BAJO EL MISMO TECHO [MOONSUN ADAPTACIÓN]

VIII. SECRETOS

Byul estaba indignada, por más que discutieran, al final le tocaba claudicar y convertirse en la criada de YongSun. ¿Cuánto iba a durar aquello? Para colmo, se había perdido al salir de la dichosa tintorería, pero fue lo mejor que le podía haber pasado. Al girar una esquina, le llamó la atención un pequeño grupo de personas en la puerta de un edificio. Fijándose un poco más reconoció a una de ellas, era YongSun. Byul supuso que se trataba del grupo de las clases de dibujo, sintió curiosidad y paró la moto para seguir mirando. Todas las personas parecían jóvenes, alrededor de los veinte años, todas menos un hombre que parecía rondar los treinta y cinco, seguramente sería Eric Nam, el profesor.

Los jóvenes se despidieron de él, confirmando la teoría de Byul, y se marcharon, pero Solar se quedó un poco más. Estuvieron más de diez minutos hablando, dedicándose sonrisas, ¿la señorita perfecta también era la favorita de su clase de dibujo? El sentimiento de rechazo se transformó en desconcierto cuando los ojos de Byul contemplaron cómo la pareja se besaba en los labios.

—Pero ¿qué diablos? —masculló Byul sin dar crédito.

Solar y Nam compartieron algunos besos más, y después se despidieron y echaron a andar en direcciones opuestas. Byul todavía estaba asimilando lo que acababa de presenciar cuando recordó que tenía que devolver el libro antes de las dos. Retomó su camino, que coincidía con el de Eric, y volvió a sorprenderse cuando lo vio reunirse con una mujer, que lo esperaba apoyada en un coche. Eric la besó como había besado a YongSun minutos antes y se metió en el coche con ella. ¿Qué demonios era todo aquello?

Lo primero que Byul pensó fue que So Eun no sabía del romance de YongSun y Nam, porque cuando aquel hombre fue mencionado días atrás, fue en calidad de profesor, no de novio de su hija, así que YongSun tenía un secreto y eso a ella le iba a venir muy bien. Lo segundo que pensó, fue que Nam era un cerdo que jugaba a dos bandas, y por mucho que tuviera sus más y sus menos con YongSun, sintió lástima por ella.

—Ahí tienes tu vestido —dijo Byul dejando la prenda sobre la cama de YongSun—, y el libro está en la biblioteca.

—Gracias… Byul, quería hablar contigo —afirmó en un tono suave.

—Qué casualidad, yo también quería hablar contigo, Solar.

—¡Cariño, ¿vas a comer ahora?! —sonó la voz de So Eun desde la planta baja—. ¡¿Byul está contigo?, pregúntale también!

—¡Sí, mamá, ahora bajamos!

—Creo que es mejor que salgamos fuera para hablar —sugirió Byul—, tu madre y mi abuelo están en casa, prefiero que no escuchen nada.

—Vale, aprovecharé para pasear a Skaikru

La perra caminaba delante de ellas, ajena a su conversación, parándose a olfatear cualquier cosa que llamase su atención, y retomando el paso cuando Solar le daba un tironcito con la correa.

—Déjame empezar —pidió Moon Byul.  YongSun la vio tan seria que asintió—. Sé que tienes un romance con tu profesor de dibujo, Kim YongSun.

Los pies de YongSun se detuvieron y su rostro palideció.

—¿Cómo lo has sabido? —preguntó mirándola con miedo.

—Los he visto esta mañana.

—¡¿Me has seguido?!

—¡Claro que no!, me perdí al salir de la tintorería y los vi por pura casualidad —explicó Moon Byul—. Los otros se marcharon y tú te quedaste con él, y bueno… vi cómo se besaban.

YongSun tomó aire con fuerza.

—No voy a negar lo obvio —admitió con resignación. Moon Byul sintió pena por YongSun, nunca la había visto así. Aquel secreto era más valioso de lo que había pensado. Pero tenía que decirle todo.

—¿Sabes que ese tipo tiene otra mujer? —exclamó Byul, esperando cualquier reacción por parte de Solar menos la que obtuvo, indiferencia—. Fui por la misma calle que él para ir a la biblioteca y lo vi reunirse con una mujer a la que besó en la boca. Pero, ¿ya está?, ¿te acabas de enterar de que te engaña con otra y no dices nada?

—En realidad, yo soy la otra, ella es su esposa —musitó.

Fue Byul la que acabó con la mandíbula en el suelo.

—¡¿Sales con un hombre casado?! —Byul no podía creérselo.

—Ya sé que no son las mejores circunstancias, pero las cosas vienen como vienen, además, está arreglando los papeles del divorcio.

A Byul no le convenció la explicación de YongSun, pero no quiso añadir sal a la herida.

—Tu madre no lo sabe, ¿verdad? —preguntó—, cuando mencionó a Nam, se refirió a él como tu profesor.

—Claro que no lo sabe, ni ella ni nadie, porque todos reaccionarían igual de mal que tú.

—¿Eres consciente de que acabo de descubrir tu punto débil, Kim YongSun? —exclamó con una sonrisa de superioridad—, ¿Qué ya no vas a poder chantajearme a menos que quieras que cuente cierta historia de amor?

Solar se sentó en un banco de piedra, mientras Skaikru jugaba cerca de ella con un palo que había encontrado. Byul se sentó a su lado, esperando una respuesta de la rubia en forma de desafío o amenaza.

—No voy a contarle nada a tu abuelo, Byul —aseguró Solar mirándola a los ojos—. Eso era lo que quería decirte. Me he pasado de la raya y te pido disculpas.

—Dices eso porque ahora tengo algo con lo que plantarte cara —espetó Moon Byul con desconfianza.

—Mírame —rogó YongSun—, soy sincera, no voy a volver a amenazarte con eso, porque no me gusta hacerlo, yo no soy así. Byul, no quiero que sigamos discutiendo —La peligris se perdió en sus ojos azules. Sentía que sus palabras eran sinceras—. Y te pido por lo que más quieras, que no le cuentes a nadie lo mío con Eric.

—Está bien —admitió Byul cuando al fin logró escapar del influjo de aquellos ojos—, yo no contaré nada de Eric si tú no cuentas nada de mis preferencias o de mis estudios.

—Trato hecho —YongSun le ofreció la mano y Byul se la estrechó, dedicándose la primera sonrisa sincera en mucho tiempo.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Adelante.

—¿Por qué te liaste conmigo la noche que nos conocimos si estabas con Nam?

—Había discutido con él, y…

—Fue por despecho —adivinó Byul con cierta decepción.

—Tampoco me lío con cualquiera, me gustaste —confesó.

—Eso me había parecido —Byul curvó ligeramente los labios—. Deberíamos volver a casa, tu madre estará esperándonos.

—Sí… ¡Skai, ven!

La perra acudió a la llamada de su dueña, y las tres volvieron sobre sus pasos hasta la casa de los Moon.

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¿Qué piensan de la tregua entre el MoonSun?
¿Esperaban eso por parte de Byul?

Byul está bien tontita por Solecito que dejará así de fácil todo por la paz, ¿ó no?

PD: Disculpen que este capítulo sea tan corto.
Se los recompensaré muy pronto sólo sean pacientes.

Gracias por hacerme saber que el fic fin es de su agrado. Se han ganado un lugar en mi corazón de MoonSun Shipper 💜
Nos leemos pronto.