"LOS HIJOS DE LA LUNA"

Capítulo 36; "La Ondina Y El Caballero" 1ra parte.

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  “ Pues… creo que sí, pero fue un amor inocente supongo.”

    Es lo que el caballero había dicho. Galahan paso su mirada por la preciosa luna azul.

   La pregunta de Adelphos lo agarró por sorpresa, la verdad es que nunca había tenido una novia formal… le gustaban las mujeres tanto como cualquiera pero siempre fallaba con sus atenciones al interponer su trabajo. ¿Amantes? ni una… ¿sexo?... Casi nulo. Generalmente era el primero en llegar y el último en irse. No recordaba la última vez que estuvo con una fémina y no se sentía atraído por los hombres o la gente de el bosque.

    A veces le gustaba la idea de encontrar una pareja y llevarse tan bien como lo hacían sus padres. Pero ninguna tenía la paciencia para esperar eternamente... la última candidata a novia se había enamorado de Brand y si tenía que ser honesto, se veían mejor juntos.

   Pero todas esa pasarela de chicas despechadas tenían algo en común. El color de sus ojos. Todas ellas tenían los ojos verdes, era lo primero que le llamaba la atención de una mujer. Ni su aspecto ni el color de su cabello, solo sus ojos.

    Incluso su primera vez fue con una mujer de ojos verdes en el prostíbulo más decente de una ciudad alejada de la capital de Fanelia. Hank le presentó a una bonita mujer madura pero de hermosa cabellera castaña y ojos verdes. Hank era el que se auto proclamaba como guía a la adultez masculina y siempre se encargaba de buscar a la “chica”indicada para instruir a un buen soldado. No le dijo nada a su padre de su recién descubierta virilidad y siguió como si nada.

    El joven caballero estaba frustrado, las pistas no los conducían a nada, estaba en un círculo pero su sexto sentido le decía que el hombre camaleón se encontraba en Fanelia… lo que su princesa les había revelado sólo agregaba más presión, estaba tan estresado últimamente que hasta se había atrevido a tomarse todo el vino que el general y monarca de zaibach le había obsequiado. no tenía sueño, tenía que levantarse más temprano de lo usual debido a la LODGU, pero no tenía nada de sueño y por eso terminó topándose con el primer fracaso amoroso de su primo. Se dió cuenta que Gain Adelphos también estaba petrificado en una banca y escuchaba silenciosamente el arrebato sin sentido de percival hacía “lady Shizuka”.

     No comprendía como su primo podía ser tan cabeza hueca y a la vez tan popular con las damas, había momentos en que le gustaría ser un poco más desinhibido como Percy… pero al ver la atención que este causaba de las mujeres con mente simple y corazón vacío… galahan hacía a un lado esa idea.

    “¿Enamorado?” Se preguntó, la pregunta rondaba por su cabeza. el poco tiempo que había pasado con la reina de verdad le dejó una huella indeleble.

   Recordaba haber sido el favorito de su majestad Hitomi, su madre era la dama de compañía y criada personal de la reina y está le permitía a theresis cargar con el niño.

  No recordaba nada antes de eso, su primer recuerdo eran unos ojos verdes y no eran los de su madre… pues los ojos de theresis eran azules como los de Zack.

    Galahan siguió su recorrido y llegó hasta el jardín de lágrimas plateadas. A esas horas todos los invitados debían estar durmiendo.

    El ruido de un chapoteo le llamó la atención y vio que alguien estaba en la fuente. El cielo estaba entre nublado así que no podía distinguir en la oscuridad. El desconocido parecía estar sentado a la orilla de la fuente y tenía los pies adentro.

   Galahan se acercó al desconocido… quizá se le habían subido las copas como a él. Sentía un ligera la cabeza y esperaba no lidiar con un necio de el calibre de Hank.

     La nube que ocultaba la luna mística se retiró y dejó a la vista una mujer que nunca antes había visto en el castillo. Galahan se quedó inmóvil ante tan extraña visión, era una mujer de cabello largo y platinado por la luna azul, su ropa estaba pegada al cuerpo y se veía húmeda. Sus ojos eran de un color verde como el de las esmeraldas y su rostro era fino y delicado como el de una muñeca. Al verla así le recordó a las ilustraciones de las ondinas en los cuentos de hadas que su mamá le leía antes de dormir.

     La muchacha se veía con la mirada perdida y ensoñadora, le vino a la mente la loca idea de que la mujer había venido de la fuente y estaba perdida. De verdad que tenía que estar ebrio para creer que era un hada acuática.

    Con cuidado de no alarmar a la mujer, galahan se acercó lentamente y carraspeó para llamar su atención, ella no lo volteó a ver y siguió mirando hacia la nada con aire ausente.

   Pensó que tendría que llamarla para atraer su atención pero no fue necesario. La muchacha le habló con una voz que se escuchaba triste.

 -  Creo que esta noche he cometido un grave error… lo hice sin pensar, pero no es como si lo fueran a averiguar…- el caballero se vio confundido y ella finalmente lo vio para dirigirle una triste sonrisa.

   - Pero es algo de lo que se enteraran tarde o temprano… porque es un asunto que su alteza deberá conocer pronto pero quizá “ella” aún no se siente preparada para comentárselo.-

   - ¿… disculpe? - de verdad le estaba hablando a él o lo confundía con otro. Ella le volvió a sonreír con una sonrisa que parecía de disculpa.

   - Lo lamento “sir galahan”, solo lo estoy confundiendo… pero tenía que sacar este peso de alguna manera. -

“entonces me conoce…” galahan no sabía que decir a continuación pero ella soltó una risita pícara.

  - ¿De verdad me veo tan diferente que no me reconoce?- preguntó ella con una expresión de incredulidad. Galahan se sonrojo y la expresión de la desconocida se hizo maliciosa. La muchacha hizo ademán de salir de la fuente y el buen caballero se acercó para ayudarle.

    Tal como supuso estaba empapada, el vestido se le pegaba al cuerpo y por lo visto no necesitaba corsé o lo había perdido. La joven perdió el equilibrio y a punto estuvo de caer de no ser por el teniente capitán.

   Galahan la acogió en sus brazos y la acunó rodeándola. Su cabello olía a la fragancia de las frutas tropicales de Rahab y se preguntó si provenía de ahí. Sintió como le rodeaban la cintura y ella se abrazó a él.

   - ¿Se… señorita está usted bien?- preguntó nervioso al sentir cómo las manos de la muchacha  se movían de lugar y ella se separaba ligeramente de el torso para subir sus manos por el abdomen. La muchacha sintió el cuerpo musculoso debajo de la túnica faneliana.

     Galahan estaba sonrojado y por primera vez sus sentidos estaban tan embotados que no estaba seguro de cómo proceder… o quizá era, que estaba disfrutando demasiado de la situación como para detenerla.

    -  Se… señorita usted está ebria y yo… -

   - ¿también?- preguntó ella en un susurró y se puso de puntitas para acercar sus labios a los de él. Primero fue un beso inocente que le causó cosquillas, después abrió ligeramente la boca y ella lo intensificó. Sus labios eran carnosos y húmedos.