Llaves (2)

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Myeong estaba tan metida en el dorama que se olvidó que a las 17:00 tenía que estar en el videclub en el que trabaja. Cuando el episodio acabó le dio por mirar la hora en la esquina superior de su móvil.

En ese momento sintió una enorme presión sobre su corazón.

—¡Conchales! —Se levantó de un saltó de la cama y fue a toda prisa a organizar la mochila ya que eran las... 16:40.

Myeong cogió su mochila bruscamente y con rapidez metió la cartera, sus llaves del local y el móvil los cuales se encontraban regados por la casa.

Una vez con su mochila lista salió corriendo de su piso hacia el local ya que llevaba la hora justa y como no se diera prisa iba a llegar tarde y eso podía causar muy mala impresión por su parte.

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Después de una carrera asfixiante logró llegar al lugar a las 16:58.

«Joder, no había corrido tanto en mi vida», pensó mientras intentaba calmar su respiración agitada.

Metió su llave en el cerrojo de la puerta y la abrió, luego se metió dentro del local y prendió las luces, finalmente se fue al mostrador.

Myeong aún estaba algo agitada por la carrera que se había hecho hace nada.

«Está claro, tengo que controlar más la hora, debería poner una alarma media hora antes», pensó mientras ponía una alarma a las 16:30 para el próximo día.

Luego guardó el móvil en su mochila y desde el pequeño portátil que había puso música en un tono más o menos bajo para hacer ambiente en el lugar.

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Las horas pasaban más o menos lentas, pero por suerte ella estaba entretenida atendiendo a la gente que venía ya que ese videoclub iba bastante bien en cuanto a clientes.

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Finalmente las luces de la calle se encendieron y la oscuridad abundó en el cielo. Cuando se hicieron las 21:30 Myeong hizo lo mismo de todos los días, apagar las luces del videoclub y asegurarse de que la puerta trasera y la principal estaban cerradas, luego de todo eso se puso de camino a su piso, pero esta vez sin correr, a su ritmo.

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Una vez que llegó al bloque de pisos en el que vive subió las escaleras con cansancio, seguido fue hacia la puerta de su apartamento y buscó en su mochila las llaves.

«Mierda, las llaves», pensó mientras buscaba cada vez más rápido en la mochila.

En ese momento se quedó mirando a la puerta sin saber que hacer. Dejó escapar un suspiro acompañado de un susurro hacia ella misma.

—¿Ahora qué hago? —Presionó sus labios.

De pronto a su móvil llegó una notificación y en ese instante le vino una idea.

«Llamaré a Jongsuk aunque de mucho no va a servir», pensó mientras prendía la pantalla de su móvil ignorando completamente el mensaje que le había llegado ya que era de su compañía telefónica.

Primer pitido.

Segundo pitido.

«¿Estará dormido?», pensó.   

Tercer pitido.

—¿Si? —contestó a través del móvil.

—Hola Jongsuk.

—¿Pasó algo? Son cerca de 20:00, es raro que tú llames a esa hora.

—Verás, creo que dejé mis llaves dentro de casa. —Presionó sus labios.

Videoclub; kunpimook bhuwakulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora