El ultimo beso

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                           💋

Se dirigía hacia la cocina, necesitaba un buen vaso con leche, a ver si así podría cerrar los ojos, suspiró, caminaba de lado, recargada a la pared, pues si Pevees la descubría, tendría verdaderos problemas, y ella no era una chica problemática…

¡¿Pero que mierda decía? Ya estaba en problemas gordos, si no hubiera retado a Draco, nada de eso estuviera pasando, para empezar, odiaba mentirle a sus amigos, otra sería que comenzaba a sentirse algo extraña respecto a separarse de Draco, pero era necesario.

Tenía que evitar a toda costa, enamorarse de Draco…

Sería un error de parte suya, Draco era su enemigo y siempre lo sería… siempre, pero una parte de ella nunca olvidaría lo que pasó entre ambos, no lo olvidaría jamás, por qué él fue parte de ella… pero ¿Y él? ¿Qué estaría pensando respecto a la "inusual" relación que mantenían hasta en ese momento?

Suspiró cansinamente, tenía que resignarse, su futuro con Draco no existía, no había nada que le asegurara una vida feliz con Malfoy, y la verdad, respecto a la sangre, quizá Draco solamente la usaba cómo un pasatiempo…

Maldijo el momento en que cruzo miradas con Draco en el primer año, maldijo el día en que le habló por primera vez, aunque era para insultarla, mandó al carajo sus sentimientos…

Mañana, en el lugar y a la hora acordada… acabaría con toda esa maldita situación que estaba volviéndola loca…

Ya no lo soportaba.

Abrió la puerta de la cocina, los Elfos se habían despertado, se sintió culpable, pues los pobres trabajaban todo el santo día y ahora, ella interrumpía su descanso.

- Por favor, vuelvan a dormir, yo me serviré.- la muchacha se dirigió hacia el refrigerio cuando sintió una pequeña mano jalar de la bata.

- No es ninguna molestia, Ama… por favor, siéntese y déjeme atenderla.- pidió la Elfa, los demás, volvieron a dormir, Hermione sonrío.

- Bien, gracias, quisiera un vaso de leche tibia y un sándwich, por favor.- pidió Hermione amablemente.

- Yo también quisiera lo mismo…- la castaña se sobresaltó al escuchar aquella voz, y vio a Draco salir de entre las sombras para sentarse frente a ella, en aquella mesa de gruesa madera.

- Si, señor…- y el elfo domestico se dispuso a servirles.

- Malfoy…- murmuró Hermione mientras entrelazaba sus manos.

- Granger.- contestó él, en el mismo tono sumiso.

- Tenemos que hablar… de una maldita vez.- Draco, quien había permanecido recargado a la mesa, se irguió y evadió la mirada de la castaña.

La tenue luz nocturna, entraba por el gigantesco ventanal, golpeando el rostro de ambos, Hermione suspiró resignadamente mientras bajaba la mirada y veía sus manos, Draco, en ese momento paresia un siniestro ángel de la muerte… con sus rubios cabellos platinados casi blancos y aquellos perlados ojos observando la nada…

Se volvió para verla a ella…

La causa de su insomnio, vio sus roles despeinados caer por su rostro, cubriendo la mitad de su rostro, mientras las sombras se adueñaban de la mayor parte de su cara, Hermione levantó la mirada hacia él, una tenue luz golpeo su ojo derecho, volviendo su mirada tan clara… casi dorada…

- Esto debe acabar…- soltó Hermione en un susurro, le costó demasiado decirlo, pero tenía que acabar con todo aquello.

La castaña notó los músculos de Draco tensarse rápidamente, mientras este apretaba los puños con fuerza…

El Pasillo de los AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora