Capítulo 1. El inicio.

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—Y yo te amo— esas fueron las palabras exactas, del chico más callado del grupo Voltron, mientras tomaba por las mejillas a la paladín verde, que ahora fácilmente podía ser la paladín roja debido al gran sonrojo que tenía en toda su cara. Pero, ¿Cómo llegaron a ese te amo tan repentino?

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Unas horas atrás, todos se encontraban en la sala de control del castillo, esperando a una persona que regresaría gracias a petición de Shiro. Keith volvería de la espada de Marmora para celebrar el cumpleaños De la princesa Allura, a pesar de que ella no estuvo de acuerdo con detener la búsqueda de Lotor y el gran asteroide que les habían arrebatado en sus narices, Kórann insistió a tal punto donde todos terminaron accediendo. Se detuvieron en el planeta de los Olkarion y ahí, ellos ayudaron a la decoración del castillo, Lance en especial fue quien se encargo de guiar a los Olkarion de como debían acomodar las decoraciones, Hunk desde que se levanto comenzó a crear un gran banquete para la celebración, mientras que Pidge, Shiro y Kórann se encargaban del itinerario, pero todos se dieron un descanso cuando una llamada en particular llego al castillo de los leones, pues era Kolivan junto a Keith quienes confirmaron que asistirían al gran evento. Todos estaban emocionados, pero en especial uno de esos corazones no dejaba de latir con fuerza.

En cuanto Pidge transmitió el mensaje de Kolivan, sus ojos no podían apartarse de aquel chico de cabello azabache, noto que él tenía el cabello un poco más largo, la cara del chico parecía estar un poco más ancha de lo que recordaba, y un extraño brillo en sus ojos, que mostraban un extraño color morado muy poco común en humanos y común en Galra's.

Antes de que la más pequeña del grupo se acercara a la sala de control, sintió una extraña necesidad de arreglarse un poco el cabello, y soltar varias bocanas de aire para asegurarse que no olía mal. Entonces y solo entonces de estar segura de que todo iba bien entro a la sala de control como si nada estuviera pasando, de igual manera nadie había notado que el cabello de Pidge no estaba tan despeinado como otros días y que se veía en especial tierna, aunque ella hubiera preferido verse más madura.

Allura y Kórann hablaban de algunas cuestiones del castillo y sobre estar alertas ante cualquier ataque Galra, y entonces las puertas del hangar se abrieron, todos fijaron sus miradas en aquel chico callado que ahora entraba con un comandante a su lado y con una mirada más madura, Keith se encontraba serio como siempre, y junto a Kolivan parecía otra persona, eso hasta que Hunk corrió feliz a abrazarlo a ambos.

—¡Qué bueno que se tomaron un descanso de la espada de marmora, aunque pudieron invitar más gente! — Hunk tenia los ojos lagrimosos mientras Keith y Kolivan le daban una palmaditas en su espalda. Pronto se separaron para que Kolivan pudiera hablar.

—Este es un asunto personal para Keith y ustedes, no me pareció correcto desviar tanto las atenciones de la rebelión por la fiesta de la princesa Allura—Menciono con su mismo tono calmado pero un poco más animado mientras se acercaba a felicitar con un abrazo a la Princesa Allura. —Feliz ¿cumpleaños? —

—Gracias Kolivan— respondió tranquilamente la princesa mientras correspondía el abrazo. Entonces comenzaron de nuevo, todos hablaban de lo importante que era estar protegidos, de no armar una gran fiesta que los distrajera de algún ataque Galra, y mientras Shiro, Allura, Kolivan, Kórann, Hunk y Lance hablaban sobre ello, dos personas por fin compartieron una mirada.

Pidge tenía tiempo mirando a su antiguo compañero, observando cada facción que hacia, como lo hacía, trataba de buscar diferencias del Keith que recordaba al Keith que veía ahora. Y Keith, aunque un poco distraído debido a los hechos, logro cruzar miradas con la pequeña paladín, él no podía quitarle los ojos de encima, noto que se había arreglado el cabello, que lo tenía un poco más largo que cuando se conocieron la primera vez, él no podía creer que ella se veía más bonita que de costumbre. Y no es que no lo fuera normalmente, pero antes de irse a la espada de marmora ella era un poco más ruda, aunque aún así no pedía su encanto.

No toques a mi princesa [Kidge].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora