Ahí se encontraba el, sentado en la camilla de emergencias aparcada en una esquina de la espaciosa -e innecesariamente amplia- sala de interacción. Como cosa de todo los días, nuevamente en esa habitación en la que todos comparten, el se aislaba, se queda viendo como los demás ríen, juegan y cantan... Siempre solo... Para el no es necesario socializar, sin embargo, trataba de aunque sea compartir con los demás un rato, por mas que el quisiera comunicarse con ellos, no podía, simplemente no había impulso alguno que lo animara, ¿tal vez era tímido?. Lo negaba, el no es así realmente.
No, no era de esas personas que buscan conversación a otras solo porque están aburridas de la rutina, de hecho, el se entretiene observando lo que sus compañeros hacen, ya fuese, escuchando a Golden cantar al compás de las melodías que tocaba la enfermera Chica en el ukelele, atento a las historias y muchos de los consejos de "Fred", e incluso viendo a Bonnie jugar con ese peluchito que el mismo le regalo, si, ese conejito celeste con el que tanto se divierte, a simple vista se notaba que lo amaba.
Y bueno, una vez mas, la hora compartida acabo y cada quien a su habitación por separado. El preferiría quedarse mas tiempo admirando como conviven los demás a que estar encerrado en lo que el ve como una cárcel, una celda o peor aun, el mismísimo infierno. Se aburría, ¡Pero por Dios! ¿Quien no lo haría estando privado de tu familia, del ambiente que te rodeaba o las cosas que amabas?...
Pero...
¿Que hacer cuando estas condenado a llevar un mal ámbito hasta el final de tu vida?, literalmente, lleva lo que se podría mencionar como una mordaza para humanos, lo odiaba, que digo, ¡Lo odia!
Después de descubrir el síndrome que porta, la gente lo trataba como un monstruo, uno que posiblemente pueda llegar a ser una amenaza para la sociedad y sus hogares. Nadie lo negaba, muchos, o mejor dicho, todos, los que lo rodeaban le discriminaban por su "enfermedad", su familia no era la excepción.
Se lamentaba, era incomprendido por los que se habian ahí, ninguno era igual, todos eran únicos, cada quien se sentía diferente, el caso de nuestro peliceleste era especial. Se analizaba tanto a si mismo y lo que hizo mal que llego a pensar que el a pesar de ser un enfermo mental tenia empatía, y de hecho, solo alguien mas en ese edificio le podía comprender...
Esa celda, su celda, a la que esas personas vestidas con batas blancas llamaban "habitaciones", ERAN totalmente blancas, eran, ya que pasado el tiempo se fueron destiñendo de ese color puro en las paredes, la humedad se apodero del techo gris en todo el cuarto.
Y bien, lo único que hay en esa sala desesperante, es una camilla, y una mesa de mármol cercana a la puerta, encima de esta había un plato vacío. Al chico solo le cruzo una oración por la cabeza "Se olvidaron de mi almuerzo".
*Toc Toc*...
Pero, como si de un interruptor se tratase, justo cuando iba a suspirar alguien toco la puerta.
- Bon?, Puedo pasar? - Esa voz era bastante familiar, sin mencionar que solo al escucharla se motivo a inmediatamente levantarse del duro y frío piso, luego se sentó en la cama para sacarse la sudadera y quedar con tan solo una camiseta blanca cubriendo su torso. Como respuesta, hablo.
- Puedes pasar! - No le crean bipolar, seguía en mal estado, simplemente no le gustaba que las demás personas se dieran cuenta, así que fingió estar de buen humor.
A continuación, la puerta de metal se abrió lentamente -era algo pesada- para después dejar pasar a la silueta de una chica rubia de cabellos largos y ojos azules que llevaba una bata de enfermera de un tono celeste pastel. Era Joy, quien afortunadamente en las manos traía un plato con comida.
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"Dos cosas por las que vivir..." - FNAFHS SICK
FanfictionBon esta deprimido, necesita a alguien que le apoye, le acompañe en esa fria habitación mientras lloraba, ese alguien, sería joy... Quien diría, que en cuestión de instantes, sentiría la sensación de consolar a alguien que estaba en peores condicion...