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Tomamos asiento, uno al lado del otro, ya que no eran sillas las que había sino un sillón en forma de media luna contra la pared, haciendo que yo quede entre Sebastian y Christopher.

- Buenas noches señores y señorita-
Dice el mesero, entregando el menú de la noche a cada uno-, aquí les dejo el menú de hoy para que me llamen cuando decidan que van a ordenar.

- Muchas gracias- Decimos los cuatro a la vez y el hombre se retira.

A los cinco minutos ya habíamos decidido lo que comeríamos, y luego de veinte minutos más el señor trajo los platos pedidos.

Era una cena tranquila, aunque podía sentir la mirada de Christopher sobre mí cada vez que llevaba su tenedor a la boca, alzando la mirada y yo sólo lo ignoraba.

Luego de un rato, sus miradas cesaron y comenzó a hablar con Sebastian y el otro muchacho, Anthonie, creo, sobre su empresa y lo que Sebastian podía ofrecerle. Al ver que él no necesitaba mi ayuda, ya que podía manejarlo muy bien, decidí ir al baño.

- Con permiso- Digo, parándome para salir por el lado más cercano a la "salida" de entre esos hombres, y nada más ni nada menos, era por el lado del tal Evans. El se pone de pie, dejándome pasar y pasa su mano por mi cadera, dejándola reposar unos segundos, mientras yo terminaba de acomodarme.

Me miro en el espejo y estoy sudada, tengo calor y no es especialmente por el clima.

Saco una toalla húmeda de mi bolso para sacar el poco maquillaje que tenía y volver a pintarme. Miro mi teléfono y no hay señales de Sebastian en aprietos, así que me apoyo en el lavamanos y comienzo a buscar algo en mi móvil, deseando que la aguja del reloj se adelante una hora, mágicamente. 

No pasa más de un minuto y siento una mano en mi cintura.

- Ah!-  Suelto un grito.

- Qué es lo que sucede? - Dice Evans, acercándose a mí, mientras me mira coqueto.- No has pensado en lo que te he dicho?- Pregunta y yo no entiendo lo que habla, así que pongo mi mejor cara de entender todo.- Luego de esta cena, en el hotel de a dos calles, recuerdas? No me has respondido aún, y la semana pasada le he mandado el mensaje, señorita ________.- Dice poniendo su cara en mi cuello. Lo empujo y rápidamente agarro todo y me voy del baño, dejándolo sólo.

Vuelvo al salón principal y Sebastian me mira preocupado, se pone de pie al verme y sujeta mi cintura.

Anthonie lo imita, poniéndose de pie y mirando la situación.

- Qué ha pasado bebé? -Pregunta el rumano, aún sujetandome, y no puedo evitar sentir una maratón de elefantes corriendo en mi estómago.

- No me siento bien- Miento, mirándolo y él entiende que algo sucede.- Vayamonos a casa.

- Si, seguro- Dice- Anthonie, un gusto de nuevo- Sujeta la mano del hombre- Saluda a Evans de mi parte.

Salimos del lugar y nos dirigimos al auto en completo silencio. Sebastian abre la puerta para mí y luego la cierra, para subirse al lado del conductor. Coloca su cinturón y yo hago lo mismo.

- Qué ha pasado allí dentro?- Pregunta, poniendo en marcha el auto y dejando atrás el lugar en donde estábamos. Pasan unos minutos en los que espera mi respuesta en completo silencio, pero yo aún sigo buscando o imaginando situaciones hipotéticas en las cuales todo esto cobre sentido.- ________, me estás escuchando?- Vuelve a hablar y yo giro mi rostro, dando con su perfil. Sus ojos son iluminados por la luz de la luna, que se encuentra justo frente a nosotros, y su ceño está levemente fruncido, supongo se debe a la duda que lo carcome y mis respuestas inexistentes, pero no por eso deja de verse malditamente bien.

Paramos en una luz roja y comienza a golpear el volante con sus dedos, demostrando impaciencia por mi habla. Puedo darme cuenta que está a punto de soltar un discurso sobre que estamos juntos en esto y debemos contarnos todo, porque no sabemos lo que puede suceder y bla bla bla, entonces decido hablar.

- Evans me ha dicho que quería verme en el hotel a dos calles del local luego de la cena. - Digo lo más rápido posible, mientras el arranca nuevamente y frunce aún más su ceño. Luego levanta sus cejas, dándome a entender que prosiga- Me ha agarrado en el baño-Digo-, mientras estaba en mi móvil, esperando a que pase mágicamente el tiempo.

- Qué?!- Pregunta dando un frenazo que no causa ningún accidente gracias a que era el único auto que iba por la avenida, y sigo preguntándome cómo es que ha regresado Dennis, ya que él nos había traído. - Te ha tocado?- Vuelve a preguntarme.

Quedo hecha una estatua por esa pregunta, ya que esperaba una pregunta más relacionada conmigo y Evans, sobre la relación que llevábamos.- _____, te he preguntado algo.

- Antes de responder eso tendríamos que sabes cuál es la relación que tengo con él, tal vez es algo normal o tal vez no. - Digo, tratando de mantenerlo con calma y que no explote y luego salga volando.

- Oh, claro. La gran genio, lo había olvidado- Exclama alzando sus brazos al aire y colocando la baliza.- Ahora dime, cómo es que haremos para saber eso, mm?- Miro mis manos y juego con mis dedos, no sé la respuesta, y tampoco sé si lo haré.

- Mira, Stan, - Lo oigo suspirar- No sé esa respuesta, ni sé si lo haré.  Pero no olvides que estamos juntos en esto.

- Lo sé, pero no me has respondido.

-Sí, sí me ha tocado. - Digo y la vena en su sien se nota cien veces más que antes.- Pero no más que un roce... Igualmente, debemos saber si es normal o no.

- Sólo un roce? Uno habrá sido en el baño, pero vi como te sujetaba durante la cena.- Dice mientras forma un puño con su mando y se lo lleva a la boca, tratando de callarse todas las cosas que quería decir. Debería matarlo, susurra y no se habla más del tema.

Llegamos al departamento para encontrarnos con Carter durmiendo en la misma posición de siempre, pero esta vez babeando sobre su hombro.

Sebastian se dirige al ascensor sin decir una palabra y así estamos hasta llegar a la puerta. La abre y paso luego que él, que se dirige a la habitación cerrando de un portazo.

Mientras tanto, yo saco mis zapatos y los dejo al lado de la entrada, para colocar mi abrigo sobre el sofá.
Luego de unos minutos, lo busco en la habitación.

- Seb...- Entro, tratando de no hacer ruido por si está dormido, y al parecer está en proceso. Se encuentra apoyado en el respaldo de la cama con su pijama y celular, tal vez buscando algo que sirva para orientarnos. Al escucharme levanta ma cabeza y  palmea el otro lado de la cama, invitandome a sentar. Lo hago y copio su posición.

- Mañana iré a trabajar- Digo y deja de ponerle atención al móvil para mirarme- Creo que debemos salir a explorar  esta vida si queremos entenderla.- Asiente, besa mi cabeza y me da la espalda para dormir.

Qué noche complicada.

This is not my life •Sebastian Stan• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora