Era el tercer día en el hospital, deja quedarme aún para unos estudios, para estar seguros todo estaba bien y podía volver a casa.Mientras analizan los estúpidos resultados decido dar una vuelta. Pasando por el balcón del segundo piso, veo una cabellera muy peculiar. Observando todo con curiosidad.
— ¿Todo bien? —me acerco a ella, me sonríe.
— De maravilla, ahora que te veo.
Beverly vuelve a sonreir, pero en su lugar sale una mueca. Algo no andaba bien, de repente entiendo todo. Quizá debía quedarse por más días en el hospital.
— Me quedaré un par de días más. Mi tía quiere asegurarse de que todo este en orden —suspira.
— Sólo un par de días, y por tu bien, Bev —digo a lo cuál asiente con la cabeza— Te mantendré al tanto de la clase de Geografía.
— Me harías un gran favor —dice soltando un par de risas.
Una enfermera se detiene frente a nosotras. Me mira, intentado descifrar mi nombre.
— ¿Tozier? —asiento con la cabeza— Tienes visitas, te esperan abajo.
— Claro, ¡gracias!.
Estos días sin mis amigos fueron una tortura. Me despedí de mi linda pelirroja antes de correr como pude hacia el ascensor, y los veo en las primeras mesas de la cafetería.
— ¡Perdedores!
Todos los chicos se levantan y me abrazan, ignoro el dolor para corresponderles.
— ¿¡Te encuentras bien?! —Mike pone su mano sobre mi hombro, preocupado.
— Sólo porque están aquí, conmigo.
Mi nariz empieza a picar y mis ojos se nublan, abrazo a Mike, intentado ocultar mi llanto. Odiaba que me vean así, pero no podía evitarlo en ciertas ocasiones.
— Tranquila, estaremos contigo siempre, ___ —susurra él.
— Sentimos n-no haber venido aquí antes, pero que-queríamos estar al tanto de lo s-sucedía —explica Bill.
— La estúpida de Greta y, las que estaban implicadas, fueron expulsadas —dice Ben con cierto tono de alegría.
— Es la mejor noticia que recibí en toda mi puta vida —le sonrío— ¿Y que más pasó?.
— Todos odian a Greta, lo que hizo fue muy lejos —Eddie sonríe con victoria— Sabía que no eran tan cabernicolas.
— Lo que sea, lo malo acabó para todos, sin ellas ahí todo irá bien —Stanley imita la acción del asmático.
— Nadie querrá hacer de las suyas con la expulsión —apoya el apodado gafotas.
— Y mejor que no —finalmente hablo cuando terminaron de contar todo lo sucedido en estos días.
La enfermera trajo mi comida, y ellos ordenaron lo que querían en la cafetería. Almorzamos todos juntos, entre risas.
— ¿Crees que volverás mañana? —por fin alguien lo pregunta, y es Ben.
— ¡Por supuesto! Aún deben entregarme unos resultados —ruedo los ojos— Pero me siento mucho mejor que antes, así que creo que es un hecho.
— Lo que me alegra oír eso —Eddie seca unas lágrimas imaginarias— Nada es igual sin ti.
— Eddie ya se puso sentimental —dice Richie suspirando y abrazando a su adverso.
Poco a poco las pecas de Eddie desaparecen en el rojo de sus mejillas. ¿Quién lo diría? Ellos pudieron ocultar su relación años, en cuanto a Beverly y yo, siempre teníamos "problemas" por eso.
Guardar secretos no era lo nuestro. Tomando en consideración que ayer casi nos descubren en medio de un beso.
[...]
Siento como todas las miradas se posan en mi. Me veo fatal, no es tan raro que me miren. Stanley aprieta un poco mi mano, dándome una señal de apoyo.
— Gracias —le susurro con una sonrisa plasmada en mi rostro.
La misma rutina de siempre, vamos con los chicos, están en el hueco de las escaleras, Ben repasa para su exámen de Literatura, Bill termina una tarea atrasada, Eddie ayuda a Richie en un trabajo práctico de Biología, y Mike lee un libro.
— Jamás los vi tan tranquilos —Stan llama la atención de todos.
— Ni yo, aprovechemos esto —reímos.
— Si, si, aprovechen en otro lado, no quiero ver cosas indebidas —dice un distraído Eddie.
— Oh calla, pequeño e inocente Eddie Spaguetti.
— Hace tiempo no me llamaban de esa forma —rueda los ojos, viéndose gracioso.
— Gracias por recordarlo —agradece Mike con burla.
— Lo que Mike dijo —continúa Bill.
— Si, ¡gracias, ____! —dice Eddie con notorio sarcasmo.
[...]
Era raro, quería salir en cuanto antes del hospital, pero ahora lo visité ni bien salí del instituto. Voy al cuarto donde Beverly estaba.
— ¡____! —exclama ella, y veo como su sonrsia perfecta suplanta toda expresión de seriedad en su rostro.
— No podía no venir, ayer casi no hablamos.
Me siento a los pies de su cama, con cuidado de no tocar la venda de su pierna.
— ¿Que te dijeron?.
— Me iré de aquí el miércoles —responde rodando ojos— No soporto estar en este lugar.
— Tranquila, solo faltan dos días, pronto estarás conmigo —le sonrío.
— Mierda, te amo.
Me devuelve el gesto, sentí que moriría de amor. Ella es hermosa, y me hace sentir de maravilla con tan solo tenerla frente a mí.
Ni yo creía los años que pasé intentando fingir que Beverly ya no me importaba.
— Te va a gustar el nuevo instituto, todo es más calmado ahora —comento, a lo cuál veo la ilusión en sus ojos.
— Muero por ver eso —ríe— La ausencia de Greta hace la gran diferencia.
— Créeme, ni Bowers se atrevió a acercarse —digo.
— Y no dejas de sorprenderme.
Me inclino un poco hacia Beverly, lentamente, pero ella termina por acortar la distancia entre nosotros. Plantando por fin un beso sobre mis labios.
Pero la puerta se abre. Me separo con rapidez. Esto se ponía cada vez peor, era Mary, la tía de Bev.
— A-Ah... Disculpe, señora. Yo ya me iba.
— Pero que cobarde eres, ___ —la voz divertida de Beverly se escucha detrás de mí.
— _____, conmigo no traten de ocultar nada porque lo sé todo —dice Mary con tranquilidad— Desde hace años.
— Ella no es idiota como los demás.
— Veo que no —rasco mi nuca nerviosa— Me cae bien, señora.
— Y tú a mi —ella ríe.
Hablamos un rato con Beverly y su tía, las dos eran muy parecidas. Casi como madre e hija, y se notaba que para la pelirroja Mary era como su madre. Por lo tanto quizá podía tratarla como suegra.
Ojala todos fueran como esta señora.Dejen su voto para más capítulos, en serio .-.