Para John todo estaba perdido, estaba cayendo rendido bajo los pies de su lindo amigo, sin él saberlo aún.
John sabía que no era normal que dos niños se gustaran, John se sentía mal porque no le gustaban las niñas como los niños normales. Se sentía un fenómeno -como decía su padre.- Pasaba las noches llorando, se sentía confundido, sin saber qué hacer, si sus padres se enteraran de estos sentimientos que estaban floreciendo dentro de él, lo reprenderían.
Pero se sentía demasiado bien cuando sus pequeños dedos se enterraban en las mejillas rosadas de su amigo, esos días de invierno en que salían a jugar junto a la nieve, cuando marcaban sus nombres en los árboles. Ese momento en que bajo del gran árbol viejo y retorcido, sus labios rozaron y emociones desconocidas llegaron a sus estómagos.
Eso es lo que hacen los amigos, ¿no?
Cuando Paul se quedaba a dormir en la casa de John, tomando chocolate caliente con galletas, cuando se ocultaban bajo las sábanas para resguardarse del frío.
Momentos en los que John cargaba a Paul en su espalda demostrandole su poca fuerza. Cuando se contaban secretos a escondidas. Cada vez que discutían, Paul siempre salía ganando ya que, él era quién tenía la razón casi siempre, aunque John no lo aceptara.
La soleada tarde en la cual Paul enfermó, no podía levantarse de su cama, tenía que reposar. John se quedó exclusivamente para cuidarlo, como si de una enfermera se tratara. Sus abrazos y besos inocentes los cuales no tenían intención de pasar a más, sin embargo ellos sabían lo aue era el amor, lo sentía sin ellos saberlo aún.
Se jugaban el uno al otro, harían lo que fuera para que su contrario sea más feliz.
No eran fenómenos, no estaban enfermos, solo eran dos niños que amaban estar juntos, sin interrupciones, sin problemas, solo ellos dos.
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Único [McLennon]
RomancePequeña historia McLennon. John y Paul eran dos niños que les gustaba estar juntos sin interrupciones. ☁