - exclamó aturdido un chico llamado Roukiji al entrar en una habitación.

Estaba furioso. Un criajo de primero de secundaria no le había dado tiempo a reaccionar antes de que el partido hubiera acabado. ¡No había conseguido anotar ni siquiera un punto! No era debido a su falta de nivel, pero nunca había visto a un jugador tan bueno, ni siquiera en la televisión. Su increíble habilidad era tan abrumadora que había decidido admirarle y seguir su futura brillante carrera profesional con avidez a pesar de su enfado.

Sin embargo, al llegar al vestuario para cambiarse, ¡se encontró al mismo chico desmayado en un pequeño charco de su propia sangre! Entrando en pánico, no pudo hacer nada más que llamar al área hospitalaria de la academia mientras miraba atónito el cuerpo del pobre chico.

"¿Estará enfermo? Hacia el final me fijé que sus saques eran un poco más suaves... Igual tiene algo que ver."

"Espera, eso significa que me ha dado una paliza alguien enfermo"

Sin poder evitar suspirar, esperó hasta que los servicios de enfermería se llevaran al chico y respondió a unas pocas preguntas antes de irse apresuradamente de vuelta a su academia.

En la enfermería, se encontraba un personaje particular. Tenía el pelo verde pálido, ojos azules y barbilla puntiaguda. Una expresión un tanto amable decoraba sus rasgos mientras miraba al chico que traían ahora para tratar. Él sólo se encontraba allí de visita debido a la petición de la presidenta del consejo estudiantil, pero la condición del chico no pudo evitar llamarle la atención, así que ejecutó un análisis con un círculo mágico que convocó. El resultado fue una sorpresa incluso para él.

"¡¿Degeneración vital?!" Pensó el hombre con sorpresa.

Tenía conocimiento de infinitud de temas. Era el inventor de muchísimas cosas usadas por las tres facciones, cuyo culmen era el sistema de evil pieces. Había visto innumerables cosas en su larguísima vida, tanto que ni siquiera los acontecimientos de la antigua gran guerra habían conseguido sorprenderle. Sin embargo, cuando vio el ritmo de vida del chico, no pudo evitar fruncir el ceño por la sorpresa.

"Es como si todas sus células estuvieran cansadas. No vivirá mucho tiempo... quizás un año... no, eso es demasiado... tres meses, siendo optimista"

De pronto, una chica entró apresuradamente en la sala, solo para sorprenderse al encontrarse al hombre peliverde ahí.

- ¡Beelzebub-sama! - dijo una ruborizada y jadeante Sona.

- Es raro verte tan apresurada Sona - contestó Beelzebub con una sonrisa.

- ¡Que coincidencia! El chico por el que le llamé es él - exclamó Sona con sorpresa al ver al desmayado Seishi.

- ¿Este? Pero si está en las últimas... - comentó el peliverde, mirando a Seishi.

- ¿Qué quiere decir? - preguntó confundida Sona.

- Bueno... tiene deficiencia de energía vital. Es como si su vida estuviera siendo arrebatada de sus manos. Sus funciones vitales cada vez serán más lentas y tendrá menos energía, hasta que simplemente su cuerpo colapse de cansancio. Es como si envejeciera a una velocidad impresionante, pero su cuerpo se queda exactamente igual - contestó Beelzebub.

- Pero si hace nada estaba bien... - dijo Sona.

- Sí, el ritmo de esta deficiencia es el más rápido que he visto en mi vida. En un mes no podrá salir de una cama de hospital, pero esto puede ser bueno para nosotros... - comentó astutamente Beelzebub.

- ¿A qué se refiere? - preguntó una confundida Sona.

- ¿No es este el chico capaz de leer círculos mágicos? Si queremos atarlo a nuestra facción, ¿Qué mejor manera de reencarnarlo como demonio? Si muere, lo más sencillo es añadirlo a una nobleza de un demonio afín a nuestra facción, y tendremos garantizado un ascenso abrupto en el poder. Solo tendremos que esperar un poco para ello. Si no fuera porque el chico arregló voluntariamente el círculo de Aegis, lo mataría ahora mismo, pero le concederé este periodo de gracia para que disfrute sus últimos momentos como humano. Al fin y al cabo, para nosotros demonios tres meses es un periodo de tiempo muy corto - dijo Beelzebub con una sonrisa amable en la cara.

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