Me encontraba yo caminando con mi novia por las oscuras calles de la capital, al asecho de extrañas criaturas coloridas e intangibles, zigzagueando sin rumbo definido, como si la tenue brisa nocturna nos impulsara cual velero a la deriva, y nuestros móviles eran la vela.
Súbitamente, un débil, pero insistente y agudo grito de ayuda nos extrajo de vuelta al plano físico, más bien, un maullido. No fue necesario buscar la fuente, ya que ella vino a nosotros sorteando una pista de obstáculos improvisada que dejó una obra en construcción, una casa a medias.
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#Un nuevo comienzo
AdventureMuchas historias son pensadas, imaginadas y desarrolladas por un largo proceso. En este caso no es así, estoy prácticamente escribiendo lo que me sale de las pelotas, así es, esto es improvisación pura.