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Estar con él en la cama, en una tarde fría y lluviosa, descansando, relajados, uno al lado del otro solo con una sábana para cubrirse, solo se escucha la lluvia caer y rebotar contra las ventanas.
Todo está en paz, te encontrabas casi dormida, abrazada a su cuerpo sin pronunciar palabra alguna y de la nada su mano empieza a pasearse por tu cadera, sus dedos trazando círculos paseando de tu cadera a cintura y de regreso adormilándote por la sensación sin dejar de sentir sus largos dedos sobre tu piel cubierta por un ligero vestido. Todo está en calma, nada del otro mundo, siendo una pareja normal, sin cámaras, fanáticos, sin gritos, sin presiones, alboroto, simplemente paz, solo los dos, en una habitación, disfrutando la presencia del otro sin impedimentos, algo que muy pocas veces pueden tener debido a la ajetreada y pública vida de Harry, estos momentos que disfrutan más que otras parejas, que esperan con ansias y ahora no hay nada mejor ni nada que lo supere y es en estas ocasiones en las que intentan aprovechar el tiempo al máximo.
Todo tiende a comenzar en el momento en el que las leves caricias comienzan a subir de tono y volverse más intensas, pasar de suaves caricias a intentos desesperados de rozar piel con piel y ahí es cuando la mano de Harry pasea por tu vestido y lo comienza a levantar y a jugar con el tirante de tu ropa interior, amenazando con sacarla de un tirón o romperla si se desespera primero, simplemente le prestas un poco de atención y pones tu mano sobre la de él, sin pensar en nada malo, entrelazadas sus dedos con los tuyos y lo obligas a abrazarte por la cintura embozando una leve sonrisa, Harry muestra una sonrisa burlona al ver tu inocencia para empezar a descender su agarre y pasa de tu cintura a tu trasero, lo aprieta levemente sólo para ver tu reacción, sueltas un pequeño jadeo, se relame los labios sutilmente.
-Harry-te quejas, sientes un ligero escalofrío recorrer desde tu pecho hasta poco más abajo del ombligo y te aferras a él sin dejar de mirarlo, lo abrazas con una pierna dándole permiso de seguir acariciándote, toma luz verde y se posiciona arriba de ti de manera perezosa y ya arriba captura tus labios de una manera sutil, posa sus manos en tu cadera y comienza a subir lento hasta llegar a tus pechos, les da un ligero apretón antes de tomar tus brazos y colocarlos a cada lado de tu cabeza sin dejar de besar tus labios. Con tus labios y brazos capturados no pierde tiempo y lleva una de sus rodillas a tu centro logrando cierta fricción placentera que hace que en medio del beso sueltes un jadeo, te mueves en busca de un poco más, separas un poco las piernas dejándole un poco de espacio y arqueas la espalda logrando pegar tus pechos a su torso logrando sentir su piel caliente y sueltas otro jadeo mientras el vuelve a hacer fricción con su rodilla.
Y ahí estabas tú, con los pechos pegados a su torso, soltando gemidos entre besos y claro está, tu aferrada a su rodilla buscando placer por medio de esos simples movimientos y ahí estaba el, sabiendo lo que ocasiona, contemplando tu rostro y sintiendo tus movimientos desesperados, esperando el momento indicado para continuar pero queriendo grabar tu rostro en su memoria, sintiéndose digno y orgulloso de ser el único que puede verte de esa manera; una escena digna de ver. La acción se repite lo suficiente como para el sentir que en tus bragas ya hay cierta humedad dejándolo complacido y orgulloso de lograr ese efecto en ti y para acto seguido retirar su rodilla ganándose una queja por tu parte, intentas agarrarte pero al tener tus brazos sujetos no puedes hacer más que quejarte y mecerte debajo de él esperando a que continúe con su interrumpida labor, lo miras suplicante y te muerdes el labio inferior sabiendo que tus bragas ya estorban en este mismo instante, te mira con una ternura inigualable, te ves como una niña a la que le quitaron su juguete favorito. Harry sonríe y lleva sus manos a tu vestido para que en un simple movimiento te despoje de él y quede en algún lugar, observa tu cuerpo, no llevas sostén por el vestido y en tus bragas ya hay una humedad considerable, se relame los labios, sigue sosteniendo tus brazos son una mano y con la otra comienza a trazar círculos alrededor de uno de tus pezones logrando levantarlo casi de inmediato sin perder de vista tus expresiones, jadeas y te arqueas disfrutando aquella pequeña pero muy excitante caricia. Sin perder tiempo se acerca a dicho pezón y respira sobre el logrando que te de un escalofrío placentero, Harry, disfrutando el momento toma el pequeño botón ya levantado y comienza a darle lamidas y mordidas suaves, sin dudarlo sueltas gemidos y jadeos sintiendo su lengua recorrer la zona y tratas de zafarte de su agarre sin lograrlo, te aprisiona más y te muerde ligeramente estirando tu pezón provocando que jadees más fuerte, suelta una leve risa de satisfacción para seguir con tu otro pecho soplando un poco para erizarte la piel y comenzar a pasar su lengua de nuevo.
