El dichoso reporte.

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En el trabajo todos me miraban, sobre todo a mis espaldas cuando caminaba y no faltaba que alguno de mis compañeros hiciera algún comentario entre dientes que no alcanzaba a entender, pero era claro que hablaban de mí.

Con el paso de los días esta situación me dejo de molestar, me empecé a sentir cómodo con los trajes, a pesar de que cada día los sentía más ceñidos, me gustaba la forma que tenían mis glúteos y poco a poco me acostumbre a que todos me estuvieran viendo el trasero.

Todo seguía su ritmo normal en el trabajo, lo único que cambiaba era mi humor ya que por las mañanas llegaba con mucha alegría a trabajar, después de un rato me entristecía no poder hacer los otros trabajos y después me alegraba con cualquier dulce que me llevara a la boca.

Otra cosa que también cambió fue que me empecé a sentir intimidado por mi jefe, lo notaba con más autoridad, cada vez que mi jefe me hablaba sentía que estaba a punto de regañarme y sin darme cuenta empecé a comportarme de una forma dócil al momento de hablarle, por lo cual terminaba diciéndole que si a todo lo que me pedía. Cuando él se dio cuenta de eso, me empezó a pedir que hiciera sus actividades que no le agradaban, como hacer los reportes de actividades, entregar las incidencias del personal a recursos humanos, llevar las cuentas de la caja chica, hacer algunas llamadas, e incluso me llegaba a pedir que fuera a comprar su comida, todo sin dejar de hacer mi trabajo. En pocas palabras parecía su secretaria.

Un día, mi jefe falto, había que entregar los reportes que él me había enseñado a hacer, el director llego a nuestra área, y exigió que alguien se lo entregara. Todos me voltearon a ver y uno de mis compañeros comento que yo tenía la información. El director volteo a verme y me dijo.

-¿Puedes hacer los reportes? –Pregunto de una manera tranquila, pero igual que con mi jefe lo sentí imponente.

-Ssss sí, yo los puedo hacer. –Conteste con nervios.

-Quiero que me los lleves a mi oficina en cuanto los tengas listos. –Dijo antes de retirarse.

Hice los reportes y fui a su oficina lo más pronto que pude. Él estaba adentro revisando algunos papeles, yo entre para dárselos tal y como me había pedido.

-Aaaa aquí tiene. –Dije mientras le entregaba el reporte.

Empezó a revisarlos y comenzó a hacerme preguntas sobre los datos que le exponía, respirando lo más profundo que podía conteste a todas sus inquietudes y el quedo satisfecho con mis respuestas. Al final de mi examen sonrió y mirándome con unos ojos amables dijo.

-Muchas gracias, Gabriel, con esta demostración me queda claro que no es la primera vez que haces los reportes, manejas muy bien el tema.

Sus palabras me hicieron sonrojar, solo pude atinar a decir. –Gracias, con permiso. –Antes de dar la vuelta y salir de su oficina.

Al otro día, al llegar al trabajo, mi jefe me esperaba en la entrada con el ceño fruncido y brazos cruzados. Se veía realmente molesto.

-No sé qué hiciste ayer, Gabriel, pero el director me encargo que en cuanto llegaras fuéramos los dos a su oficina. –Reclamo mi jefe.

-Yyyy yo no s...

-No des escusas, ya el jefe nos dirá lo que hiciste. –Interrumpió mi jefe.

Llegamos a su oficina y allí nos esperaba el director, ambos se pusieron a platicar de los proyectos que estaban haciendo, mientras yo los escuchaba nervioso por el juicio que se avecinaba. Después de un rato mi jefe pregunto.

-Y a todo esto ¿Por qué mandaste traer a Gabriel?

-Gabriel. –El director se dirigió a mí. –He estado observando tu desempeño, los controladores que realizaste son excepcionales, podemos decir que como desarrollador ya estás graduado, otro aspecto muy importante es que sabes cómo manejar la información, la diligencia y toma de decisiones mostradas el día de ayer, son habilidades gerenciales muy importantes y valiosas para esta empresa. Sin embargo, tiene muchos otros aspectos en los que necesitas trabajar antes de ocupar algún puesto directivo. Tomando en cuenta lo dicho, tenemos dos grandes verdades, el puesto actual te queda chico y el siguiente escalón te queda grande.

Me sorprendí al escuchar tal declaración, pero me dejaba muchas dudas, así que pregunte.

-¿Qué es lo que me quiere decir?

-Gabriel, he decidido moverte de área, si estas desacuerdo, quiero que trabajes como asistente ejecutivo. Aquí podrás desarrollar las habilidades que te hacen falta para subir al escalón. Podrás desenvolverte con nuestros clientes y proveedores, harás gestión de proyectos, realizaras reportes y algunas otras actividades. Por decirlo de alguna forma, estarás en un punto clave para la comunicación de los desarrollos ¿Qué opinas?

Esta idea me parecía perfecta, la meta se veía mucho más cercana y alcanzable. No dude en responder.

-Me fascina la idea ¿Cuándo puedo empezar?

Morphosis blueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora